Me llama la atención esa preocupación que se ha suscitado en los últimos tiempos para dar ganadores a determinados comunicadores en detrimento de otros. Aflora la división, aflora la polarización, aflora el estás conmigo o estás contra mí. La libre elección de cadena de televisión ha sido siempre muy sencilla, así sigue siendo, pero ahora la estigmatización está presente, dependiendo de lo que elijas. Ahora todo se califica o se encasilla en: fachas, extrema derecha, extrema izquierda. Pienso que es un error, todo es más fácil y la inmensa mayoría de la ciudadanía está en otras cosas, más vitales. Supongo que no habrá cundido la preocupación por saber quiénes tuvieron más audiencia en las campanadas, excepto en los medios situados más a la izquierda. La mirada estaba puesta en la Primera Cadena (TVE) y en Antena 3, la cosa iba para algunos de Broncano o Pedroche, con sus acompañantes. A lo mejor soy un rara avis, pero ni unos ni otros. No tienen gracia, son mediocres, vulgares y sus ironías como las empleadas por la “nueva estrella” de la Primera Cadena, encima molestan, por irrespetuosas y chabacanas. Lo que incomoda es que lo de TVE nos cuesta un dineral, lo que pueda gastarse un medio privado me importa poco, con su dinero pueden hacer lo que quieran y ponerse las vestimentas por montera, lo que quieran, cada cual administra su presupuesto como le parece. En primer lugar, un medio público no tiene que competir con nadie, tan solo tiene que ser riguroso y cumplir lo que le marcan sus estatutos. Quizás sea lo fácil, pero no se me ocurre otra cosa, con el dinerito que -por cierto, no he leído lo que cobró la pareja de TVE– es dinero público, probablemente se puedan contratar, algún maestro más, jueces, policías y guardias civiles, personal sanitario… Ya sé que puede ser demagógico lo que digo, ahora todo se considera el chocolate del loro, pero prescindiendo de mucho gasto superfluo se podrían cubrir otras necesidades básicas. El dinero público es sagrado y al menos los que nos gobiernan tienen que demostrar que gastan con mesura y un control extremo. Me importa poco si los presentadores están flacos, gorditos o tienen los ojos azules. Lo bien hecho, lo decente, lo profesional, quizás esté en otros caladeros o también puede ser que a una mayoría se le caiga la baba con el vestido de una señora que casi se termina quitando. Si eso es lo que quieren, adelante, pero el año que viene habrá que recomendar lo que ha dicho Pérez Reverte: “no hay nada como un buen reloj en casa, de campanadas”.
El que se reduzca el desempleo es una buena noticia, muy buena, digo yo que, además de las leyes, será porque hay empresarios y trabajadores dispuestos a dar el callo y a arriesgar. Será un conjunto, de todo bien acompasado, lo que haga que podamos congratularnos.
De todas formas, hay que seguir trabajando y mucho en cuestiones como la inflación, la deuda que aumenta a pasos agigantados y no digamos la de las administraciones públicas. No perdamos de vista la pobreza infantil, ni a los que no llegan a fin de mes, ni los problemas con la vivienda. Actúen y dejen de hablar tanto de vivienda sin haber hecho nada y eso que hay un ministerio.
La Navidad, hasta ahora, ha ido bien en Albacete. Por la gran cantidad de actos; algunos novedosos y muy seguidos por la gente; por la seguridad, prácticamente las noches claves las incidencias han sido mínimas, como cualquier fin de semana; el frio no ha sido un inconveniente para echarse a la calle y ahora a pensar lo que se pueda cambiar e innovar en algunas cuestiones. Nada es eterno.
