El Museo de Albacete acogerá hasta el próximo mes de agosto una exposición única. En concreto, albaceteños y visitantes se podrán acercar hasta este espacio museístico, situado en el corazón del Parque Abelardo Sánchez, para disfrutar de la muestra ‘La Loza de Hellín. Brillo y color’.
Concretamente, del 10 de marzo al 31 de agosto tendremos la oportunidad de sumergirnos en esta exposición que alberga el Museo de Albacete. Una muestra que pone de relieve la importancia de la cerámica en todo el territorio español, y en especial en la provincia de Albacete.

La exposición ‘La Loza de Hellín. Brillo y color’ presenta la historia de las producciones cerámicas esmaltadas de los alfares de Hellín desde el siglo XVI hasta el XIX dentro del panorama cerámico español. Al respecto, el comisario de esta exposición temporal en el Museo de Albacete, Pascual Clemente, detallaba que “la muestra se divide en cinco ámbitos o capítulos”. En concreto, compartía con El Digital de Albacete que el primero de ellos “está dedicado a ‘Hellín y sus alfares’; el segundo a ‘Los materiales, los útiles del oficio y los hornos’; el tercero a ‘La organización del oficio’; el cuarto a ‘La comercialización’, donde se habla de los encargos y los clientes; y el quinto está dedicado a ‘Las producciones”, donde se agrupan las obras en loza blanca, loza bicolor, loza tricolor, loza azul y la cerámica aplicada a la arquitectura”.
Más allá de esto, desgranaba Pascual Clemente que el visitante tendrá la oportunidad de “ver un vídeo expresamente realizado para esta exposición que, a través de sus ocho minutos de duración, permitirá recorrer la historia de estos alfares del sureste peninsular”. En este punto incidía en que se trata de un documental “muy explicativo y didáctico”, a través del que poder sumergirnos en una loza que fue muy apreciada y demandada.

Más de un centenar de piezas procedentes de importantes colecciones a nivel nacional
Forman parte de esta especial muestra que acoge el Museo de Albacete más de un centenar de obras. Concretamente, desvelaba el comisario de esta exposición que “se exhiben 110 cerámicas esmaltadas, más un torno de alfarero completo procedente de los alfares de Chinchilla de Montearagón”. Sobre esta pieza, además adelantaba Pascual Clemente que, en la actualidad, “es el único torno completo que se conserva en la provincia de Albacete”, incidiendo en que “tiene más de 100 años de antigüedad”.
Se trata de piezas únicas que son auténticas joyas, ante las que concretaba Pascual Clemente que “desgraciadamente, en Hellín no se ha conservado ningún torno de alfarero”. Precisamente por ello, ponía de relieve que “ese ha sido el motivo de exponer un torno de los alfares de Chinchilla”, precisando que “eran prácticamente iguales a los que existieron en los alfares hellineros”.

Además, ponía de relieve Pascual Clemente que esta exposición también ha sido posible gracias a la implicación de los prestadores de todas las piezas que forman parte de la muestra. En concreto, trasladaba que se trata de “un total de 22 prestadores, más el Museo de Albacete”, desarrollando que “han sido diez instituciones museísticas, dos fundaciones, tres instituciones eclesiásticas y siete colecciones particulares”, las que han cedido alguna pieza a esta muestra que acogerá el Museo de Albacete.
En relación con las instituciones museísticas, puntualizaba el comisario de esta exposición que “algunas son de carácter nacional como el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid o el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias ‘González Martí’ de Valencia”. También se han involucrado en la muestra ‘La Loza de Hellín. Brillo y color’ instituciones de titularidad y gestión estatal como el Museo del Greco y el Museo Sorolla, estando también presentes préstamos del Museo de la Farmacia Hispana de Madrid, del Museo de Bellas Artes de Murcia, del Museo del Cau Ferrat de Sitges (Barcelona), del Museo de la Semana Santa de Hellín y de los museos municipales de Cehegín y Yecla (Murcia).

Además, de todas estas instituciones involucradas en hacer posible esta exposición en el Museo de Albacete gracias a sus préstamos, destacaba también Pascual Clemente las aportaciones realizadas por “las fundaciones de La Fontana y la Colección Liliana Godia; las instituciones religiosas del Monasterio de Santa Clara de Hellín, Santuario del Cristo del Sahúco en Peñas de San Pedro y Santuario de Nuestra Señora del Rosario en Hellín; así como de siete colecciones particulares, como la de Ángel Revuelta (Madrid), y Ayeres Antigüedades (Albacete), entre otras”.
El Museo de Albacete acogerá la muestra ‘La Loza de Hellín. Brillo y color’ desde el 10 de marzo hasta el 31 de agosto. Una amplitud temporal sobre la que Pascual Clemente destacaba que “facilita la organización personal para poder visitarla”, poniendo de relieve “que se trata de una exposición altamente recomendable para el público en general e imprescindible para que cualquier persona de la provincia o del territorio español pueda conocer el legado cultural y artístico que supone la producción cerámica de Hellín”.

