DESDE EL ACEQUIÓN | Música para romper un techo de cristal

Artículo de opinión de Antonio Martínez

Querido paisano.

Puede que no sepas que el Ayuntamiento de Albacete ha previsto invertir en la rehabilitación del que fue tu hogar, allá en El Acequión, el  0,000098 % de su Presupuesto. No sé lo que tú opinarás, pero a mí me parece que nuestro apreciado alcalde no se ha estirado demasiado para recuperar lo que fue el origen de nuestra historia. Igual es porque tú ya no votas, no lo sé, pero…

Después de tantos siglos, supongo que no te supondrá mucho esfuerzo esperar un par de años, para ver si cambian las tornas y llega un Gobierno municipal que se ocupe de verdad en atender nuestro pasado como se merece, porque es a fin de cuentas el rumbo que puede marcar nuestro futuro.

Y hablando de futuro, y para que veas que todo no van a ser críticas, merecidas por otra parte, hoy te hablaré de una propuesta que posiblemente no cambie el futuro, pero que hará justicia una vez sentado el precedente.

A lo que vengo, vengo. Nos gusta presumir, y con mucha razón, de que en Albacete tenemos el privilegio de disfrutar de la música que interpreta con maestría la Banda Sinfónica Municipal. Una agrupación municipal más que centenaria, que vio la luz en 1859, apenas diecisiete años después de la Filarmónica de Viena, que no es cualquier cosa.

Durante todo ese tiempo, nuestra Banda ha contado con muchos profesionales que la han dirigido con acierto, hasta convertirla en la única Banda Sinfónica profesional municipal de toda Castilla-La Mancha. Para alcanzar este estatus contaron con el empuje definitivo del alcalde Pérez Castell, que como con tantas otras cosas en la ciudad, también se empeñó en darle lustre a la música municipal.

Según me cuentan fuentes generalmente bien informadas, y nada me hace sospechar que en esta ocasión no lo estén, que la sangre y el conocimiento tiran mucho, hasta el pasado 8 de marzo pocas mujeres, por no decir ninguna, habían tenido la posibilidad de empuñar la batuta y dirigir a nuestros músicos, aunque fuera de forma extraordinaria. La pionera en este caso fue la directora valenciana Beatriz Fernández Aucejo, que cuenta con un envidiable currículo al frente de Orquestas Sinfónicas de media España, Berlín, México, Corea del Sur y Francia.

Sentado el precedente y comprobado in situ que la iniciativa fue todo un éxito, y así hay que reconocerlo, también sirvió para afirmar que la dirección de orquesta no es solo cosa de hombres, como ya se encargó de demostrar la holandesa Antonia Brico, cuando a principios del siglo XX dirigió la Orquesta Filarmónica de Berlín. Y ahora viene la propuesta, que todo llega.

Aun siendo consciente de la dificultad que supone contar con la disponibilidad de directoras de orquesta, habida cuenta de la escasez de profesionales encargadas de tal menester, sería de agradecer que nuestro Ayuntamiento insertase en su programación anual la celebración de conciertos extraordinarios que fueran dirigidos por directoras, de tal forma que la presencia entre nuestros músicos de la directora Fernández Aucejo no fuera solo flor de un día, sino el comienzo de una sana costumbre. 

Pese a que las mujeres son mayoría en los conservatorios de música, la realidad es que se encuentran con un techo de cristal al intentar acceder a ser directoras de orquesta en España. Y es que de las 34 orquestas de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas, solo dos cuentan con una mujer como directora titular. Hay que ver lo que cuesta cambiar la mentalidad de quienes piensan que un puesto que, tradicionalmente, por ser de liderazgo de un grupo humano, está reservado a los hombres, olvidando que la música no entiende de géneros.

Nuestro Ayuntamiento tiene ante sí el reto de abrir una brecha importante en ese techo de cristal y convertir lo extraordinario en ordinario. Y ya que nos dicen por activa y por pasiva que disponemos de los Presupuestos más sociales y participativos del mundo mundial, estaría bien que lo demostrasen con hechos y no solo con palabras, y nada mejor para ello que poner los medios necesarios para visibilizar la presencia de mujeres en un ámbito tradicionalmente reservado a los hombres. La música, nuestra Banda y sus fieles seguidores lo agradeceríamos. 

PD. Aunque ya se sabe que las cosas de palacio van despacio, espero que esta modesta propuesta sea una realidad de forma más rápida que la instalación del marcador en el Carlos Belmonte. Y es que no solo hay que poder, sino que también hay que querer. ¿Querrá el alcalde hacer política con mayúsculas o se conformará con asfaltar y enladrillar?, que dicho sea de paso es su obligación. Se admiten apuestas.

Antonio Martínez

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