Molina y Hernández, a hombros en Albacete

El abono de la Feria de Albacete sigue su curso y continúa consumiendo festejos ‘menores’ antes de que llegue el turno de los figuras, que veremos si don capaces de cambiar la línea de pobres aforos que hasta ahora está acogiendo la plaza de toros de la capital manchega.

Este lunes fue el turno de la segunda y última novillada del abono, con una terna compuesta por Víctor Hernández, José Fernando Molina, que está en puertas de la alternativa, y por Álvaro Alarcón. Como anécdota, destacar que salvo el albaceteño Molina, los otros dos eran debutantes en el coso de la calle Feria e hicieron el paseíllo preceptivamente desmonterados.

Los novillos, defectuosos y deshechos de tienta, fueron del hierro madrileño de Montealto, estuvieron bien presentados en líneas generales y ofrecieron juego desigual.

La tarde contó con una invitada de excepción de las que no gustan en ninguna fiesta, y es que la lluvia apareció y desapareció como el Guadiana pero, obviamente, no favoreció a nadie.

Abrió plaza Carretilla, de capa castaña chorreada, herrado con el número 37 en los costados, nacido en noviembre de 2018 y de 485 kilos de peso.

De lila y oro lo recibió muy bien de salida con el capote el madrileño Víctor Hernández, que dejó buenos lances de recibo y que arrancó los primeros aplausos del respetables. Tras el tercio de varas, todavía se lució mucho más con el capote en el quite.

Tras un mimoso tercio de banderillas llegó el turno de la muleta, que comenzó el novillero con unos ayudados por alto en las líneas del tercio tras brindar al público. 

Estaba entregado Hernández y deseoso de cuajar una gran tarde en Albacete, pero abrir plaza en un día nublado como este lunes no es fácil y al poco público que se dio cita en la mal llamada ‘Chata’, poco más de un cuarto de entrada, le costó conectar con el de Los Santos de la Humosa.

Con la izquierda llegaron los momentos más emocionantes de la faena, cargando la suerte al natural y dejando alguna que otra tanda de bellos muletazos.

Conforme fue avanzando la faena y sin exprimirlo mucho el novillo se fue viniendo abajo y una vez que el de Montealto abrió la boca dio igual todo lo que le hizo el vertical, impávido y firme Víctor Hernández.

Se tiró con todo a matar el que fuera alumno de la Escuela Taurina de Guadalajara y a punto estuvo de resultar prendido por uno de sus hombros, pero por suerte el pitó no hizo presa y salió ileso, quedando todo en el revolcón y el susto. 

Clavó hastaclos gavilanes y el novillo casi rodó sin puntilla, siendo reconocida su actuación por el público con una merecida oreja.

‘Alamito’ fue el segundo de la tarde, un colorado de 443 kilos de peso, herrado con el 63 en los costados y nacido en marzo de 2019.

Vestido de verde y oro, José Fernando Molina probó con los lances iniciales de capote la extraña embestida de su flojo oponente, que ya antes de entrar al caballo había perdido las manos en un par de ocasiones y que después, por desgracia, continuó por similares derroteros.

Trató Molina de gustar y gustarse con el capote en el quite y aunque arrancó algunos olés, todo se frenó en seco cuando el astado volvió a perder las manos.

Tras las banderillas y un brindis muy personal, ‘El Moli’ se fue a los terrenos del tendido uno y toreó a cámara lenta, templando y mandando y moviendo la muleta a la velocidad que requería el flojo y noblón novillo.

Demostró el de Albacete con sobrada holgura que está más que preparado para tomar la alternativa el próximo día 15 y templó con torería al de Montealto, haciendo las delicias de un público que estaba sabiendo reconocer el buen hacer de un José Fernando Molina que llevó cosido a la tela a su oponente y que le sacó hasta el último muletazo que tuvo sin permitir ni consentir el más mínimo enganchón.

Se tiró José Fernando Molina con todo y al sitio, pero encontró hueso y solo pudo dejar una media estocada que a la postre fue insuficiente y le obligó a tirar de descabello. Tras un golpe de verduguillo el astado pasó a mejor vida y el público otorgó una oreja al novillero. 

Hubo, además, palmas para el novillo durante el arrastre.

‘Vanidoso’ saltó al albero justo antes del intermedio, un ejemplar de 444 kilos de peso, capa colorada, herrado con el 66 en los costados y nacido en marzo se 2019.

De blanco y plata, el toledano Álvaro Alarcón probó con el capote las acometidas de su oponente y poco más, ya que además, en el segundo o tercer lance, el novillo hizo un extraño que dejó un tanto helado al joven espada.

Era tal la flojedad del astado que el tercio de varas fue efímero y tan sólo hubo un picotazo. En banderillas, tres cuartos de lo mismo, pero para que el novillo no fuera arrastrándose en el tercio de muleta tuvo que ser así.

Viendo que sus compañeros de terna ya llevaban una oreja cada uno, Álvaro Alarcón brindó al público para que hubiera algo más de cercanía y se fue a por el novillo a los medios, pero ni el toro era igual que los de antes ni el que manejaba la muleta tampoco. 

Aún así y a base de tragar saliva Alarcón fue metiendo al novillo en la muleta, que debido al genio que presentaba en su embestida puso en más de un aprieto al de Torrijos.

