El característico sonido de las bozainas regresaba a las calles de Chinchilla el pasado 8 de marzo. Un sonido que podrá escucharse en esta localidad de la provincia de Albacete cada sábado de Cuaresma anunciando la llegada de la Semana Santa.
En la noche de todos los sábados de Cuaresma, y también durante la procesión de Viernes Santo, se tocan por las calles de Chinchilla unas gigantescas trompetas o bocinas llamadas bozainas. Estos particulares instrumentos tienen una longitud cercana a los tres metros y una forma cónica, además se transportan sobre ruedas y emiten un sonido sobrecogedor.

Una antigua tradición en este pueblo de la provincia de Albacete
Rosa Carcelén es bozainera y miembro de la Junta Directiva de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía, Santo Entierro y Romanos de Chinchilla, y desvelaba a El Digital de Albacete la antigüedad de estos particulares instrumentos. Al respecto, exponía que “se tiene constancia que las bozainas existían en Chinchilla desde principios de 1700”, pero apuntaba que “no hay ningún documento escrito que lo certifique”.
Una antiquísima tradición sobre la que trasladaba Rosa Carcelén que “antes de la Guerra Civil se tiene constancia de que había unos instrumentos similares, pero no hay documentación sobre ello”. Por tanto, sostenía que es después del conflicto bélico, “a partir de 1953 cuando se tiene constancia de que las bozainas pasaron a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía, Santo Entierro y Romanos”, a la que siguen perteneciendo en la actualidad estos peculiares instrumentos.
El particular sonido de los sábados de Cuaresma en Chinchilla
Desde que se tiene constancia las bozainas han anunciado en esta localidad de la provincia de Albacete “los viernes de Cuaresma”, concretaba Rosa Carcelén. De hecho, ponía de relieve que “el momento en el que suenan por primera vez las bozainas en Chinchilla es el primer sábado de Cuaresma”. Al respecto, explicaba que “en su origen las bozainas sonaban todos los viernes de Cuaresma, precisamente para recordar la llegada del Viernes Santo”, pero debido a los cambios sociolaborales que han ido aconteciendo a lo largo de las últimas décadas ha propiciado que ahora esta cita sea todos los sábados de Cuaresma. Pero además, puntualizaba Carcelén que las bozainas también suenan por las calles de Chinchilla durante la procesión de Viernes Santo, «anunciando la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor”.
Las bozainas emiten un triste y sobrecogedor sonido que Rosa Carcelén definía como “un lamento” que se cuela por todas las calles de este este bello pueblo de la provincia de Albacete en las noches de los sábados de Cuaresma. Además, compartía con El Digital de Albacete que las bozainas “van precedidas por una campana y un tambor y se encargan de anunciar el momento que está por llegar”. En este punto, cabe recordar que la Cuaresma son los 40 días previos a la Semana Santa, que se inician el Miércoles de Ceniza y finalizan el Jueves Santo.
Desde el primer sábado de Cuaresma, este año 2025 fue el 8 de marzo y se prolongará hasta el 12 de abril, las bozainas salen a las calles de Chinchilla a las 23:00 horas. Al respecto, concretaba Rosa Carcelén que “no llevan un recorrido fijo y no se tocan constantemente”, detallando que “el sábado de una semana se suele hacer un recorrido por la parte de arriba del pueblo, y a la semana siguiente por la parte baja”.
Un recorrido que los bozaineros van alternando sobre el que desvelaba Carcelén que “no se sabe exactamente qué camino van a llevar”. Durante todo el recorrido “se van realizando paradas que tampoco están prefijadas”, sostenía esta bozainera, añadiendo que son precisamente los bozaineros que van tocando “quienes deciden dónde parar”. Pese a ello, reconocía que estos particulares recorridos que realizan en las noches de los sábados de cuaresma las bozainas cuentan con “paradas que están un poco diseñadas para que ningún sitio del pueblo se quede sin escucharlas”.

