La historia de Nagore: la joven vasca que recibe tratamiento en Albacete, a más de 700 kilómetros de casa

De Lezo a Albacete: Más de 700 kilómetros en busca de una unidad específica para TCA

Más de setecientos kilómetros separan a Nagore de su familia. La joven, natural de un municipio del País Vasco, recibe tratamiento desde 2022 en la Unidad de Trastornos del Comportamiento Alimentario de Albacete (UTCA), puesto que sufre anorexia nerviosa. Toda una odisea la que han sufrido Nagore y su familia, puesto que en su comunidad no existe ninguna unidad específica que ofrezca tratamiento para los TCA, dentro de la sanidad pública. Por este motivo, la joven vasca vive desde 2022 en Albacete, ciudad a la que se vio obligada a mudarse con solo 17 años para ingresar en la UTCA albaceteña.

Los padres de Nagore, Marijo y José Julián consiguieron recoger más de cien mil firmas para pedir a las administraciones vascas pertinentes, que el sistema sanitario de esta comunidad ofreciese una unidad específica para tratar los TCA dentro de la sanidad pública, y que la historia de Nagore, que recibe tratamiento a más de 700 kilómetros de casa, no se vuelva a repetir. Tras dos años de lucha, parece ser que el esfuerzo de esta familia vasca ha dado sus frutos, y el País Vasco tiene previsto abrir dos unidades enfocadas en los TCA.

Nagore y su familia / Foto: Cedida

Actualmente, Nagore tiene 19 años y hace ya dos años que llegó a la capital albaceteña para ingresar en la unidad específica para los TCA, situada en el Hospital Perpetuo Socorro de Albacete. Toda una odisea, que ha partido a esta familia en dos, ya que la joven y su madre residen en Albacete, mientras que el padre y el hermano de Nagore viven en el País Vasco. 

La lucha de esta familia vasca

Un largo viaje que comenzó en 2022, cuando Nagore recibió el diagnóstico de anorexia nerviosa. “Mis padres se empezaron a desesperar y a buscar sitios para tratar mi TCA. Fuimos a sitios presencialmente y no querían aceptarme”, recuerda la joven afectada, que manifiesta que “el único sitio que aceptó mi caso sin poner pegas fue Albacete”. De esta manera, Nagore, natural de Lezo, llegó por primera vez a la capital albaceteña, que como ella misma confiesa “no sabía ni dónde estaba Albacete, ni cuántos kilómetros eran”. Antes de llegar a la capital albaceteña, la joven entró y salió en varias ocasiones de la unidad de agudos infanto-juvenil del Hospital Donostia, como explicaron los padres de la joven en la plataforma change .org, donde manifestaban que “en los centros no especializados solo les ingresan cuando su vida está en peligro, y luego les vuelven a dejar y así no se cura un TCA”.

Puerta de la Unidad de Trastornos del Comportamiento Alimentario Albacete / Foto: Cedida UTCA

Por este motivo, los padres de la joven decidieron comenzar una recogida de firmas, en la que explicaban cuál era la situación de Nagore, que en aquel año “se empezó a apagar y perdía casi 2 kilos por semana”, como manifiestan los progenitores a través de esta plataforma, donde también denunciaron públicamente que “en toda nuestra comunidad autónoma (País Vasco) no existe ni una sola unidad médica pública especializada para su enfermedad”. 

La solución pasaba por “pagar 5.000 euros al mes o te encuentras de un día para otro peregrinando de comunidad en comunidad, rogando que allí donde sí hay centros específicos, alguien la quiera ingresar, sabiendo que el tiempo corre rápido y podrías llegar demasiado tarde para salvar a tu hija de su enfermedad”, tal y como señalaban los padres de la joven en esta denuncia pública en 2022, cuando empezó la pesadilla de esta familia vasca.

La fortaleza de los padres de Nagore, ha sido clave en esta historia, que ha allanado el terreno a las jóvenes que como su hija, han padecido un TCA en el País Vasco. Gracias a ellos, que han luchado porque esta región cuente con una unidad de tratamiento específica para estos trastornos, otras jóvenes no tendrán que pasar por esta odisea. “Mis padres han sido muy persistentes, gracias a eso han dicho que van a abrir dos unidades, aunque no va a ser en mi provincia”, señala la joven de Guipúzcoa.

UTCA Albacete / Cedida

700 kilómetros entre Albacete y Lezo

Nagore recuerda cómo le diagnosticaron el TCA y pone de relieve el papel tan importante que tuvieron los docentes en su caso, ya que “fueron los profesores los que se dieron cuenta de que estaba muy deprimida. El TCA solo fue una parte”, manifiesta la joven, que explica que “empecé a ir al psicólogo y el TCA vino más tarde”.

Una etapa muy dura para la joven, que ingresó en la UTCA de Albacete, a cientos de kilómetros de sus familiares y amigos. “Vine sola y fue duro porque las demás ingresadas recibían visitas y yo estaba sola”, manifiesta Nagore, que añade que “pasaron bastantes meses hasta que la coordinadora le dijo a mi madre que se viniese a Albacete y ya empecé a poder salir con ella”.

UTCA Albacete / Cedida

A día de hoy, Nagore y su madre son vascas de nacimiento, pero albaceteñas de adopción, ya que siguen residiendo en Albacete, donde la joven ha podido continuar con sus estudios. Por otro lado, “mi padre y mi hermano siguen viviendo en el País Vasco. Decidimos que se viniese ella porque tenía más facilidad para teletrabajar”, apunta la estudiante.

Hospital Perpetuo Socorro de Albacete / Imagen de archivo

Una delicada situación que ha dividido a esta familia vasca, que a pesar de la distancia permanece unida. “Cuando voy al País Vasco unos días y estamos los cuatro se hace duro volver”, explica la joven, que añade que “hablamos todos los días por videollamada”. 

Nagore junto a su familia en un pueblo de Albacete / Foto: Cedida

El septiembre pasado, Nagore recibió el alta para poder acabar sus estudios, ya que se encuentra cursando segundo de Bachiller. El largo viaje de esta familia vasca estaría por finalizar, ya que en un principio, cuando la joven acabe el curso podrá volver a casa.

Nagore no es la primera joven que tiene que alejarse de su ciudad y de su familia para recibir tratamiento en una unidad específica como es la UTCA de Albacete. En unos meses, el viaje de Nagore habrá terminado y podrá regresar a casa, cerca de sus amigos y de su familia, aunque esta familia vasca ha allanado el terreno y ha puesto sobre la mesa la importancia de estas unidades específicas que pueden salvar vidas, gracias a la fortaleza de jóvenes como Nagore y sus padres, que han luchado incansablemente durante dos años porque el País Vasco garantice atención especializada en relación a los trastornos alimenticios dentro de la salida pública, para que otras jóvenes no tengan que pasar por el largo viaje de Nagore.

Noelia López

Natural de Albacete, Graduada en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández. Experiencia en medios de comunicación como VIsión6, Es Radio y Telemadrid
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