Excursionistas de Albacete recorren los pasos del famoso bandolero ‘El Pernales’

XVII Edición de la Ruta del Pernales en la provincia de Albacete

Con una treintena de participantes, la menor de 11 años y el mayor de 72, el pasado sábado 5 se celebró la XVII edición de la Ruta del Pernales, ruta cultural y senderista organizada cada año el Centro Excursionista de Albacete. Esta actividad pretende mantener la leyenda de Francisco Ríos González, más conocido como Pernales, famoso bandolero andaluz abatido por la Guardia Civil en la Sierra de Alcaraz el 31 de agosto de 1907, y dar a la vez a conocer los paisajes y tradiciones culturales de Villaverde de Guadalimar, en cuyo término municipal murió el bandido, así como de todos los pueblos de esta sierra albaceteña.

Esta edición, en la que los participantes salieron de Villaverde de Guadalimar, contó con un participante muy peculiar, Calambre, burro de Ángel Bermúdez, dueño de la finca de El Mesegar, lugar de paso de los senderistas tras dejar atrás Villaverde. Por esta finca de El Mesegar se llegó a la Cruz del Pernales, situada en el paraje de Las Morricas, donde tuvo lugar la muerte del célebre bandolero andaluz, en el que los guías del Centro Excursionista de Albacete contaron algunas notas de su vida y obra, así como las circunstancias de su muerte. 

XVII Edición de la Ruta del Pernales en la provincia de Albacete / Fotos: Centro Excursionista de Albacete

Pernales, el delincuente más buscado a principios del siglo XX

Francisco Ríos González, Pernales, a principios del siglo XX era el delincuente más buscado en nuestro país, con una fama delictiva que alcanzó su punto cumbre en los años finales de 1906 y principios de 1907. Se cuenta que el ministro de la gobernación, Juan de la Cierva, mandó a dos mil guardias civiles para intentar su captura. Al verse tan perseguido y tan acorralado, y ante el aumento de los encuentros con los miembros de la Benemérita, en los que murieron o fueron capturados algunos miembros de su banda, decidió  partir hacia Valencia, donde había quedado con su amante, Concha Fernández Pino, una joven de la localidad sevillana de El Rubio con quien acababa de tener una hija. Lo quiso acompañar un miembro de su banda, Antonio Jiménez Rodríguez, conocido como el Niño de Arahal, incorporado recientemente a su partida, al parecer con el propósito de partir hacia Argentina, como ya había hecho anteriormente algún otro bandolero de Estepa, su pueblo natal.

Eran las dos de la tarde del 31 de agosto de 1931 cuando los dos bandoleros, Pernales delante, montado sobre un macho castaño, el Niño de Arahal detrás, con una yegua blanquecida, llegaron a este paraje de Las Morricas. Habían entrado en la provincia de Albacete por una vereda procedente de la aldea jienense de Onsares, por donde llegaron hasta el Cortijo del Puerto del Bellotar, en el que se encontraron al guarda forestal Gregorio Romero Henares, retirado de la Guardia Civil. Pernales le preguntó al guarda el camino a seguir hacia para llegar a Levante, pero el guarda debió sospechar algo de estos dos hombres que llegaban de tan lejos y con tan extrañas vestiduras.

El guarda, tras indicarles el camino, se dirigió a Villaverde de Guadalimar y dio parte al juez municipal de su encuentro. El juez dio aviso a la Guardia Civil, cuyo jefe, el segundo teniente Juan Haro López, jefe de la Línea de Alcaraz, se dirigió en su búsqueda con varios guardias. Envió al cabo Calixto Villaescusa Hidalgo y al guardia Andrés Segovia Cuartero a Las Morricas, donde se apostaron tras unas peñas y dieron el alto a los bandidos cuando llegaron a tres pasos de ellos. Pero Pernales echó mano a la escopeta alentado al Niño de Arahal a hacer lo mismo, por lo que los guardias dispararon sus fusiles dando muerte al estepeño. El Niño echó a correr barranco abajo, pero se topó de frente con el teniente que venía con otros dos guardias. Uno de ellos, Juan Codina Sosa, de un certero disparo por la espalda dio muerte al bandido. En este lugar de la muerte de Pernales, el Ayuntamiento de Villaverde de Guadalimar ha colocado una placa en su memoria y un panel explicativo en el que se cuenta brevemente su historia y leyenda. Queda también como recuerdo un buen puñado de piedras, que han dejado los caminantes como homenaje a lo largo de los años.