Las espectaculares dimensiones de estos instrumentos
En relación a la particular forma de tocar estos gigantescos instrumentos, puntualizaba Rosa Carcelén que “estamos acostumbrados a que los instrumentos de viento lleven pistones o algún tipo de llave”, pero ponía de relieve que las bozainas no cuentan con ninguno de estos elementos. Así, los encargados de modular el sonido o las diferentes notas que se emiten son los propios bozaineros, ya que “estos instrumentos solo cuentan con una boquilla y las notas se realizan únicamente con la fuerza de la boca”, desvelaba.
En la noche de cada sábado de Cuaresma salen a las calles de Chinchilla dos bozainas, “una más grave y otra con un sonido más agudo”, explicaba Rosa Carcelén a El Digital de Albacete. En concreto, detallaba que “la primera de ellas la tocan actualmente tres miembros y para el toque de la aguda estamos seis personas”. Además, forman parte de este especial grupo de bozaineros tanto hombres como mujeres, quienes ensayan para recordar las notas que deben alternar en los toques.
Desvelaba esta especial miembro de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía, Santo Entierro y Romanos de Chinchilla que “las bozainas nunca suenan igual”, detallando que “la melodía no es la misma porque influyen factores como la inclinación de las cuestas o el propio viento”. Por lo que, pese a contar con un sonido muy similar, cada vez que suenan las bozainas en Chinchilla se vive un instante único e irrepetible.
Sobre las particularidades de estos instrumentos, desvelaba Rosa Carcelén que “pesan bastante y tienen cerca de tres metros de longitud”. En concerto, concretaba que la bozaina aguda tiene “3,04 metros de longitud y un diámetro de 21 centímetros”, mientras que la grave cuenta con una longitud de “3,18 metros y 27 centímetros de diámetro”. Más allá de esto, comentaba con El Digital de Albacete que “a partir de 1999 las boinas se cambiaron porque las originales de 1953 estaban muy deterioradas”, desvelando que las que actualmente suenan en Chinchilla “son de latón”.

La importancia de mantener vivo este importante legado
Estos vecinos de Chinchilla trabajan por mantener vivo este importante legado cultural que hace único a este pueblo de la provincia de Albacete. Una labor que a la que es imprescindible darle continuidad y que se transmite de generación en generación, como es el caso particular de Rosa Carcelén, quien tiene su mayor referente en su padre.
Esta vecina de Chinchilla decidió hacerse bozainera porque “mi padre también lo es y yo he pertenecido a esta cofradía desde muy pequeña”. De hecho, la implicación de Carcelén en esta cofradía de la Semana Santa de Chinchilla es tal que ha llegado a ser la presidenta de esta importante cofradía.
“Yo escuchaba las bozainas y veía que no había gente suficiente para tocar estos instrumentos”, exponía. Motivo por el que Rosa Carcelén decidió dar un paso adelante e implicarse de lleno con el objetivo de “evitar que la tradición se perdiese”. Fue entonces cuando comenzó a ensayar para aprender todo sobre las bozainas, instrumentos que lleva tocando desde hace más de una década.

Un importante reclamo turístico para visitar este pueblo de la provincia de Albacete
Sostenía Rosa Carcelén que “para el pueblo esta tradición tiene muchísima importancia”, confirmando que se ha convertido en un importante reclamo turístico y que año tras año son más los visitantes que se acercan hasta Chinchilla para disfrutar del característico sonido de las bozainas. Al respecto, comentaba que “hay personas que nos llevan acompañando desde hace años”, indicando sobre la procedencia de estos visitantes que “hay gente que viene de Albacete, Alicante, Valencia y de todos los pueblos de alrededor”, dispuestos a dejarse cautivar por este sobrecogedor sonido.
El toque de las bozainas es una cita que está señalada de forma muy especial no solo en el calendario de los vecinos de Chinchilla. Y es que, confesaba Carcelén que “las bozainas han llegado a sonar incluso nevando”, confirmando que “no recuerdo ningún sábado de Cuaresma que se hayan quedado sin tocar, a excepción de la pandemia”.
Por todo ello, animaba a “todo el mundo para que venga a visitar Chinchilla y a descubrir el sonido de las bozainas”. Una cita que podrá disfrutarse todos los sábados de Cuaresma a partir de las 23:00 horas y que promete no dejar indiferente a nadie, siendo un motivo único para dejarse cautivar por las tradiciones de esta bonita localidad de la provincia de Albacete.
