Uno de los agentes de la Guardia Civil que participó en la inspección ocular de la vivienda del hombre encontrado muerto en Alborea (Albacete), y cuyo presunto homicidio se juzga estos días en la capital de la provincia, ha señalado que «el dormitorio estaba completamente registrado, se habían vaciado armarios y cajones».
Así se ha pronunciado durante la sesión de este miércoles del juicio que, con jurado popular, se sigue en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete y donde han declarado varios agentes de la Guardia Civil y otros testigos, como el sobrino del fallecido, que encontró a su tío muerto «en la cocinilla de su vivienda», tras el aviso de una vecina de que llevaban «un par de días sin verlo».
El agente que realizó la inspección ocular ha señalado que en la cocina, donde estaba el cadáver del hombre, de 70 años, también encontraron «diversos sobres de papel abiertos» y que «los cajones abiertos sólo se veían en la zona del dormitorio, no en el resto de la vivienda», donde sí ha precisado que había basura acumulada.
Otro de los guardias civiles que ha declarado este miércoles, y que acudió al domicilio tras el aviso del sobrino sobre el hallazgo del cadáver, ha precisado que «se observaban lesiones en todo el rostro del hombre».
Ha expuesto que, en las declaraciones que estuvieron tomando a vecinos y familiares del difunto, «nos dijeron que la gente iba a la nave -colindante con su vivienda- y ahí les pagaba en efectivo», a quienes trabajaban para él en tareas agrícolas.
El sobrino del fallecido, que encontró su cuerpo, también ha indicado que su tío «siempre llevaba dinero en efectivo» porque pagaba de esa manera y «no usaba tarjetas de crédito».
Ha añadido que, tras la muerte, la casa de la víctima la limpiaron «mi madre y una de mis hermanas y allí no encontraron dinero dentro».
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Restos de ADN en las uñas
Otro de los agentes de la Guardia Civil que ha declarado ha explicado que, en 2016, dos años después de los hechos, se conoció que en el lavado de uñas de la víctima se había encontrado «un ADN sin localizar», que coincidía con otro encontrado en un robo de casas de campo en Teruel, por lo que pidieron la colaboración a la Policía Nacional de esa provincia.
De esta manera localizaron a F.M. y al investigar su círculo delictivo identificaron al segundo de los acusados, por lo que ambos fueron detenidos ocho años después de los hechos, en 2022.
Está previsto que el juicio se retome a las 10.00 horas de mañana jueves.