Pocos minutos después de salir de quirófano, la doctora Esther Garrido saca su faceta de investigadora y explica con detalle todo lo relacionado con las experiencias cercanas a la muerte (EMC) y el proyecto a nivel mundial en el que se encuentra inmerso un pequeño equipo de médicos de Albacete.
Esther Garrido es licenciada en Medicina por la Universidad de Valencia, especializada en Anestesiología y Reanimación. Desde el año 2005 trabaja en el Hospital General Universitario de Albacete. Uno de los estudios que lleva a cabo Garrido tiene que ver con las ECM, un fenómeno del que la mayoría de la gente desconfía, pero que tiene una base científica que esta doctora ha explicado a El Digital de Albacete.

¿Qué son las experiencias cercanas a la muerte?
Según explica esta doctora, “hay muchas definiciones, la asociación Internacional de Experiencias Cercanas a la Muerte la define cómo un evento psicológico profundo que puede ocurrir en personas en riesgo de muerte o en situaciones límite de la vida. Son personas que están en situaciones de parada cardíaca o muertas de entrada clínicamente”.

Muchas personas que no hayan oído hablar nunca de este fenómeno se preguntarán qué ocurre cuando alguien sufre una ECM. Aunque son personas que se encuentran en situaciones de parada cardíaca, “tienen una vivencia intensa de fenómenos físicos y sobre todo visuales de muchos tipos”, explica esta médica. “Se estudian aquellos casos de pacientes, que después de sufrir una paro cardíaco, sobreviven y cuentan la experiencia que han tenido”, recalca.
Garrido explica que pueden darse estos fenómenos “mientras un paciente se encuentra en quirófano anestesiado, pacientes que están en cuidados intensivos, pacientes críticos sedados o pacientes en el límite de la vida”.
¿Qué suelen experimentar los pacientes que sufren una ECM?
Esther Garrido relata que la mayoría de pacientes que sufren una ECM cuentan los mismos síntomas. Además, explica que se diferencian de las alucinaciones o los sueños, ya que no se olvidan. “En algunos de los casos no hay luz del túnel, pero hay una vertebración común. Son experiencias que las personas que las sufren las recuerdan hasta el día de su muerte como si las vivieran en ese mismo momento, los detalles permanecen, no tienen nada que ver con alucinaciones o con sueños. La ECM te la pueden contar con los mismos detalles aunque hayan pasado 30 años. En cambio las alucinaciones son eventos individuales de cada uno, no tienen hilo conductor común, que si tienen las ECM”, explica a El Digital de Albacete.

¿Qué suelen describir los pacientes que sufren una ECM?
“Lo que ellos suelen describir es la sensación de salida del cuerpo, en un estado en el que acaba viendo lo que está ocurriendo. Muchas veces hay un túnel, una luz, algo luminoso, que suele llevarlos a un sitio de inmensa paz, de colores preciosos, con un valle precioso de luz, es una sensación placentera, de no querer volver”, responde esta médica. Además, cuenta que en muchos casos, «reconocen en estas experiencias a familiares conocidos que vienen a por ellos”.
La expresión ‘he visto mi vida pasar a cámara rápida’ cuando vives una situación de peligro tiene su sentido tras conocer más sobre las ECM. “Muchos pacientes cuentan que hay un paso super rápido de lo que has vivido, como una película de tu vida a cámara super rápida, y eres capaz de ver eventos de tu vida que pasaron hace 40 años, los ves pero super rápido. Suelen ver también las cosas que no hicieron bien, sienten un ‘autojuicio’”, explica esta doctora.
Al pasar por esta experiencia en la que se ha estado tan cerca de la muerte, muchos cambian de mentalidad totalmente. “La gran mayoría de ellos tienen un cambio importante en su sentido y propósito de vida. Lo que también ocurre es que esta gente pierde el miedo a la muerte, no tienen miedo de irse”. Garrido cuenta que hay mucha desconfianza alrededor de este fenómeno, “muchos creen que la gente que tiene una ECM son personas religiosas, pero hay casos de todo”.
Primer estudio a nivel mundial
La doctora Garrido explica qué son las experiencias cercanas a la muerte (ECM) y en qué consiste el proyecto a nivel mundial del que forma parte Albacete. “Se trata de un estudio científico prospectivo de casos y controles, esto quiere decir que están totalmente controladas todas las variables”, explica Garrido. En los hospitales donde se lleva a cabo este estudio existe un comité ético que “trata de determinar la incidencia de estos fenómenos en la población mundial”, según esta médica.
Albacete forma parte del primer estudio a nivel mundial. Según Garrido, se han realizado diferentes estudios prospectivos que son los importantes, pero a nivel mundial, que englobe todos los hospitales, es el primero”, cuenta. De esta forma, se podrá determinar la incidencia real de casos.

