En el día de ayer, domingo 3 de marzo, decenas de pasajeros que iban a viajar desde Albacete a Valencia en un Regional Express se toparon con una auténtica odisea, ya que aunque la llegada estaba prevista para en torno a las 20.30 horas, no llegaron a la ciudad del Turia hasta bien adentrada la madrugada, pasadas las 02.30 horas, teniendo que ser muchos recogidos en Almusafes por amigos o familiares, ya que desde RENFE no sabían cuando podría llegar el convoy a la Estación del Norte en Valencia capital. Un trayecto que habitualmente dura unas dos horas y media aproximadamente, pero que ayer se convirtió en una odisea para muchos por culpa de una avería en la infraestructura de ADIF y que afectó directamente a RENFE y sus pasajeros.
El tren salía sobre las seis y cuarto de la tarde del domingo de la Estación de Tren Albacete-Los Llanos con destino Valencia. Tras una hora y media de viaje aproximadamente, sobre las ocho menos cuarto de la tarde, el tren se paraba por una avería, tal y como explica Melanie a El Digital de Albacete que les indicó el personal de RENFE, una albaceteña que estudia en Valencia y que era una de las pasajeras de ese tren rumbo a Valencia, donde se disponía como muchos otros albaceteños a arrancar la semana en la universidad.
“Cuando quedaban unos cuarenta minutos para llegar, el revisor dijo que el tren se iba a parar por una avería. Esa fue la última vez que vimos al revisor hasta la una menos cuarto que pudimos bajar del tren”, asegura Melanie a El Digital de Albacete.

Un viaje de muchas horas desde Albacete
“Estuvimos en el tren parados desde la siete y media hasta la una de la madrugada”, señala la joven albaceteña, que asegura que “tendría que haber llegado a las ocho y media de la tarde, y llegué a casa a las dos y pico de la mañana”.
En Almusafes, localidad cercana a Valencia, el tren estaba parado y según indica Melanie a El Digital de Albacete “nos dijeron que el tren no salía, y a partir de ahí todo el mundo se bajó del mismo”, recuerda la estudiante, y añade que “todo el mundo decidió bajarse, la gente que podía llamó a familiares y se buscó maneras de ir a Valencia, llegando los familiares en coches particulares hasta Almusafes desde Valencia para recoger a los pasajeros”.
De esta manera, Melanie llegaba a su casa en Valencia ya que un familiar de una amiga se acercó hasta esta estación de tren para llevarla a casa, tal y como confirma la madre de la estudiante a El Digital de Albacete. Hasta la estación de Almusafes “llegó un coche de policía, pero éramos tantos que no podían hacer nada”, manifiesta Melanie.
A pesar de la odisea que vivieron durante las horas eternas de viaje, Melanie explica que “la gente se portó muy bien, cuando llegaron las once y media, sí que la gente se levantó desesperada”. Aunque según cuenta la joven albaceteña, entre horas muertas hubo tiempo hasta para cantar el cumpleaños feliz a algún pasajero que le tocó soplar velas entre vagones.

La versión de Renfe a El Digital de Albacete
Desde Renfe Valencia, aclaran que “por la tarde hubo una avería de insfraestructura entre Silla y Benifaió, que provocó varios retrasos significativos en trenes de larga distancia, media distancia y cercanías”, tal y como explican a El Digital de Albacete.
Una avería que se prolongó y que “estuvo desde las siete y media de la tarde hasta las dos de la mañana, y al final, trajo unos retrasos significativos”.
Aunque desde Renfe aseguran que los trenes “circularon lentamente, debido a la avería de la vía, y eso causó de retrasos de entre 80 y 120 minutos. Esto provocó un colapso y se retrasó la circulación”.
Desde Renfe argumentan que “la avería es de ADIF, y Renfe lo que hizo fue garantizar la seguridad. Aunque hubo retraso, los trenes llegaron a su destino”. Sobre la avería, desde Renfe indican a El Digital de Albacete que “durante 15 kilómetros se circulaba por una única vía situada a unos 25 kilómetros aproximadamente de Valencia, ya que en ese tramos se juntaron los trenes del cordón del mediterráneo más los cercanías”, tal y como aseguran desde Renfe.
A pesar del mal rato, los pasajeros mostraron su paciencia e incluso hubo tiempo para desearle un feliz cumpleaños a uno de los pasajeros que soplaba velas entre los vagones. Una situación incómoda en la que, una vez más, hubo que armarse de paciencia.