El COVID persistente, una lacra que sufren centenares de incomprendidos albaceteños: «Los pacientes no se lo inventan»

Los afectados por covid persistente estiman que son unos 43.000 en Castilla-La Mancha, muchos de ellos de Albacete

Cuando están a punto de cumplirse 5 años de la declaración de aquella pandemia que cambió el mundo y que azotó con fuerza a Albacete, Castilla-La Mancha, España y el resto del planeta, todavía hay muchos pacientes que sufren graves consecuencias en formas de secuelas a las que ya les han podido poner nombre y apellidos: COVID persistente. Aunque dicha afección no está reconocida a día de hoy como enfermedad, diferentes estudios clínicos demuestran que no es producto de la imaginación de unos cada vez menos incomprendidos pacientes, por fortuna, y por tanto ya no se aborda como un problema psicológico o mental.

Juan Alcázar llegó un día a su casa y notó que los pies le “ardían”, tenía “quemazón en las manos, en la cara”, y las pulsaciones le llegaban a 190; tras 17 meses de acudir a consultas le confirmaron que estaba relacionado con la covid que había padecido meses antes: él es uno de los 43.000 afectados de covid persistente que estiman que hay en Castilla-La Mancha. Albacete y su provincia no son ajenas a este mal, ya que también son decenas de albaceteños los que lo padecen.

Volviendo al ámbito regional, el número total de afectados por COVID persistente es un número difícil de precisar porque la enfermedad no está reconocida, según ha manifestado Alcázar, que es vicepresidente de la Asociación de COVID Persistente de Castilla-La Mancha. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el COVID persistente afecta a dos millones de personas en toda España.

Este colectivo reclama desde hace años la codificación de la enfermedad, que tenga un código CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades), “que ya está implementado en toda Europa, pero que aquí en España no tenemos aún”, y también que se aborde la covid persistente desde la Atención Primaria.

Juan Alcázar se contagió de COVID en los primeros compases de la pandemia, en marzo de 2020, pero meses después comenzó a sentir síntomas raros, como las palpitaciones extremas cuando estaba en reposo, o el ardor en los pies, que le obligaba a meterlos en agua fría.

“Empecé a notar que mi cabeza no funcionaba del todo bien; tenía una niebla mental que me hacía dudar, e incluso cuando leía, o mantenía una conversación, cambiaba las palabras; yo me daba cuenta, pero mi cabeza no se corregía sola”, ha rememorado.

Una persona con mascarilla / Foto: Pixabay / Albacete

“Peregrinaje” por consultas médicas

Durante casi un año y medio buscó atención médica, en un “peregrinaje” que le llevó a distintos puntos de la región, “hasta que una neuróloga de Toledo me dijo que estaba derivado de la infección inicial, y por lo menos me quedé un poco más tranquilo”.

En ese proceso contactó con la asociación española de covid persistente, ACTS, y también con otras personas con síntomas similares a los suyos en Castilla-La Mancha, como Estefanía Callejas, y reunieron a un colectivo de un centenar de personas para formar la asociación regional, que actualmente supera los 200 socios.

Donde más afectados han contactado ha sido en Albacete y Toledo, y menos en provincias como Guadalajara, según ha indicado, y cree que a nivel nacional hasta un tercio de los enfermos son menores de edad.

Tanto con ACTS como con la Red de Investigación de COVID Persistente (Reicop) trabajan de forma activa para intentar lograr el reconocimiento de la enfermedad y la formación de los profesionales, para que no se aborde, como sucede en ocasiones, como un problema psicológico o mental.

Foto de archivo / El Digital de Albacete

No tratarlo como un problema psicológico o mental

“Es duro”, ha reconocido Alcázar, “porque llegas a una consulta médica y te tratan de un problema psicológico”, o te derivan a unidades de salud mental “que es peor, porque nos tratan de forma psicológica, como que nos lo inventamos, y no es así”.

Él no ha percibido un “cuestionamiento” sobre sus síntomas, ni en el ámbito familiar ni en el laboral, pero reconoce que sufren “un bajón, nos tira la autoestima por los suelos” cuando alguien les señala: “Te veo muy bien, estás mejor que antes”.

Juan es técnico de mantenimiento, un trabajo “muy físico”, y ha admitido que fue afortunado porque su empresa le facilitó un regreso escalonado, con jornadas reducidas durante varios meses, pero “no todo el mundo ha tenido esa suerte; hay personas a las que directamente las han despedido del trabajo”.

Y es que “uno de los síntomas más incapacitantes es el cansancio extremo que tenemos”, y que ante cualquier “mínimo esfuerzo, el cuerpo no responde”.

Juan participó en el programa ‘Recover’, dirigido por el doctor Berenguer en la Academia de Infantería de Toledo, en el que durante dos meses hicieron ejercicios de fuerza “ya que se había visto que al oxigenar los músculos, notábamos una mejora importante”, y que le permitió una cierta recuperación, aunque no tan grande como él “hubiera querido”.

