En los últimos meses el estado del terreno de juego del Carlos Belmonte está bastante alejado de la alfombra que siempre ha sido el pasto del estadio del Albacete Balompié, por lo menos visualmente, lo que está generando un auténtico problema en forma de sanciones por parte de LaLiga para el club blanco. Así lo han confirmado a El Digital de Albacete fuentes oficiales del propio club.
El motivo no es otro que la cantidad de manchas amarillentas que en el plano general de televisión se ven a tiro de cámara, manchas que afean considerablemente la imagen en pantalla del césped del Carlos Belmonte, que aúna un crisol de imperfecciones en forma de manchas amarillas. Y eso, LaLiga no lo tolera.
Así pues, cada partido que juega el Albacete Balompié en su estadio y las manchas amarillentas siguen estando, LaLiga sanciona económicamente al club albaceteño; y ya es una cantidad bastante considerable la que esta temporada se lleva acumulada en forma de sanciones por dicho motivo en las arcas del Albacete Balompié.
LaLiga quiere controlar al máximo las retransmisiones televisivas, y de unos años a esta parte, quiere que se vean céspedes en buen estado para dar buena imagen y no dañar lo que es la ‘marca’ LaLiga, y dentro de ese control que el ente que preside Javier Tebas quiere hacer, está el hecho de que el césped del Carlos Belmonte no se vea salpicado de manchas amarillas.
Multas al Albacete
De este modo, igual que LaLiga multa a los clubes que no consiguen llenar las gradas que se ven en el tiro de cámara porque eso ‘afea’ el plano, multa al Albacete porque las manchas amarillas no dan una imagen bonita; ese sería el resumen.
Como es normal, este asunto preocupa en el seno del Albacete Balompié, que no quiere seguir pagando multas a LaLiga y que trata de poner solución a un problema que de momento sigue muy amarillo.
El motivo de este incidente con el césped vendría derivado de la presencia de ‘poa’, una especie herbácea que pertenece a la familia de las gramineas o las poáceas. Se puede considerar una maleza del césped y es un enemigo en campos de golf o terrenos de juego de práctica deportiva, ya que su color claro y su capacidad de espigar la hacen antiestética; según explican fuentes especializadas.