Nunca se sintió cómodo en la cara del novillo el joven espada y aunque no hay que reprocharle falta de entrega, su toreo estuvo muy por debajo de lo que se había visto hasta el momento durante el festejo y a pesar de que hubo alguna que otra protesta por ello, ni la música llegó a sonar.

Acertó con los aceros y mandó rápidamente al desolladero a su oponente, habiendo una leve petición de trofeos y no siendo concedido ninguno por Doña Genoveva Armero debido a lo minoritaria de la misma. Lo que sí hubo fue ovación, que el novillero recogió y respondió desde el tercio.

‘Veraniego’ saltó al ruedo tras la merienda, un colorado ojo de perdiz de 464 kilos de peso, herrado con el 78 en los costados y nacido en enero de 2019.

Correoso de salida y algo despistado, le costó entrar en harina pero entró, y lo hizo en gran medida por el buen hacer de Víctor Hernández con el capote.

Poco hubo de mención en los tercios de varas y banderillas, tras los que llegó el turno de una faena de muleta que comenzó sin brindis alguno.

Los mejores momentos llegaron cuando Hernández se echó la muleta a la izquierda, con la que templó, cargo la suerte y desplazó al novillo con armonía, obteniendo el reconocimiento del público en forma de aplausos.

Noblón pero falto de fuerza, el novillo acompañaba y tomaba bien los engaños, pero sí es cierto que faltaba un algo que hacía que la sintonía entre astado y novillero no fuera total.

Buscando la puerta grande, Víctor Hernández lo probó todo aconsejado por su apoderado, el ex torero Matías Tejela, dejando también una buena estocada al entrar a matar e intentando emular los triunfos conseguidos hasta ahora en Madrid, Santander, Almería o Bilbao. Y así fue, ya que hubo también oreja para el madrileño en este segundo de su lote y le permitió salir a hombros de la Plaza de Toros de Albacete.

‘Camaqueto’ fue el penúltimo de la tarde, un ejemplar colorado de 455 kilos de pesó, herrado con el 71 en los costados y nacido en enero de 2019.

Recibió bien Molina al bocinegro de Montealto y dejó grandes lances de verónica con el capote, dejando patente desde muy pronto que iba a poner todo de su parte para acompañar a Víctor Hernández en la salida triunfal a hombros hacia Los Jardinillos y el Paseo de La Feria.

Tras la puya y las banderillas llegó la hora de la verdad, pero antes José Fernando Molina tuvo el gran detalle de brindar el último novillo de su carrera a toda su cuadrilla, a sus hombres de confianza, a su otra familia, con los que el próximo día 15 dará el paso de convertirse en matador de toros. El brindis quedó deslucido porque el toro no se fijó en los engaños que le mostraban desde el burladero del tendido 10, pero el detalle quedó ahí y eso es lo que cuenta.

Se llevó Molina al astado a los medios y allí empezó el baile, derrochando el novillero sentido del temple y haciendo al morlaco más bueno de lo que era.

Admirador de Dámaso González, José Fernando Molina recordó en algunos momentos al maestro por su manera de templar y volvió a demostrar que lleva un gran torero dentro y que quizá pueda dar mucho que hablar en el escalafón de matadores de toros a poco que la suerte y los contratos acompañen.

Se olvidó Molina que en menos de 72 horas tenía una cita con su alternativa, con Roca Rey y con El Juli y no se amilanó ante el novillo de Montealto, sino que derrochó profesionalidad, saber hacer y buen gusto para cuajar una faena de notable alto.

Se tiró a matar con todo y a por todas y dejó un estoconazo cargado de efectividad que no tardó en hacer doblar al novillo. La plaza se tiñó de blanco, Genoveva Armero hizo justicia y José Fernando Molina cortó dos orejas en el quinto de la tarde.

El novillo fue despedido con una sonora y merecida ovación durante el arrastre.

Cerró plaza Ventajista, de 512 kilos de peso, colorado de capa, nacido en septiembre de 2019 y herrado con el 73 en los costados.

Con sus dos compañeros de cartel saliendo a hombros, Álvaro Alarcón no quería ser el convidado de piedra y buscaba demostrar que haber cortado el pasado San Isidro tres orejas en Madrid no fue algo baladí ni fruto de la casualidad.

De corta estatura pero con gran arrojo para emocionar a los tendidos, el novillero toledano no pudo brillar con el capote por lo despistado de su oponente, que se entregó posteriormente en el caballo y que descabalgó al picador Manuel José Bernal.

Tras las banderillas y antes de la faena de muleta Alarcón brindó a Curro Vázquez, que ya que mañana torea en esta plaza Cayetano se encontraba en el callejón del coso de la calle Feria.

Hoy no era la tarde de Álvaro Alarcón, pero no porque él no se entregara o no expusiera, sino porque le tocó el peor lote y sin oponente es complicado que se pueda hacer nada sobre el ruedo.

Erró el de Torrijos con los aceros además a la hora de entrar a matar al descastado sexto y por mucho que lo intentó no evitó irse de Albacete sin tocar pelo.

/Fotos: Ángel Chacón/

Nacho Lopez

Nacido en Albacete. Más de 10 años de experiencia en medios de comunicación en radio, televisión y digital, como Intereconomía radio, Cadena SER, Punto Radio, ABTeVe y VOZ Castilla-La Mancha.
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