La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Albacete (Apeht) y la Asociación Provincial de Fabricantes y Expendedores de Pan de Ciudad Real (Afexpan) han suscrito un acuerdo para fomentar el conocimiento y consumo del Pan de Cruz, el único pan con Indicación Geográfica Protegida del territorio.
El Pan de Cruz, de elaboración artesana desde el siglo XIII, aparece ya descrito en el Quijote de Cervantes y cuenta con la denominación de IGP desde 2009, según ha informado la asociación en nota de prensa.
En virtud de este acuerdo, y con motivo de la celebración del Día Mundial del Pan el próximo 16 de octubre, los establecimientos de hostelería de Albacete asociados a la Apeht que se han sumado a la iniciativa recibirán este producto a un precio bonificado durante todo el mes de octubre.
I.G.P. Pan de Cruz
El producto amparado por la I.G.P. Pan de Cruz de Ciudad Real se define como el pan formado por una pieza compacta y densa, de trigo candeal, bregado de miga consistente y blanca, en forma de hogaza abombada y con corteza lisa. Se reconoce porque en su cara anterior lleva dos profundos cortes perpendiculares en forma de cruz y en la cara posterior lleva el anagrama de la I.G.P. en forma de cruz de Calatrava.
Es un pan que se elabora con masa dura, de forma redondeada, con corteza gruesa, suave y crujiente de color dorado y sabor a cereal tostado. Su miga, de color blanco, es suave y esponjosa, con olor intenso a cereales y ligeramente dulce.
La zona de elaboración del Pan de Cruz abarca toda la provincia de Ciudad Real aunque es originario de la comarca del Campo de Calatrava, y más concretamente de la zona de Almagro, Carrión de Calatrava y Manzanares. Desde hace siglos es una tierra con extensos cultivos de cereales y en la que se elaboran una gran variedad de panes.
La experiencia y buen hacer de los panaderos ha permitido conservar y mejorar la elaboración de un pan con características organolépticas propias y diferenciadas, reconocidas y apreciadas por los consumidores.
Este tipo de pan está ligado históricamente al tipo de comida tradicional de esta zona, basada fundamentalmente en la gastronomía de labriegos y pastores que antiguamente iban de quintería. Al tener este producto una larga conservación podía ser utilizado tanto de forma directa en platos y guisos, como acompañando a otros platos. Además, es ideal para acompañar los vinos y quesos manchegos.