XVII Edición de la Ruta del Pernales en la provincia de Albacete / Fotos: Centro Excursionista de Albacete

El Padroncillo, cumbre de esta edición de la Ruta del Pernales

Tras dejar atrás la Cruz del Pernales, los participantes, guiados por Gerardo González Montero, uno de los más expertos guías del Centro Excursionista de Albacete, siguieron hacia el Padroncillo, cima de esta ruta con 1.586 metros de altitud. En lo alto de esta elevación orográfica, que corona una cadena montañosa que divide las aguas de lluvia entre las vertientes mediterránea y atlántica, se hizo el descanso para la comida, al tiempo que los caminantes pudieron disfrutar de unas vistas espectaculares de todos los alrededores. Desde este pico se pueden observar infinidad de elevaciones y valles que se extienden por estas sierras albaceteñas y por las vecinas sierras de la provincia de Jaén.

Desde el Padroncillo se bajó hacia el Puerto del Arenal por una densa arboleda, en la que predominan sobre todo los pinos, principalmente salgareños y resineros, aunque no faltan los robles, las encinas y otras especies arbóreas como los fresnos y serbales. En este Puerto del Arenal se puso fin a esta edición de la Ruta del Pernales, con unos participantes gratamente satisfechos por la espectacularidad de los paisajes recorridos, en una de las zonas más hermosas de la provincia de Albacete y de toda Castilla-La Mancha. 

XVII Edición de la Ruta del Pernales en la provincia de Albacete / Fotos: Centro Excursionista de Albacete

Deporte y Cultura en la naturaleza

Con la organización de esta Ruta del Pernales, como ya dijimos, se pretende no sólo dar a mantener la leyenda del bandido, sino también mostrar a los participantes los hermosos paisajes de la Sierra de Alcaraz. El Centro Excursionista de Albacete es un Club Deportivo que empezó a dar sus primeros pasos en junio de 1978. Desde esa fecha ha organizado cientos de actividades deportivas y culturales de todo tipo, con miles y miles de participantes. Su lema es “Cultura y deporte en la naturaleza”, y la participación en sus actividades está abierta al público, sin necesidad de ser socio.

No se pretende con este evento de la Ruta del Pernales ensalzar a ningún delincuente, sino mantener viva la leyenda del bandido generoso que robaba a los ricos para dar a los pobres, que quizás no sea del todo cierta, pero algo de verdad tiene. Pernales, para el ensayista madrileño Julio Caro Baroja, fue el último bandolero popular español, con cuya muerte comenzaron a correr pliegos de cordel que daban fe de su vida y muerte según convenía a sus autores. Damas enamoradas de la apostura del bandolero, ¡hasta una condesa! –dice Baroja–, actos crueles, multitud de episodios de valor y rasgos de generosidad increíbles. De nada faltó en la vida de Francisco Ríos para hacerle émulo de los bandoleros más románticos de la historia del bandolerismo español.

Pernales fue perseguido por sus actos de criminalidad, pero para las gentes humildes era un héroe, un paladín de los campesinos y un defensor de sus causas. Hay opiniones contrapuestas sobre él entre sus contemporáneos, pues unos lo calificaron de bárbaro y cobarde, mientras que otros lo tildaban de persona muy humana, generosa y valiente. En la Sierra de Alcaraz queda para el recuerdo esta leyenda, una leyenda grabada en cada casa, en cada calle y en cada rincón de la sierra: 

«Ya mataron al Pernales, 

ladrón de Andalucía, 

el que a los ricos robaba 

y a los pobres socorría».

/ Fotos: Centro Excursionista de Albacete/

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