Me hago esta pregunta ante un partido irreconocible. Quienes levantamos el partido estamos perplejos ante lo que estamos viviendo. Dimisiones que se llevan sucediendo desde el anterior mandato, lógicas ante la deriva de un partido cada día más radical, más antisistema y con el que es imposible llegar a ningún tipo de acuerdo sensato, pues todo lo basan en negocio, traducido a sillones, más cargos, más amenazas y la imposición de sus líneas rojas.
Vox hace mucho tiempo que dejó de ser ese partido ilusionante para pasar a ser un negocio. Pasó a copiar todo aquello “poco decoroso” de los grandes partidos, para hacer lo mismo que ellos, pero en tiempo récord.
No hay más que ver cómo están todas las provincias, son auténticos polvorines. 5, 6, 7, 8 o más gestoras en muy poco espacio de tiempo, mal síntoma para decir que un partido funciona bien. Cero democracia interna, lógico que la gente huya despavorida.
Vox se diluye cual azucarillo, es una figura con pies de barro y desgraciadamente esos pies ya llevan tiempo resquebrajados. Más adelante explicaré lo que ocurre en el partido en Albacete, más parecido a un circo de tres pistas que a un partido que un día ilusionó.
Artículo de opinión de Rosario Velasco , ex portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Albacete
