La Audiencia Provincial de Albacete ha condenado a A.G.S., asesino de María Isabel de la Rosa, vendedora de cupones de la ONCE en Albacete, a la pena de prisión permanente revisable.
Así, la Sala, tras recibir el veredicto de culpabilidad por asesinato emitido por el tribunal del jurado, ha estimado que la pena a imponer a A.G.S. debía ser la más dura que establece el Código Penal español, atendiendo a la manera de dar muerte a la víctima, como a la incapacidad de defensa de la misma debido a su minusvalía y la clara intención de ocultar su cadáver con la construcción de una pared.

La prisión permanente revisable era la pena solicitada tanto por el Ministerio Fiscal como por las acusaciones particulares. El abogado de los padres y uno de los hermanos de María Isabel, el prestigioso penalista Mariano López Ruiz, ha confesado a El Digital de Albacete su satisfacción ante la condena ya que “se ha hecho justicia y la familia, lógicamente, está satisfecha”.

Así, López Ruiz ha aseverado que esta condena “colma las pretensiones de la familia de la víctima y aplaude la decisión de la Magistrada-Presidenta ante un crimen horrendo”.
Además, también ha sido condenado a un año de prisión por el hurto de dinero y “rascas” de la ONCE que A.G.S. perpetró el día de los hechos.

UN CRIMEN QUE CONMOCIONÓ A ALBACETE
El jurado popular declaró a A.G.S. culpable de asesinar en Albacete el pasado 2021 a la vendedora de cupones de la ONCE, María Isabel de la Rosa. El veredicto fue alcanzado por unanimidad de todos los miembros del tribunal del jurado.
El tribunal del jurado emitía el pasado jueves, 15 de junio, su veredicto sobre el acusado de asesinar en agosto de 2021 a la vendedora de cupones de la ONCE en Albacete, María Isabel. De este modo, los miembros del jurado consideraban al acusado culpable de un delito de asesinato.
LA EMPUJÓ Y LA ASFIXIÓ CON SUS PROPIAS MANOS
Entre los hechos probados, el jurado, en base a las pruebas y testimonios aportados durante el juicio, considera que María Isabel acudió a la casa de Andrés Gómez, el acusado, ubicada en la calle Estrella de la capital, para cobrar una deuda de 50 euros, pero esa deuda se incrementó cuando en la vivienda Andrés jugó más «rascas» de la ONCE por un importe superior de más de 200 euros, que cuando se los reclamó María Isabel fue empujada por el acusado y cayó al suelo, diciéndole en ese momento ella que lo iba a denunciar, tras lo que Andrés, con ánimo de causarle la muerte y sin posibilidad de defenderse, se abalanzó sobre ella, inmovilizándola y apretándole el cuello con las manos hasta causarle la muerte por asfixia, aprovechándose de su minusvalía.

CONSTRUYÓ UN HABITÁCULO PARA OCULTAR EL CUERPO
Una vez que comprobó el acusado que María Isabel estaba muerta, enrolló el cuerpo en plásticos y la depositó una habitación, encargando al día siguiente ladrillos, arena y cemento para construir un habitáculo en la vivienda donde ocultó el cuerpo de la víctima, cubriéndolo con diferentes capas de ladrillo y cemento, tratando de evitar que el cadáver fuera descubierto ni se emitieran olores. Además, el acusado rompió el teléfono móvil y el terminal de venta de la ONCE de María Isabel para evitar que fueran geolocalizados.

CONFESÓ EL CRIMEN A LA POLICÍA TRAS NEGARLO EN UN PRIMER MOMENTO
Por otro lado, el acusado negó en un primer momento a la Policía Nacional saber nada del paradero de María Isabel, algo que cambió más tarde cuando en la entrada y registro a casa de Andrés éste confesó que había matado a la vendedora de la ONCE y que el cuerpo estaba en el habitáculo construido a tal efecto.
El tribunal del jurado ha concluido que también es culpable de un delito de hurto por haberse quedado con el dinero y los «rascas» de la ONCE que llevaba la víctima cuando ocurrieron los hechos y, además, ha considerado que el procesado «no es merecedor de la suspensión de la pena» ni tampoco «del indulto».

PETICIÓN DE PENAS
Los hechos ocurrieron el pasado 19 de agosto de 2021 en Albacete capital y tanto por parte del Ministerio Fiscal como de las tres acusaciones particulares -de los padres y el hermano que vive con ellos, la otra hermana de la víctima y la ONCE- consideraban que se trata de un caso constitutivo de un delito de asesinato, por el que pedían la pena de prisión permanente revisable, como así finalmente ha sido condenado.
Además, el procesado estaba acusado también de un delito de hurto, por el que el fiscal pedía un año de prisión.