Renqueante y con un aparatoso vendaje, Sergio Serrano volvió al ruedo tras pasar por la enfermería después de la cogida que sufrió en el cuarto de la tarde y a pesar de ello no dudó en ponerse a portagayola, siendo arrollado por el toro de Victorino que cerró plaza y haciendo que se vivieran momentos muy tensos y de auténtico temor.

Por suerte, la Virgen de los Llanos extendió su capote y Sergio Serrano no sufrió lesivas consecuencias. Muy cerca sí estuvo.