Por todo ello, invitaba Pascual Clemente a “hacer un hueco en sus agendas para verla, porque no les va a defraudar”. De hecho, trasladaba que “las primeras críticas recibidas de la exposición son buenas”, poniendo de relieve que quienes ya han podido disfrutar de esta exposición “no se esperaban el número de piezas que se exhiben y la calidad de las mismas, además del discurso expositivo y del montaje, que es muy didáctico”.
Relevancia histórica de la loza de Hellín
Una exposición única de la que poder disfrutar en Albacete y en la que descubrir auténticos tesoros en forma de piezas de loza con ADN hellinero. Al respecto, explicaba el comisario de esta especial muestra que “Hellín fue el centro de mayor importancia a lo largo de la Edad Moderna del Reino de Murcia”.
Se trata de un aspecto que aparece reflejado en importantes documentos de la época. Concretamente, ponía el punto de mira Pascual Clemente en “el cuestionario conocido como el interrogatorio que fue enviado por el cartógrafo y geógrafo, Tomás López, desde Madrid a todos los pueblos de España hacia 1786-1788, entre ellos, Hellín, que recoge en la respuesta a la pregunta ‘Manufacturas y fábricas’, la existencia de cuatro fábricas de loza entrefina con una producción de 500.000 piezas al año”. Al respecto, puntualizaba que “esta cantidad es sintomática de la existencia de una producción que no solamente cubría las necesidades de un mercado local, sino que también estaba presente en ella poblaciones del Reino de Murcia, e incluso se comercializó en otros reinos, como Valencia o Toledo”.

Particularidades que hacen única la loza de Hellín
“Las abundantes arcillas del lugar y el buen hacer de los alfareros hellineros sirvieron para que, durante más de tres siglos, estuviera en activo una industria alfarera que fue identitaria de este territorio y alcanzara gran expansión en los mercados”, explicaba Pascual Clemente a El Digital de Albacete. La loza hellinera abarcaba una diversidad de tipologías, destinadas al servicio de mesa y al aseo personal, a usos farmacéuticos o al servicio religioso. También manufacturaron cerámica aplicada a la arquitectura, como la azulejería, las placas o las tejas vidriadas en blanco o en azul.
La loza de Hellín cuenta con rasgos propios que la convierten en singular frente a otras producciones cerámicas. En este punto, destacaba Pascual Clemente que “el tono de la arcilla varía, pudiendo presentar una tonalidad ocre amarillenta, ocre claro o rojiza”. Más allá de esto, ponía el punto de mira en la composición mineralógica de la pasta cerámica, incidiendo en que “se caracteriza por contener un alto contenido de magnesio, siendo una singularidad con respecto a otros focos de producción”.

“Se distingue por tener unas paredes de cierto grosor, siendo más frecuente en las zafas y en las fuentes de gran tamaño”, recordaba el comisario de esta exposición sobre este material empleado por estos alfareros para dar vida a sus piezas en la provincia de Albacete. Al respecto, exponía que “también existen otros ejemplos cuyas paredes son más finas, tal es así, que en la documentación se recoge con el término de loza entrefina”, detallando con estos ejemplos que “se elaboraron diferentes calidades a tenor del alfar que las manufacturara”.
En relación al baño estannífero, concretaba el comisario de esta exposición en el Museo de Albacete que “se trata de una cubierta con un acabado denso, generalmente bastante grueso, opaco y de tonalidad blanquecina sin llegar a un blanco puro, a excepción de algunos ejemplos, debido a la poca carga de estaño en la preparación cubierta”. Además, compartía Pascual Clemente con El Digital de Albacete otro de los rasgos de estas producciones, como “las tres huellas muy pronunciadas dejadas por la trébede, tanto en el anverso como en el reverso de la pieza, tras su cocción, siendo muy visibles en las formas abiertas”. De este modo, reconocía que esta singularidad se debe a que “se utilizaron unas trébedes con puntas muy gruesas por ambos lados”.

Mención a parte merecen las decoraciones que se representaban en las lozas y que ahora los visitantes también pueden descubrir gracias a esta exposición en el Museo de Albacete. Al respecto, puntualizaba Pascual Clemente que las decoraciones se realizaban “con pigmentos minerales que contenían óxidos metálicos y permitían añadir color” a las creaciones de los alfareros. Precisamente, la gama cromática empleada en estas piezas varía dependiendo de la época, siendo los colores más utilizados “el cobalto para obtener el azul, el antimonio para el amarillo, el hierro para el ocre y el manganeso para el negro, con una pincelada suelta”, explicaba.
La riqueza de los motivos representados indica el variado muestrario decorativo que los pintores ceramistas hellineros llevaron a cabo para ornamentar sus producciones. Al respecto, recordaba Pascual Clemente que estos profesionales representaron en estas creaciones “variados temas vegetales, pero también están presentes las arquitecturas, los temas heráldicos, los zoomorfos, los motivos religiosos, las figuras humanas, los paisajes, el águila bicéfala y las leyendas, entre otros”.

