Un albaceteño aficionado al ‘Urbex’ con miles de seguidores en Instagram

Carlos Borches cuenta ya con más de 10.000 seguidores en esta red social

A los exploradores urbanos, también llamados ‘Urbex’, les gusta visitar lugares abandonados, en donde el tiempo y la historia se fusionan en imágenes. Estos exploradores nos muestran la belleza de las ruinas, pero nos esconden su ubicación para preservarlos. Buscan lugares deshabitados y castigados por el tiempo, para captar, a través de sus fotografías, imágenes de lo que ha dejado la historia. En la provincia de Albacete, en Alborea, tenemos a uno de los más conocidos del país.  

Foto cedida: Carlos Broches

Nació en Alborea, tiene 32 años, y le rodea un halo de misterio gracias a su afición por el ‘Urbex’. Carlos Borches nos cuenta que “esta afición siempre ha estado ahí, desde que era pequeño. Cuando era un crío me atraían los lugares abandonados, y esa curiosidad me llevaba a meterme a explorar esos sitios tan misteriosos y nuevos para mí. A pesar de mi corta edad, me gustaba la fotografía y era el encargado de hacer las fotos en los viajes familiares. Recuerdo que tenía una cámara compacta analógica de las que había antes, y, cuando veía alguna fachada vieja, entraba a explorar lo que había dentro, y aprovechaba para hacer fotos de todo aquello que me llamara la atención. Luego, a la hora de revelar el carrete, además de las fotos familiares, aparecían fotos de lugares misteriosos abandonados que a mí personalmente me encantaban”. 

Foto cedida: Carlos Broches

Afición por el ‘Urbex’

Más adelante, en 2012, navegando por Internet descubrió que había algo que se llamaba Urbex. “Para mí fue una revelación, porque descubrí que había gente por toda España a la que le gustaba lo mismo que a mí, y por fin pude ponerle un nombre a esa afición que tenía desde pequeño. A partir de ese momento, y ya con cámara digital, mi interés por la fotografía y la edición fotográfica fue creciendo, y poco a poco fui aprendiendo de forma autodidacta. Cuando ya me manejaba bien me empezaron a salir trabajos esporádicos como fotógrafo en las fiestas de los pueblos, algunos encargos y demás, y fui invirtiendo el dinero que ganaba en ir haciéndome con un buen equipo profesional de fotografía”, indica. 

Foto cedida: Carlos Broches

Carlos Borches trabaja en el mundo de la automoción, pero cuando llega el fin de semana le gusta perderse en busca de sitios abandonados, una afición emocionante, aunque “un poco cara. Lo que hago habitualmente es fotografía de arquitectura, así que he ido comprando objetivos específicos, flashes, y todo tipo de artículos enfocados a ello, porque cuando sales tienes que ir bien equipado. También con calzado y ropa adecuada para la práctica del ‘Urbex’, porque no sabes lo que te puedes encontrar. Hay que tener en cuenta que nos movemos por lugares con un alto nivel de deterioro, sin mantenimiento ni supervisión. Por eso, es vital intentar ir acompañados, llevar siempre un buen equipo, no confiarte y extremar las precauciones. Los peligros pueden ser diversos, techos hundidos, escaleras deterioradas, inundaciones, materiales tóxicos, etc. Por ello, es aconsejable informarse bien y conocer la historia del sitio antes de visitarlo”, aclara. 

Foto cedida: Carlos Broches

Búsqueda de localizaciones

Para encontrar sitios abandonados utiliza varias fórmulas. “Una de las principales es buscar información en internet sobre edificios públicos que han dejado de utilizarse hace tiempo. También busco noticias sobre edificios que hayan sido abandonados por alguna causa, ya sea porque han salido a subasta, una ejecución hipotecaria, un negocio que fracasó, edificios de empresas que ya no existen o que han quebrado y están totalmente abandonadas, o la desinversión de los propietarios. Por otro lado, aprovecho cualquier viaje que tengo para perderme y hacer turismo de ‘Urbex’ en cuanto puedo. Otra forma es mapeando, rastreando con la vista aérea de ‘Google Maps’ lugares por donde he pasado con el coche, y me ha parecido ver a lo lejos algún edificio ruinoso, o con aspecto abandonado.  Si es así, lo marco y voy en cuanto puedo para ver que me encuentro. Por último, hacer kilómetros. Me gusta salirme de las carreteras principales, y perderme por carreteras secundarias en busca de nuevos misterios. Normalmente, se pueden encontrar cosas muy curiosas en el extrarradio. Y es que, en el entorno de pueblos o ciudades te puedes encontrar hoteles, discotecas, hospitales, fábricas, iglesias ,y todo tipo de construcciones abandonadas”, asegura. 

Foto cedida: Carlos Broches

Las reglas del ‘Urbex’

En el ‘Urbex’ existen una serie de normas no escritas que hay que conocer antes de empezar a realizarlo. “Es importante que, al entrar al lugar que vamos a explorar, pasemos desapercibidos con el fin de evitar conflictos. Además, el sitio tiene que estar abierto por algún lado, porque no podemos forzar nada para entrar.  Durante nuestra visita, es importante no alterar el estado de la localización y no destruir ni romper nada, mucho menos con el fin de acceder a él. Hay que dejar todo igual que como lo encuentras, y por supuesto no te puedes llevar nada. Llevarte cualquier objeto de un lugar abandonado supone una falta de respeto tanto para la conservación del propio lugar, como para futuros exploradores. No se pueden compartir las direcciones de lugares abandonados, a no ser que sea gente de nuestra total confianza. A mí personalmente no me gusta desvelar la ubicación de los sitios, ni tampoco que me los digan. Prefiero descubrirlos solo, y de esa forma tengo cierta exclusividad que me gusta. Lo más emocionante es cuando llego a un sitio y está igual que cuando lo dejaron. Por ejemplo, ver un plato encima de una mesa, denota una sensación de abandono en estado puro que me encanta. Es en lo que veo belleza, y es el momento en el que quiero disparar la foto”, confiesa. 

Foto cedida: Carlos Broches

Pasión por el Urbex

Carlos Borches tiene muy claro los motivos de su afición por el ‘Urbex’. “Uno podría ser la emoción y la adrenalina que genera descubrir un lugar por primera vez, o pisar un suelo que hace años que no ha sido pisado, porque es una forma de poder transportarte al pasado. De hecho, antes de hacer fotos, lo que me gusta es disfrutar del lugar, y una vez que tengo todo visto, y he elegido las localizaciones que me gustan, comienzo a hacerlas, para documentar con fotografías esos espacios y así  preservar su historia. Lo importante es saber apreciar la magia de estos lugares. Un día estuve en un hospital psiquiátrico abandonado, y estaba todo como lo habían dejado, los electrodomésticos, las tazas de café en la barra de la cafetería, el tetrabrick de leche, las camas en las habitaciones, y hasta los archivos con los historiales de los pacientes. Fue una experiencia única que nunca olvidaré”, concluye. 

Foto cedida: Carlos Broches

El albaceteño ya se ha hecho con un gran grupo de seguidores que le siguen en cada aventura y le animan a continuar con el ‘Urbex’ en busca de la belleza que deja el paso del tiempo en lugares recónditos y abandonados. Una comunidad que va creciendo día a día en su cuenta de instagram: c.borches_urbex, una ventana donde muestra a la sociedad esta disciplina desconocida para muchos.

Modesto Colorado

Comunicador y cantante de Albacete. Más de 20 años de experiencia en medios de comunicación, especializado en información y reportajes de ámbito cultural.
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