La Feria Taurina 2021 de Albacete ya hace varios días que es fruto del pasado, pero hasta la redacción de El Digital de Albacete siguen llegando quejas de aficionados que atañen directamente a la empresa adjudicataria del coso albaceteño y que salpican al Ayuntamiento de Albacete como propietario del recinto y a Vicente Casañ como concejal de Asuntos Taurinos.
Dichas quejas están relacionadas con el número de entradas que se destinaron cada día a las personas con movilidad reducida, que en este 2021 veían como la empresa adjudicataria reducía de un plumazo a la mitad las localidades dispuestas para ellas con respecto a ferias anteriores en el palco destinado a tal fin y que el Ayuntamiento de Albacete no hiciera nada para defender los derechos de las personas con capacidades diferentes.
Así pues, fuentes de la UTE Casas-Amador indican a El Digital de Albacete que durante la pasada feria taurina el número de entradas destinadas cada día a las personas con movilidad reducida ascendían a un total de 3 por festejo, estando dos de ellas todos los días adjudicadas como abono para toda la feria y poniéndose entonces a la venta cada jornada una única entrada para estas personas con capacidades diferentes. Las mismas fuentes añaden que esa única entrada que cada corrida salía a la venta, los días 10 y 14 de septiembre fue adquirida y el palco estuvo por tanto completo y el resto de fechas, quedó vacante al no ser comprada por nadie.
Respecto a ferias anteriores y comparando estos datos con la última celebrada antes de que Casañ, Casas y Amador desembarcaran en la organización del abono taurino albaceteño, la de 2019, cabe destacar que eran 6 el número de plazas dedicadas a las personas con movilidad reducida en la Plaza de Toros de Albacete; habiendo además un palco al lado destinado a los acompañantes de estas personas, tal y como ha podido conocer El Digital de Albacete.
Así pues, esta feria el número de entradas en el palco destinado a las personas con movilidad reducida se reducía un 50% y aunque ha habido fechas en las que ha quedado una entrada libre, han sido varias las personas con este tipo de discapacidad las que se han quedado sin asistir a los toros al querer ir acompañados por otra persona con las mismas condiciones que ellas y haber solo disponible una única entrada.
HECHA LA LEY…
Ha sido tal el selectivo «afán» reductor de la UTE Casas-Amador del número de entradas ‘más económicas’ a lo largo del abono albaceteño de 2021 que lo han hecho hasta eliminando de un plumazo el 50% de las entradas disponibles para personas con movilidad reducida, pero más grave es todavía que Vicente Casañ y el Ayuntamiento de Albacete lo permitieran ya que según el pliego de condiciones de la Plaza, «corresponde al consistorio la comprobación y aprobación anual del aforo de plaza. Para ello, antes del 31 de julio de cada año la empresa adjudicataria presentará para su aprobación el plano de distribución de aforo para la temporada», añadiéndose también en el citado pliego que «el Ayuntamiento podrá instar modificaciones al mismo, por causa justificada y previo informe motivado del Servicio Promotor».
Con los hechos en la mano se desprende claramente que la UTE Casas-Amador recortó el número de entradas para personas con movilidad reducida y que Vicente Casañ y el Ayuntamiento lo vieron estupendo, ya que no impidieron esa reducción del 50% que la empresa presentó y no obligaron a la UTE a que el número de entradas en ese palco fuera el mismo que en ferias anteriores, o aplicar la reducción de aforo de la normativa COVID en ese palco, es decir pasar de 6 a 4 ó 5, pero no, estas localidades, al igual que la grada de sol sufrieron más recorte del marcado por la normativa.
Este hecho se suma al ya publicado por El Digital de Albacete, y es que la Empresa, con el beneplácito del Ayuntamiento de Albacete, cumplió la reducción del 25% del aforo a la que obligaba la normativa COVID quitando de la venta la mayor parte de entradas de las más económicas, grada de sol en su mayoría, lo que no facilitó la distancia interpersonal en las localidades de sombra y obligó a «rascarse el bolsillo» a aquellos que querían adquirir una localidad.