Cómo nace y se desarrolla este estudio
La doctora Garrido explica la razón que la ha llevado a investigar sobre este fenómeno. “Uno porque ocurre y porque cuando un paciente tiene una ECM lo que suele ocurrir es que no lo cuenta, ya que hay una incomprensión brutal, en familiares, en amigos, hasta en el ámbito médico”, relata.
“El objetivo de este estudio es encontrar evidencias significativas de ECM, estudiar la frecuencia, el contenido y las causas, y analizar fisiológicamente y farmacológicamente y culturalmente si hay relación o no”, explica Garrido. “El primer paso es pedir el consentimiento al paciente para entrar en el estudio y hago la entrevista. Si el paciente no cumple los criterios de ECM no pasa al grupo de controles, pero se seguirá realizando un seguimiento de su caso aunque como una ‘no ECM’”, comenta.
“Después de las entrevistas se descartan los casos en los que no se ha podido producir una ECM”, explica. Garrido comprueba si los pacientes cumplen una serie de estándares. En esta fase también “se pueden descartar a aquellos que antes de sufrir un episodio parecido han tomado psicofármacos, alcohol o drogas. Hay unos criterios claramente definidos de exclusión, que si se dan no entran al estudio”, aclara Garrido.
Este estudio “se basa en una entrevista que sigue un protocolo estandarizado, pasa por un comité ético y se hace una entrevista cuando el paciente que ha salido de la parada cardíaca se encuentra ya fuera de peligro. A los dos años se vuelve a entrevistar al paciente y, de nuevo, cuando se cumplan 8 años”, relata Garrido.
En algunos casos habrá personas que no hayan experimentado ECM y otras que sí, e, incluso, explica que algunos cuentan estas experiencias años después. En este seguimiento se busca principalmente “saber si ha desarrollado capacidades sensitivas que antes no tenía, si sigue acordándose de su experiencia y si ha sufrido cambios significativos en su vida, que son situaciones que se suelen dar”, explica Garrido.

La investigación a nivel mundial de la que forma parte Albacete
Según explica esta sanitaria, varios hospitales de España realizan este estudio, como el Hospital de Málaga, el Hospital de Móstoles, o el propio Hospital de Albacete, que fue el tercero en entrar en este proyecto. “Aquí a Albacete llegó porque yo recibí la visita de una paciente que había tenido una ECM y yo ya había investigado sobre ello. Lo más importante en estos casos es saber acompañar a los pacientes, que se sientan comprendidos”.
Esta doctora siguió de cerca el caso de esta paciente y fueron llegando más personas con este tipo de experiencia. “Contacté con el doctor Sans Segarra y el me puso en contacto con la fundación, entidad que nació por la ECM que sufrió su fundador, y propuse Albacete para el estudio”, explica. Actualmente, forman parte de este equipo en Albacete psicólogos, cardiólogos y una neurofisióloga.
Como curiosidad, Esther Garrido cuenta que se suelen dar muchos divorcios, ya que las personas que han experimentado una ECM experimentan cambios muy grandes y buscan otros propósitos a raíz de estos episodios.
¿Qué le dirías a los albaceteños que desconfían de este tipo de fenómenos?
“Yo les diría que estos fenómenos existen porque hay personas que los sufren y los cuentan, hay cientos de miles de casos que cuentan esto. Estas personas no tienen motivos para inventarse esto, no ganan nada ni socialmente ni económicamente, y se encuentran con la incomprensión, el rechazo y los apartan de su entorno porque sienten que no encajan”, explica esta doctora.
“No ver no significa que no exista”
“Hay tantas cosas que no puedes ver ni tocar y sí puedes sentir. No ver no significa que no exista”, recuerda Garrido. Esta médica quiere poner en valor a aquellas personas que cuentan este tipo de vivencias, ya que es un gesto valiente por su parte. Para esta doctora este estudio es uno de sus “propósitos de vida”, concluye Esther Garrido.