Un legado familiar que ha pasado de generación en generación
Además, precisamente a la documentación de la que se dispone, se ha podido conocer cuál fue la ubicación de los alfares en el corazón de Hellín, mostrándose agrupada en dos barrios: el de la Cruz y el de San Roque, “a extramuros de la villa, con sendas ermitas homónimas”, puntualizaba Pascual Clemente. Además, el comisario de esta exposición desvelaba a El Digital de Albacete que existen documentadas “13 familias de alfareros del siglo XVI al siglo XIX como los Zaragoza, los Lozano o los Padilla”. En concreto, desarrollaba que “durante generaciones fueron transmitiendo el oficio del barro”.
Pero además, las mujeres también tenían un importante papel en estas producciones familiares. Al respecto, desvelaba Pascual Clemente que “los alfares podían estar regentados por mujeres, una vez que enviudaban, manteniendo a un oficial al frente”. De este modo, ponía de relieve el trabajo de algunas de estas mujeres albaceteñas como es el caso de doña María Fernández Montesinos (1661), “quien se quedó al frente del taller cuando enviudó de su marido, el maestro alfarero Felipe Lozano”, añadiendo que “también tenemos nombres de otras alfareras como Juana Padilla del siglo XVIII”. Sobre los Padilla, puntualizaba que “fue una familia de alfareros que está documentada desde finales del siglo XVI, con Juan de Padilla Hernández, hasta el siglo XIX”.

Una oportunidad única en Albacete
‘La Loza hellinera. Brillo y color’ se trata de una novedosa iniciativa para el Museo de Albacete, ya que es la primera vez que se realiza una exposición dedicada a la loza de Hellín. Además, subrayaba Pascual Clemente que esta muestra supone “una ocasión única para ver reunidas una selección de las mejores 110 cerámicas esmaltadas (loza blanca, loza bicolor, loza tricolor y loza azul) que se conservan en España”.
Como hemos señalado anteriormente, integran esta muestra piezas que forman parte de importante museos nacionales y colecciones privadas, prestadas en exclusiva al Museo de Albacete para esta ocasión. “Nunca se había hecho una muestra dedicada a estas producciones cerámicas de Hellín», desvelaba Pascual Clemente, considerando además que «en varios venideros no creo que se repita una exposición como esta”.

Además de esta exposición, el Museo de Albacete ha puesto en marcha una programación especial con actividades complementarias que permiten enriquecer la experiencia al visitante. En relación a estas actividades, destacaba Clemente “el ciclo de conferencias de ‘Los Martes en El Museo‘”, organizada por la Asociación de Amigos del Museo de Albacete y que estará dedicado a ‘La loza de Hellín y otros centros cerámicos de la Edad Moderna’. En concreto, este ciclo de conferencias se desarrollará desde abril a junio.
Pero más allá de esta iniciativa, desde el Museo de Albacete ha impulsado talleres para centros educativos, así como visitas guiadas realizadas por el comisario de la exposición. En relación a estos aspectos, adelantaba Pascual Clemente que “se está ultimando el diseño de los talleres dirigidos a centros educativos”, incidiendo en que esta información se trasladará posteriormente a los mismos para que cuenten con todo lo necesario para participar en ellos. Igualmente, el Instituto de Estudios Albacetenses ‘Don Juan Manuel’ celebrará en su sede, el céntrico Chalet Fontecha, del 3 al 5 de abril el XXVI Congreso de la Asociación de Ceramología que lleva como título ‘La loza de Hellín. Difusión e influencias’.

Además, para aquellos visitantes que deseen profundizar más sobre las obras que componen la exposición ‘Loza de Hellín. Brillo y color’, tienen a su disposición un catálogo que se ha editado con motivo de esta muestra. Se trata de un catálogo de más de 330 paginas y que se encuentra dividido en dos partes, correspondiendo la primera de ellas a cinco capítulos en los que se recogen los diferentes ámbitos de la exposición; mientras que la segunda parte son unas fichas catálogo de las 110 obras que componen la muestra. El precio de este especial catálogo es de 25 euros y está ilustrado con más de 200 imágenes, pudiéndose adquirir en el Museo de Albacete o a través de la Fundación Impulsa.
“La loza de Hellín no solo era arte, sino también la expresión de la identidad territorial, cuyas piezas nos cuentan con orgullo la historia de un oficio que convertía en cotidiano lo extraordinario”, reflexionaba Pascual Clemente. Al respecto, consideraba que esta exposición que acogerá hasta el mes de agosto el Museo de Albacete “celebra el legado de estos alfareros, hombres y mujeres que, durante generaciones se dedicaron en cuerpo y alma a su oficio”.

Cerámicas esmaltadas repletas de belleza gracias a las que los visitantes del Museo de Albacete tendrán la oportunidad de “rescatar del olvido las historias de estos alfareros y se muestran por primera vez en todo su brillo y esplendor”, expresaba. “Hellín nos recuerda que, en cada alfar, el barro cobra vida y el arte se convierte en terno”, concluía.

























































/Fotos: Miguel Ángel Romero/