El partido disputado por el Albacete Balompié en Elda el pasado sábado, además de una imagen vergonzosa en lo que al juego y a la actitud de los jugadores del equipo blanco se refiere, dejó a las claras otra cuestión muy importante, y es que Alberto González sacó los pies del tiesto, se pasó de frenada, y además de tomar el pelo una vez más a todos aquellos que se interesan por lo que el técnico malagueño dice en rueda de prensa, criticó que la afición desplazada a tierras alicantinas mostrara su disconformidad con unos jugadores que arrastraron el escudo por el Pepico Amat de Elda.
Casualidades de la vida, tres o cuatro horas antes de que Alberto González se sentara ante los micros para criticar a su afición se tomó la fotografía que acompaña estas líneas, donde esta señora mayor, vecina de Elda, había engalanado su balcón con una bufanda del Albacete Balompié y dos pancartas en las que se podía leer “Viva el Albacete” y “La afición de Albacete es lo mejor”.

Que paradójico ¿verdad?, que una señora muy entrada en años vecina de Elda reconozca lo que es un secreto a voces y que el entrenador que cobra parte de su sueldo gracias a lo que los aficionados se dejan en taquilla, se siente ante un micrófono para decir que no entendía las críticas de los aficionados a sus jugadores y que a ver por qué tenían que estar sus pupilos unos cuantos minutos delante de unos seguidores que habían invertido parte de su tiempo, su dinero y su vida en ir a Elda a ver el esperpento que Alberto y los suyos depararon sobre el verde. Que estuvieron mucho tiempo, dice Alberto, que con haber ido, haber levantado la mano y para la caseta habría sido suficiente…
Han pasado ya casi 48 horas desde que Alberto se sentara en la sala de prensa del Pepico Amat para criticar a su afición y todavía no ha rectificado ni matizado sus palabras, por lo que ello nos lleva a pensar dos cosas: o no está arrepentido o desde el club no lo están aconsejando muy bien, pero lo que sí es cierto es que la afición está dolida después de la falta de respeto de su entrenador hacia ella, y también está cansada de que Alberto cada vez que se sienta ante un micrófono ponga excusas, excusas y más excusas, y muestre cero autocrítica. Y eso que su equipo es el más goleado de las cuatro primeras categorías del fútbol español y sus jugadores se lesionan con una facilidad pasmosa… a ver si es que no estás haciendo algo bien, Alberto.