Los almendros en la provincia de Albacete han florecido y, aunque han dejado estampas preciosas a lo largo y ancho del territorio albaceteño, detrás de estos paisajes se esconde un gran riesgo, al que se están enfrentando cara a cara los agricultores durante esta campaña, con el foco puesto en las heladas y en el proceso de cuajado de la flor del almendro.
Entre una y dos semanas se ha adelantado la floración de los almendros esta temporada, lo que pone en alto riesgo a las cosechas, tanto por las posibles heladas que vengan, como por el proceso de cuajado del fruto, que va ligado a las abejas, y que se encuentra en la cuerda floja.
Francisco José Navarro, ingeniero técnico agrícola de Manchega de la Almendra SOC. COOP, de Villamalea (Albacete), trabaja entre almendros y conoce de primera mano la situación. En una entrevista con El Digital de Albacete, el experto ha explicado cómo afecta esta situación a la cosecha, que se debe a dos problemas principales, como son “las posibles heladas de marzo y el proceso del cuajado del almendro”, y también ha explicado cómo esta afectando esta situación a las diferentes variedades que florecen en la provincia.
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En Albacete, generalmente, se cultivan dos variedades de almendras. Por una parte, la variedad temprana, como la ‘marcona’. Por otro lado, la variedad tardía, con variedades como ‘vairo’, por lo que cada tipo está viviendo una situación diferente. La variedad ‘marcona’ es uno de los tipos de variedades de floración temprana que se cultivan en la provincia y llevan un adelanto de una semana aproximadamente. Francisco José Navarro aclara que “esta situación viene por el invierno tan suave que hemos tenido. Las temperaturas de enero han ayudado a que la floración se adelante”, explica.
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Sobre las variedades del almendro tardías, el ingeniero apunta que “aún no han florecido, pero están a punto. Otras variedades, como el almendro de variedad ‘vairo’, están ya para florecer, cuando normalmente este tipo de variedad suele florecer a primeros o mediados de marzo”.
La clave, en las abejas
Los almendros se enfrentan a otro problema crucial como es el proceso de cuajado en el que las abejas juegan un papel muy importante. El experto ha explicado que “el cuajado se produce gracias a la polinización de la abeja, si no hay abejas o el tiempo no acompaña para que el insecto polinice la flor, no existe ese porcentaje del fruto”, y añade que “la cosecha depende de la cantidad de flor que haya y de que estas flores estén polinizadas. Si las abejas no tienen buenas circunstancias para polinizar, la proporción de cuajado se reduce mucho”, señala el ingeniero agrícola.
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Los microclimas de la provincia de Albacete
Aunque es cierto que, en general, la floración de los almendros se ha adelantado en la provincia de Albacete, esta situación no se ha dado igual en todos los casos, ya que, dentro de la propia provincia existen pequeños microclimas, tal y como ha explicado el ingeniero técnico a El Digital de Albacete. “No es lo mismo el almendro de Villamalea que el de la Sierra de Alcaraz. Depende mucho de las temperaturas. El invierno tan suave que hemos tenido y este mes de febrero con temperaturas altas han propiciado este adelanto de la floración”, apunta Francisco José Navarro, técnico agrícola.
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“El miedo está en que aparezca una helada ahora, en primavera”, afirma Francisco José, que confirma que “una helada tardía haría perder la cosecha”. Aunque contra el tiempo nadie tiene armas, el ingeniero explica que buscan la manera de evitar las pérdidas a toda costa y que “tenemos armas para buscar variedades que florezcan más tarde. Intentamos escoger estas variedades tardías o extra-tardías, que son aquellas que florecen en marzo o en abril, en un año normal”, puntualiza el técnico.
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Con ello, ha llegado un cambio de tendencias en los campos albaceteños, que se decantan por las variedades tardías, lo que supone que algunas otros tipos autóctonos, propios de Albacete, hayan visto mermada su producción. Por ejemplo, “la variedad marcona ya no se planta tanto”, indica el ingeniero que explica que “en cantidad de hectáreas, hay variedades que se están perdiendo”, ya que los agricultores buscan esquivar de alguna manera los fenómenos climatológicos adversos. Las variedades autóctonas se mantienen en algunos lugares específicos para evitar las heladas, y con ello, la pérdida de producción, como por ejemplo, “en zonas pegadas al río, que es muy raro que hiele. Hay zonas muy buenas y por eso se mantienen en estos lugares las variedades tradicionales”.
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Con la mirada puesta en el cielo, los agricultores esperan poder recoger la cosecha de la almendra sin sufrir las inclemencias meteorológicas que puedan llegar en forma de heladas en las próximas semanas. Con el apoyo de las abejas, que tienen un papel clave en todo este proceso, los productores confían que, cuando llegue el momento de la recogida, puedan culminar la campaña con los mejores números posibles.