Foto de archivo / Pexels / Albacete

Unidades de COVID persistente

Castilla-La Mancha fue “casi pionera” en la creación de unidades de COVID persistente en el año 2022, pero Alcázar ha lamentado que “no han funcionado como hubiéramos querido, y al final han terminado como un triaje para derivarnos a especialidades”.

De hecho, en Toledo continúa funcionando “como una consulta de medicina interna” pero han desaparecido en Talavera de la Reina (Toledo) o Guadalajara, ha indicado.

En todo caso, la asociación de la que es vicepresidente apuesta por la creación de un grupo de trabajo para intentar abordar la enfermedad desde la Atención Primaria para que haga un “seguimiento efectivo”.

En este sentido, se confiesa satisfecho con la intención anunciada en enero por el Ministerio de Sanidad de incluir la COVID persistente en la Estrategia de Cronicidad, y cree que es un paso que “abre las puertas a futuros tratamientos”.

Sede del ministerio de Sanidad / Foto: Gustavo Valiente / Europa Press

Las secuelas postcovid en el cerebro que ha descubierto ahora en Albacete el prestigioso Tomás Segura: «Los pacientes no se lo inventan»

Las consecuencias del COVID-19 siguen estando muy presentes en muchos de los pacientes que hicieron frente a esta dolencia. Un rastro del coronavirus que ha llevado a muchos albaceteños a visitar a sus médicos para compartir con los especialistas los múltiples síntomas que continúan padeciendo años después de la aparición de la enfermedad. Pacientes con todo tipo de sintomatología, han pasado también por las consultas externas del Hospital de Albacete, donde se ha desarrollado un novedoso estudio que ha arrojado luz sobre este tema. Tomás Segura, Jefe del Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario de Albacete ha realizado un completo trabajo junto a su equipo, gracias al que han podido analizar a pacientes que presentaban síntomas de COVID persistente.

Este estudio realizado sobre los pacientes con síntomas de COVID persistente arroja unos importantes resultados para el análisis de esta infección en el ámbito neurológico. El 48% de los pacientes que presentan síntomas de COVID persistente tiene un déficit de la memoria episódica, mientras que un 27% sufre un deterioro de la función cognitiva cerebral, que se puede observar en funciones como la atención, la memoria, la velocidad del pensamiento o la fluidez verbal, según este minucioso trabajo con marca Albacete, encabezado por el prestigioso doctor Tomás Segura.

Este estudio ha concluido que entre un 2,5% y un 28% de las personas infectadas por COVID en su momento, presentan síntomas de COVID persistente, es decir, mantienen sintomatología que afecta a diversas partes del organismo, aún no teniendo la enfermedad. Tras estudiar la situación cerebral de 83 pacientes que aquejaban síntomas neurológicos después de hacer frente al coronavirus y analizarlos mediante resonancias magnéticas, se puede decir que estas personas presentan “una corteza cerebral más delgada de lo habitual y una clara alteración de la sustancia blanca del cerebro”, tal y como explica Tomás Segura a El Digital de Albacete.

“Las correlaciones entre el estado cognitivo y las anomalías cerebrales revelaron una relación entre la conectividad alterada de las regiones de la sustancia blanca y las deficiencias de la memoria episódica, la función cognitiva general, la atención y la fluidez verbal”, como detalla el minucioso estudio descriptivo sobre las consecuencias neurológicas del COVID persistente en los pacientes.

Tomás Segura, Jefe del Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario de Albacete

¿Qué ocurre en el cerebro de los pacientes con COVID persistente?

El estudio con sello albaceteño ha estado encabezado por el doctor Tomás Segura, Jefe del Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y financiado por el Instituto de Salud Carlos III. La finalidad de este trabajo científico es analizar qué ocurre en el cerebro de los pacientes con COVID persistente. Son muchos los análisis que se presentan en este ámbito, ya que son muchas las personas afectadas con el síndrome post-COVID. “Lo especial de nuestro trabajo es que hemos hecho un estudio neurológico muy complejo de todos los pacientes que aquejaban este síndrome, con tests que duraban dos horas y media”, tal y como detalla el neurólogo albaceteño Tomás Segura a El Digital de Albacete.

“El principal hallazgo es que los pacientes con síntomas post-COVID no se inventan sus síntomas y tienen claramente afectada la memoria episódica”, señala el experto, que añade que «existen alteraciones de algunas funciones del aspecto intelectivo que van más allá de la memoria, lo que llamamos función ejecutiva”. Como resultado principal, cabe destacar que “lo que más alterado tienen estos pacientes es la atención y la fluidez verbal”, tal y como manifiesta el doctor Segura.

