Noemí Romero, gimnasta de trampolín, dio sus primeros saltos en Albacete. Hoy, unos quince años después, va a saltar hasta la ciudad de Bakú (Azerbaiyán) en la próxima Copa del Mundo para buscar la clasificación olímpica para los Juegos Olímpicos de París 2024. Noemí Romero podría convertirse en la primera española y albaceteña en clasificar para unos Juegos Olímpicos en trampolín. A sus espaldas, varios Campeonatos del Mundo y Europeos, e innumerables triunfos en los Campeonatos de España. Entre sus éxitos más recientes destaca el oro en el Campeonato de Europa por equipos en 2022, que consiguió junto a sus compañeras de la selección. Un título que supuso un hito en la historia de esta disciplina deportiva en España.
Del 23 al 25 de febrero se celebra la Copa del Mundo de Trampolín en Azerbaiyán. Se trata de una de las cinco pruebas clasificatorias que otorgarán los últimos billetes para los Juegos Olímpicos de París 2024. Entre los gimnastas de la delegación española se encuentra la albaceteña Noemí Romero, que tiene muchas opciones de conseguir esta plaza que la llevaría a cumplir “el sueño de mi vida”, tal y como ella ha asegurado en una entrevista a El Digital de Albacete. “De momento estoy tranquila, los entrenamientos van bien, estoy con calma y me siento preparada. Estoy disfrutando del camino que creo que es lo más importante”, confiesa Romero.

Noemí se encontró con el trampolín de pura casualidad. Con cinco años se apuntó a karate y un día el profesor faltó al entrenamiento. En su puesto apareció María Manjavacas, entrenadora albaceteña de esta disciplina deportiva, con un trampolín bajo el brazo. Ese día, Noemí Romero saltó por primera vez en el que sería el deporte de su vida, que tras años de constancia y esfuerzo está a punto de abrirle las puertas de la ciudad francesa que acogerá los próximos JJOO.
De Albacete hasta Bakú
Su objetivo es entrar “dentro de las ocho primeras y meterme en la final” para asegurar la plaza. Un objetivo para el que lleva trabajando prácticamente toda su vida y que está ahora más cerca que nunca. Sobre el proceso de las competiciones clasificatorias, Romero explica que “es un proceso bastante duro, muy largo. Empezó en junio y es casi un año completo”, aclara. Un año de trabajo en el que “te tienes que mantener al cien por cien y no puedes bajar la guardia. Una lesión te deja fuera”, explica la gimnasta y añade que “hay mucha tensión psicológicamente hablando”.
Este sistema de clasificación se compone de cinco Copas del Mundo, en las que se reparten los billetes olímpicos. En estas pruebas, lo que se premia es la regularidad y la constancia absoluta. De estas cinco competiciones independientes, suman las tres mejores puntuaciones de cada deportista, y a partir de ahí se reparten las plazas. Por el momento, la gimnasta albaceteña tiene en el bolsillo 45 puntos. Contando con la competición en Bakú, Romero se enfrenta a la cuarta de cinco pruebas clasificatorias. De esta manera, solo quedaría la última Copa del Mundo que se celebra en la ciudad alemana de Cottbus, en el próximo mes de marzo.
Meterse entre las ocho primeras le valdría a Noemí Romero para obtener un billete a París, es decir, necesita clasificarse dentro de la final. “Actualmente, estoy clasificada, no es plaza fija y me pueden sacar, dependo de quedarme bien arriba en el ranking” y añade que «necesito puntuaciones con resultados como los de la Copa del Mundo de Varna, que fui a la final”, asegura la gimnasta albaceteña. Como rivales, Azerbaiyán, Georgia y Nueva Zelanda se quedan “muy cerquita” de los resultados de las gimnastas españolas.

