Los museos conservan los hallazgos de nuestra historia, asegurando la transmisión del conocimiento de forma que sea accesible para todos los públicos.
La Ley 2/2014 de Museos de Castilla-La Mancha “recoge además de los Museos, también las Colecciones Museográficas y Centros de Interpretación, y contempla la institución museística como instrumento esencial para la conservación, el estudio y la difusión de los bienes culturales, desde una perspectiva científica, didáctica y lúdica, con la clara vocación de garantizar la transmisión generacional de los bienes culturales y el derecho de los ciudadanos de Castilla-La Mancha”.
El Museo de Albacete ofrece una gran muestra de la cultura de la provincia gracias a sus colecciones: el visitante puede viajar desde la Prehistoria, a la cultura ibérica a través de objetos hallados en poblados, necrópolis y santuarios; esculturas, objetos de la vida cotidiana y mosaicos de la antigua Roma; monedas; elementos litúrgicos o cerámicas de la época visigoda; piezas de los siglos XIII al XVIII; obras de arte de los siglos XVI y XVIII y manufacturas de la provincia como la cuchillería albaceteña; hasta conocer obras más recientes de los siglos XIX y XX, como la colección de cuadros donada por Benjamín Palencia.
‘Torso de caballo enjaezado’
Un itinerario entre tesoros muy diversos, por eso nos acercamos a algunas de las piezas que alberga el Museo de Albacete, como la escultura ibérica ‘Torso de caballo enjaezado’, que data del s.V a.n.e. y que formaría parte de un monumento tipo heroico o funerario, en representación de un personaje importante.
El torso de este caballo, de 80 centímetros de altura, fue hallado en La Losa, Casas de Juan Núñez, Albacete, según detalla el Museo, y en el que se puede observar detalles anatómicos así como los elementos que lo adornan, como palmetas y roleos de los picos de la manta, cinchas y correas; e incluso se puede apreciar en el cuello manchas de pintura parda que serían originarias del color del pelaje.
‘Caballero nº 1’
El Caballero nº1, Hoya Gonzalo (Albacete), es una escultura de 165 centímetros, y que data del 490 a.n.e. como un monumento funerario, desgrana el Museo. Se puede apreciar a un jinete que está ataviado con faldellín corto que cubre parte de sus muslos, con sandalias altas, el torso está cruzado por correajes y un cinturón.
Al jinete se le puede ver la cara con una sonrisa sobre un caballo al que se le aprecian sus correajes.
Sillar de la muralla de Ilunum (Tolmo de Minateda, Hellín)
Roma extendió su modelo cultural, económico y político a los territorios que fue conquistando. Un imperio que estaba unido por una red de vías por las que hacían llegar a las ciudades diferentes productos, construyéndose además edificios en las ciudades a imagen de Roma.
En la ciudad que hubo en El Tolmo de Minateda, Ilunum, se construyó una muralla en época de Augusto en cuya inscripción se alude al poder del emperador, incluso en la periferia se levantó un templete con columnas y capiteles corintios.
Los mosaicos de los romanos: Balazote
De la antigua Roma se exhiben en el museo de Albacete inscripciones conmemorativas y funerarias, esculturas, objetos de la vida cotidiana, e incluso mosaicos.
Así, en las excavaciones en la villa romana de Balazote aparecieron estancias (área termal y habitaciones residenciales) que estaban cubiertas con pavimentos de mosaicos, algunos, señala la información del Museo albaceteño, con motivos geométricos, otros figurados, como la cabeza de Medusa; otro formado por tres pavimentos, uno geométrico, otro casi perdido con estrellas y pájaros, y un tercero con temas marinos.
Cruz de término de Albacete
La Cruz de término de Albacete, de unos 148 centímetros, es una cruz de estilo gótico final (último tercio del S. XV) tallada en piedra y que se compone de dos piezas: la macolla y la cruz con dos caras donde se representa un profuso repertorio iconográfico religioso. En sus orígenes, daba la bienvenida y la despedida a los viajeros.
En la cruz aparece la figura de Cristo crucificado, la Virgen Dolorosa y San Juan. En el reverso de la misma, la Virgen coronada sostiene al Niño y a ambos lados Santa Bárbara y Santa Catalina.
La cruz de término de Albacete se erigía, según especifica el Museo, al final de la calle de La Cruz, junto a una ermita dedicada a su mismo nombre, y cerca de la Puerta de Chinchilla, uno de los accesos a la encrucijada de caminos de la villa albaceteña.
Busto de Francisco Jareño y Alarcón
Francisco Jareño y Alarcón nació en Albacete en 1818, fue un prestigioso arquitecto español del s.XIX. En 1848 obtiene el título en la Escuela Oficial de Arquitectura de Madrid. Fue autor de algunos de los más notables edificios oficiales del reinado de Isabel II, entre otros, del Palacio de Biblioteca y Museos de Madrid.
En Albacete intervino en la reforma del antiguo convento de San Agustín para transformarlo en Audiencia territorial. Obtuvo distinciones como la de la Real Orden de Carlos III o medallas de oro en las exposiciones de Amberes, París, Londres, Viena y Barcelona. Así en el Museo se puede ver una escultura de 90 centímetros, un busto del arquitecto de medio cuerpo sobre una peana.
‘Estación del Norte’
El pintor albaceteño Benjamín Palencia realizó una donación de obras al Museo de Albacete. Las obras expuestas se articulan en torno a cinco recorridos: la inspiración en los clásicos, el Arte Nuevo, interiores, la figura humana y la renovación del paisaje, desgrana el Museo.
‘La Estación del Norte’ de Palencia, 1918, es una pintura que refleja el impresionismo, influido por el paisajismo de la época. Se trata del exterior de la estación de ferrocarril de Madrid y se puede ver las vías de tren, las locomotoras de vapor, pasajeros y operarios arreglando los raíles. Además, en el fondo de la pintura aparece el Palacio Real y la cúpula de la Real basílica de San Francisco el Grande.
‘Retrato de Alberto’
Otra de las piezas de gran interés de Benjamín Palencia es el collage ‘Retrato de Alberto’, 1932. Se trata de una obra que cuenta con un fondo de color terracota en el que se representan diferentes rostros esquematizados de su amigo el escultor toledano Alberto Sánchez, con quien fundaría la Escuela de Vallecas.
El modo de plasmarlo, desgrana el Museo, recuerda a las máscaras tribales, al esquematismo, a la descomposición cubista y al Surrealismo, la vanguardia que representaba Alberto Sánchez. Una obra en la que además están presentes recuerdos de Picasso y Dalí y que se expuso en la galería Pierre de París.
Composición
En la última sala se pueden ver lienzos, grabados y esculturas que ilustran algunos de los conceptos por los que se mueven las artes plásticas actuales, explica el Museo como: el paisajismo, el realismo, el informalismo, la abstracción, o la fotografía.
Se muestra al visitante un collage de Roberto Ortiz Saráchaga de 1978 conformado como una composición abstracta en la que se pueden ver formas escultóricas en tonos ocres sobre fondos oscuros, detalla el Museo. La abstracción de Saráchaga es una pintura trabajada mediante bocetos y ensayos.
Para conocer más detalles de estas piezas así como de todas aquellas que se pueden descubrir, el Museo de Albacete tiene abiertas sus puertas de martes a sábados, de 10:00 a 14:00 horas y de 16:30 a 19:00 horas; domingos y festivos de 9:30 a 14:00 horas, en el centro de la ciudad.
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