Raúl Gómez es un albaceteño que se dedica profesionalmente a las labores de comercial y por su trabajo visita frecuentemente Valencia y las localidades de su alrededor. Localidades que última y desgraciadamente están en boca de todos debido a las devastadoras consecuencias de la riada provocada por la DANA de finales de octubre.
Precisamente, y de manera involuntaria, Raúl se convirtió en protagonista tras ver su vida peligrar y tener que estar más de 3 horas agarrado al quitamiedos de una autovía a escasos kilómetros de la ciudad del Turia.
Raúl Gómez partió de Albacete a Valencia el fatídico 29 de octubre, puesto que tiene asignada esta zona del Levante en su cartera de clientes. Visitó Silla y Villarreal, y cuando comenzó su regreso a Albacete por la autovía lo alcanzó la riada que arrasó con varias localidades de los alrededores de Valencia, que a día de hoy, continúan llenas de lodo. Para salvar su vida, este albaceteño pasó alrededor de 3 horas agarrado a un quitamiedos de la autovía, mientras el agua corría a sus anchas por la misma, inundándolo todo.
Tres fatídicas horas agarrado a un quitamiedos
Pasados unos días y con el miedo aún en el cuerpo, Raúl manifiesta a El Digital de Albacete que “la Guardia Civil nos dijo que nos agarrásemos al quitamiedos, que era la única manera de salvarnos la vida, y ahí pensé: ‘Hasta aquí’”, recuerda Raúl Gómez, al mismo tiempo que añade que “en otras ocasiones se habían enfrentado a situaciones climáticas adversas en la carretera debido a su trabajo pero nunca se habría imaginado algo así”.
Raúl Gómez destaca que lo más impactante es que en la zona donde se encontraba “no llovía”, y explica que “me pilló un atasco en el tramo de la autovía a la altura de Sedaví (Valencia) y de repente vi cómo en el otro lado de la autovía, la gente se bajó de los coches y salió corriendo en dirección contraria”. Una situación que llamó la atención del de Albacete, que manifiesta que “no daba crédito. Me bajé del coche y les pregunté. Me dijeron que los coches estaban inundados y que el agua llegaría en 10 minutos”.
“Me subí al quitamiedos y en un minuto el coche estaba flotando”
Todavía incrédulo y viendo que la situación en la carretera no variaba y que seguían parados debido a un atasco, Gómez intentó “dar la vuelta en dirección contraria en la autovía. Estaba desesperado e intentábamos salir de ahí como fuera”. Finalmente, “el coche se quedó atascado”, explica, y manifiesta que “me bajé del vehículo y vimos venir el agua como una lámina muy fina que empezó a cubrir el asfalto”. “Me subí al quitamiedos y en un minuto el coche estaba flotando”, señala, e indica que en esos momentos la desesperación se apoderó de él, lo que le hizo entrar “en pánico”.
Con esta situación, Gómez explica que “las personas empezaron a ir camino a Valencia y de repente llegó el agua con mucha fuerza, lo que nos hizo retroceder”, y señala que “había muchas personas y no teníamos salida, además el agua no nos dejaba andar”.
“El quitamiedos era lo único que nos podía salvar la vida”
Entre la desesperación, tanto Raúl Gómez como otras personas decidieron agarrarse al quitamiedos que les salvó la vida, tal y como les indicó la Guardia Civil, ya que el agua “empezó a subir por encima de la rodilla y nos impedía movernos”. En esos instantes, el albaceteño recuerda que llegó una pareja de la Guardia Civil y “uno de ellos nos dijo que nos cogiésemos al quitamiedos que era lo único que nos podía salvar la vida. Ahí pensé: ‘Hasta aquí’”.
Finalmente, y cuando el agua bajó, puesto que “no había llovido en ese punto”, la Guardia Civil “se ocupó de las personas mayores y las mandó en un coche a Valencia y nosotros llegamos andando hasta una gasolinera”, recuerda, y señala que “llegamos sin zapatos y llenos de barro a las 5 de la mañana”. Además, indica que “nos dijeron que nos quedásemos en la gasolinera que vendría la UME”. Pero “no llegó”, por lo que el albaceteño junto a otras personas estuvieron “desde las 5 de la madrugada hasta las 12 de la mañana del día siguiente en este emplazamiento”, tal y como manifiesta el comercial a El Digital de Albacete.
La familia de este vecino de Albacete se desplazó hasta Valencia, aunque “no consiguieron pasar de Xátiva”, como explica Gómez, que señala que “en Valencia no había hoteles, estaba todo lleno y era un desastre. Me acordé de que mi cuñado estaba trabajando en Valencia ese día y lo llamé. Pudo recogerme y nos vinimos a Albacete al día siguiente”, aunque “tardamos 3 horas en llegar”, puntualiza.
Del fatídico 29 de octubre han pasado más de 3 semanas, y Raúl Gómez explica que “todavía hemos encontrado mi coche. Son miles y miles de vehículos desaparecidos”.
Desde luego, el 29 de octubre no se le olvidará nunca a este albaceteño, que fue testigo de una de las mayores catástrofes de la historia del país, que se ha cobrado la vida de centenares de personas y ha arrasado pueblos y vidas completas.