“Lo novedoso es que no hemos hecho el estudio comparándolo con valores de normalidad, sino que lo hemos comparado con nuestros valores”, señala el experto, que matiza que los pacientes con los que se ha trabajado “no son personas escogidas al azar, sino que son personas que pasaron el COVID en la misma época que otros pacientes. De hecho, la mayoría son las parejas del cónyuge que se quejaba, y sin embargo ellos no desarrollaron post-COVID”.

Foto de archivo / El Digital de Albacete

Los transtornos neurocognitivos en el síndrome post-COVID

La finalidad de este minucioso trabajo es resolver el gran enigma, que no es otro que conocer “qué esta pasando en el cerebro de una persona que recibe una infección por un virus concreto, cuando esa misma infección, seguramente el mismo día y de la misma cepa, causa un problema médico a la persona que convive contigo pero no deja secuelas del post-COVID”, señala el neurólogo de Albacete.

La complejidad de este estudio determina que “hay trastornos neurocognitivos en el síndrome post-COVID”, tal y como matiza el Jefe del Servicio de Neurología de Albacete, que añade que también se ha analizado a estos pacientes a través de resonancias funcionales. “Si tú vas al médico con síndrome post-COVID y el médico te explora, no va a encontrar ninguna anomalía”, asegura el especialista.

Para elegir a las personas que forman parte del estudio, “tenían que quejarse de algo que afecta al sistema nervioso”, explica el Jefe de Neurología del Complejo Hospitalario de Albacete, que especifica que “el paciente con post-COVID neurológico se queja de que no piensa bien y de la fatiga, entre otras muchas cosas más como insomnio, diarreas o ansiedad. El motivo de consulta no son ni uno, ni dos, sino muchos”.

Hospital de Albacete

“Los pacientes no se inventan los síntomas”

Para llevar a cabo este estudio, “lo que hemos hecho es explorarlos en la camilla con resultados normales, después les hacemos una resonancia cerebral, con resultados normales”, explica el neurólogo, que manifiesta que “muchas respuestas que les han dado anteriormente a estas personas es que ‘se han asustado’ por el COVID”. Una afirmación que desmiente este estudio, que confirma que “estos pacientes tienen alteradas algunas funciones del aspecto intelectivo y no se inventan los síntomas”, como manifiesta el doctor Segura.

“Nosotros hemos utilizado técnicas que permiten ver cómo es la conductancia del cerebro y cuál es su grosor”, explica Tomás Segura, que indica que “hemos visto que en una parte muy concreta del cerebro de los pacientes, en una región del lóbulo temporal izquierdo, en la sustancia negra en la corteza cerebral, existe una atrofia”. “Si es una atrofia leve no se ve, pero cuando lo metes en un programa de Inteligencia Artificial, te dice que los pacientes que tienen la misma edad, tienen más adelgazada esta zona del lóbulo, no por casualidad, sino que está relaciona con lo que habíamos visto como trastorno neurocognitivo”, asegura el Jefe del Servicio Neurológico de Albacete.

“Esas mismas técnicas de resonancia funcional las aplicamos a la conductancia de las neuronas, a través de los axones, en lo que llamamos sustancia blanca del cerebro”, apunta el doctor, que especifica que en esta región “hemos visto que la sustancia gris estaba alterada en una pequeña zona, sin embargo, la sustancia blanca sí que está muy afectada en todos los pacientes, pero no la forma, que es normal, sino en su funcionamiento”. Cabe destacar, que estas técnicas, como las resonancias funcionales, “lo que miden es el funcionamiento del cerebro”, como señala el neurólogo albaceteño Tomás Segura.

Tomás Segura / Ayto. Albacete

“Cuanta más alteración tenga la sustancia blanca, peor piensa el paciente”

Como pequeño resumen, el estudio arroja unos claros resultados sobre el síndrome post-COVID, que concluye que “si haces una correlación estadística entre los pacientes que están peor en atención y los que están peor en fluidez verbal, la correlación es completa”, como explica Tomás segura, que zanja que “cuanta más alteración tenga la sustancia blanca, peor piensa el paciente”.

Por tanto, se puede decir que “lo que está generando el síndrome post-COVID es una dificultad para que los pacientes pongan a funcionar correctamente áreas y circuitos neuronales distales, que cuadran con lo que aquejan los pacientes”, manifiesta el doctor albaceteño, que asegura que “cuando el paciente dice ‘yo no soy el que era’, tiene razón. Realmente tienen más dificultades para que su cerebro ponga a funcionar a la vez las zonas distales”.

Este estudio supone un paso muy importante que se ha dado desde nuestra ciudad en el estudio del síndrome post-COVID y un hito importante para el Hospital de Albacete, que cuenta con un equipo de neurólogos, entre los que se encuentra el doctor Tomás Segura, que aportan su granito de arena para continuar con la investigación del COVID-19, que a día de hoy sigue afectando a muchas personas.

Nacho Lopez

Nacido en Albacete. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación en radio, televisión y digital, como Intereconomía radio, Cadena SER, Punto Radio, ABTeVe y VOZ Castilla-La Mancha.
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