Escucharemos a partir de ahora, hablar bastante de Franco. No digo que sea un error bucear en nuestra historia y contarla bien, no digo que sea perjudicial que los más jóvenes y menos jóvenes puedan tener el conocimiento para contrastar lo que significa una dictadura o una democracia. Lo que sí puede ser fatal es lanzarse los trastos a la cabeza, como ya está sucediendo, a cuenta de Franco. No creo que hablar de Franco sea para desviar la atención sobre la cantidad de impuestos que suben, lo que cuesta ir al supermercado, la luz, etc. Una cosa no puede ensombrecer la otra.
El debate o las tertulias se llenaran de manifestaciones sobre si irá El Rey a los actos convocados por Pedro Sánchez o sí Feijóo renuncia a participar en esos más de 100 eventos que ha anunciado el Gobierno para este año, leo algún titular que son para celebrar la muerte de Franco.
Para seguir peleándonos entre unos y otros no veo bien ni lo de Franco, ni lo que signifique división. ¿¡Cómo no se va poder hablar de Franco!? Todo lo que se quiera, pero sin polarizar aún más. Si lo que se pretende es hacer ver que en el PP y VOX hay franquistas, si es que los hay, no negaré nada, el camino emprendido puede ser contraproducente. Quienes tengan pensando votar a VOX o al PP no lo harán por Franco, que seguramente les importa poco, lo harán para ver si acaban con el problema de la vivienda, los salarios bajos, el empleo, la pobreza infantil, la corrupción…No observo una especial preocupación en la calle con Franco, más bien ninguna. Es más, las personas que conozco del PP, son unas cuantas, no creo que sean unos franquistas redomados, fascistas de nuevo cuño, ni mucho menos. Pondré algún ejemplo: no veo yo que el alcalde Serrano sea un franquista confeso, ni mucho menos, yo creo que, perdonen la expresión, se la pela Franco; ni la diputada nacional, Carmen Navarro, más bien la veo como una defensora de la democracia y además practicándolo cada día en la mesa del Congreso de los Diputados; ni el concejal Carlos Calero; ni el secretario general del PP en Albacete, Bernardo Ortega; ni María Gil (diputada regional); ni el líder regional del PP, Paco Núñez y así puedo citar muchos más nombres, son tan solo unos ejemplos. Si quedan franquistas, en el partido que sea o sin pertenecer a ningún partido, supongo que podrán seguir pensando como quieran. He visto en las redes, que la portavoz de VOX tenía concertada una entrevista en la SER, sí aquí en Albacete, suena raro porque en el ámbito nacional no veo yo a Abascal con Barceló una mañana en hora estelar. Alguien le apuntó a la concejala que iba a ir a territorio comanche, pero intuyo que no, entrevistar a una representante de VOX es entrevistar a un político legítimamente elegido por los ciudadanos, por tanto, nada que objetar, más bien diría que no está de más ese punto de pluralidad. No quiero meterme en camisas de once varas porque cada cual hace en su casa lo que quiere y más siendo un medio privado. Por tanto, mi respeto absoluto. Lo mismo que si el califato se disfraza de ecologista antimacrogranjas de cerdos por un día, igual de bien me parece.
Es lamentable que, dentro del propio Gobierno de España, la vicepresidenta diga que el ministro de Economía es “casi mala persona”. Si algo tiene el ministro, seguro que, entre otras cualidades, es cara de buena persona. Además, en lo de la reducción de la jornada laboral está demostrando una sensatez propia de un gobernante serio que sabe muy bien que también hay que contar con los empresarios. No se ha debido enterar la señora vicepresidenta que no es cuestión de trabajar media hora menos y que con eso cumple, está equivocadísima, debe ser que no habla con la gente, lo de trabajar algo menos puede estar muy bien, pero cualquier trabajador lo que quiere es ganar más, para vivir mejor y si es posible que no suban tanto los impuestos, ni la cesta de la compra. Seguramente, estar en la inopia es una forma más de estar, para algunos políticos. Espero que no le salga el haba en el roscón a la vice.
“Cuando uno no tiene lo que quiere, uno debe querer lo que uno tiene”. (Sigmund Freud)
Ángel Calamardo
X: @AFCalamardo