Pasa la Navidad y vamos de cabeza para terminar el año, se va y sin querer mirar atrás porque vivo hacia delante. Me cuentan que los calvarios también van, como la Fiesta del Cordero de la que los animalistas se desentienden, sospecho que de territorio musulmán se trata y se hace tabú comentar, sospecho. Bukele derriba las lápidas con símbolos de bandas, como en su día Alemania hizo con todas las representaciones de la esvástica y por lapidada se queja la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) cuando se dedica a comprar arte y a conceder bonos a “científicos” que no hacen ni la ‘O’ con un canuto. Pues sí, quejas presenta la doña mientras siete científicos sin entrecomillar, de prestigio internacional, se marchan porque no hay para material como microscopios para la investigación. Siete. Así nos va, con la autoridad portuaria de Algeciras llevando a un grupo de ilegales a ver los delfines. Lo normal.
Christine Lagarde, investigada y condenada por malversación en el caso Tapie, con una condena que no tuvo que cumplir pero que no viene mal recordar, (según mi criterio tiene cargo pero ninguna autoridad) hace un discurso en el que en base al cambio climático se debe revisar toda la economía eliminando el dinero en efectivo porque la huella de carbono que produce la impresión del dinero metálico es insostenible, no así sus constantes traslados en jet. Claro que no, las reuniones online para ellos no son y las ciudades a 15 minutos, menos. Sus discursos nos ponen a tiro estos párrafos. De todas formas tengan cuidado estos días y todos los días de su vida porque he visto publicado en Infobae que el cambio climático te hace engordar y relacionan la obesidad con el calentamiento global y para saber qué opina de esto Copilot, le he consultado y sí, para esta IA “la obesidad y el cambio climático están interconectados de maneras complejas, y abordar uno de estos problemas puede tener efectos positivos en el otro”. Tal cual, como la campana de Huesca para Ramiro II. Yo estoy con el astrofísico e ingeniero aeroespacial Dr. Willie Soon, el CO2 es el gas de la vida, ¿no recuerdan sus clases de ciencias naturales en el colegio?. Sin más.
En los 60 el petróleo se iba a terminar, en los 70 llegaba otra era glaciar, en los 90 la capa de ozono desaparecería, en los 2000 los polos se iban a derretir y el mar se iba a comer nuestras costas, en el 2030 no tendrás nada y serás feliz y así llega el infierno fiscal que nos depara el 2025, triple subida de cotizaciones para empresas y trabajadores, el IVA de la luz al 21% y un largo etc. con el que, por aparentemente irremediable, no les quiero amargar. Hasta Revilla dice que el próximo año traerá elecciones anticipadas. Podría ser, sí, porque los affaires de un tiempo a esta parte en Moncloa parecen gobernar al pelo y a la pluma y podría ser porque cuando el Gobierno te quita el 50% de lo que ganas, el 21% de lo que gastas y hasta el 30% de lo que heredas, abre los ojos de cualquiera.
No sé si vieron el anuncio de la OTAN de Navidad. Les resumo, el próximo año lo terminan con la frasecita “allahu akbar”. En Siria los cristianos levantan una cruz donde los rebeldes quemaron el árbol de Navidad. El poder en ese país lo tomaron seres (por morfología exclusivamente, humanos) que profesan el salafismo, corriente herética del Islam de violencia extrema. ¿Qué creen que le espera al país?. Son del tipo talibán, modelo que me ayuda para expresar el exceso. Los saqueos continuados de petróleo y trigo por EEUU, que ya venían de antes, es lo de menos. Desde luego, a mi entender, perjudicial para Europa como todo lo que beneficia simultáneamente a EEUU e Israel, al tiempo.
En Valencia siguen en el barro y en Canarias en contenedores. ¿Hasta cuándo?
Se nos va el año y a mí se me queda en la memoria como los momentos que no he podido rescatar en las calles y como las respuestas que no he encontrado.
Que Dios les bendiga el próximo año 2025.
Amelia F. Fernández-Pacheco