En este proceso, Noemí Romero lucha junto con su compañera de selección, Melania Rodríguez, por conseguir esa plaza olímpica para España. Además, en este caso, España opta a conseguir una única plaza para el país. Compañeras fuera y dentro de la pista, Noemí cuenta que “nunca nos hemos visto como rivales, siempre nos hemos apoyado, sus logros son los míos y los míos son los suyos”, mostrando, una vez más, los valores que ha marcado el deporte en la joven albaceteña.
Sobre la lesión que arrastra Noemí Romero cuenta que “va a días, hay días que sin dolor entreno perfectamente, pero si subo la carga al día siguiente me quedo resentida” y añade que, junto a su equipo “vamos viendo la carga de los entrenamientos para llegar de la mejor manera”, refiriéndose a las próximas competiciones.
“El sueño de mi vida”
Una plaza olímpica. Un reconocimiento a las horas dentro del pabellón, al esfuerzo, a la constancia y a la dedicación de una vida entera en el aire. Para Noemí Romero, conseguir este billete es “el sueño de mi vida, lo que he perseguido hace muchos años”, asegura Noemí y añade que “cuando empiezas a crecer deportivamente, a clasificarte a mundiales, a europeos.. Al final, como todo deportista, la ambición es ir a los Juegos Olímpicos”.

El deporte que eligió a Noemí
Noemí ha aprovechado para echar la vista atrás junto a El Digital de Albacete y recordar cómo llegó a su vida este deporte que recuerda con “mucha ilusión, lo hacía porque me gustaba”. En su primera competición, el seleccionador nacional no pudo evitar fijarse en Noemí y le propuso a sus padres llevarla al Centro de Tecnificación, al que la gimnasta acudía de lunes a sábado. “Desde entonces, empecé a crecer muchísimo, hice amigas, me lo pasaba muy bien, ahí pasaba mi vida entera, iba directa del colegio a entrenar”, recuerda emocionada la gimnasta.
Parece que el destino estaba escrito y fue este deporte el que eligió a Noemí Romero. Cuando ella aún ni siquiera había descubierto el trampolín, Romero acudía con cinco años a clases de karate hasta que un día el entrenador faltó. En su lugar, apareció María Manjavacas con un trampolín y desde ese día Noemí ha hecho su vida en torno a él. “Ese día le dije a mis padres que me había encantado y me apuntaron”, explica entre risas Romero. De esta manera, entre la aparición de María y aquel profesor que nunca llegó, Noemí empezó a saltar y unos cuantos años después está a punto de dar el salto de su vida.
“A veces un éxito te lo lloras más que un fracaso”
A aquella niña que soñaba con unos Juegos Olímpicos, Noemí ha contado que le diría que “lo más importante es que disfrute del proceso, que es lo que te llevas, las victorias y los fracasos, de todo se aprende. Hay que disfrutarlo al cien por cien”. Sobre el esfuerzo, la albaceteña destacaba que “la gente ve el éxito pero no ve el esfuerzo, el sacrificio y el sufrimiento que hay detrás de un éxito. A veces un éxito te lo lloras más que un fracaso”, cuenta Noemí y añade que “al final haces un deporte que te gusta, pero muchos días tiras de rutina, no de motivación y ganas. Hacer esto a alto nivel todos los días también tiene lo suyo”, aclara.

El legado de Noemí Romero en Albacete
Tener referentes es muy importante para las futuras carreras deportivas de las generaciones que vienen, y es cierto, que el legado de Noemí ha calado en el mundo deportivo albaceteño, especialmente en el trampolín. Noemí entrena en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, en Barcelona, lejos de la ciudad que la vio saltar las primeras veces y explica que “yo sigo mi camino, pero cuando miro a la gente que me apoya y veo la manera en la que lo hacen me siento super orgullosa de poder ser referente, no en lo que es la persona, sino en el trabajo y la constancia” y añade que en Albacete “van a hacer cosas muy grandes”, refiriéndose a las nuevas generaciones de gimnastas de la ciudad, que vienen pisando fuerte.
Gracias al esfuerzo y la perseverancia de Noemí Romero (y a aquel entrenador de karate que no asistió a aquel entrenamiento), hoy Albacete se sitúa en el mapa gracias a esta gimnasta albaceteña, que lleva con orgullo el nombre de la ciudad que le vio saltar a lo más alto. Noemí Romero se queda con un deseo muy especial de cara al futuro: “Albacete se conoce por la feria, pero espero que algún día, y ojalá, se le conozca por la primera gimnasta de trampolín española que clasificó a unos Juegos Olímpicos”, cuenta emocionada la gimnasta.
Desde el Digital de Albacete le deseamos a Noemí mucha suerte en esta competición y esperamos poder volver a hablar con ella en unos meses para que nos cuente su experiencia en los Juegos Olímpicos de París 2024.