La tarde de este domingo 12 de septiembre fue la elegida por la empresa adjudicataria de la Plaza de Toros de Albacete para acoger el festejo de rejones de esta ‘No Feria’ de 2021 y Leonardo Hernández, Lea Vicens y el paisano Juan Manuel Munera hacían el paseíllo en la mal llamada ‘La Chata’ para dar lidia y muerte a un encierro de Fermín Bohorquez.
Con Diego Ventura fuera del cartel porque así lo decidió la UTE Casas – Amador, el tirón que siempre ha tenido este festejo en Albacete y que Feria tras Feria colgaba el cartel de ‘No hay Billetes’ no ha sido tal este año y siendo generosos podemos decir que el aforo se cubrió en torno a un 60 o 65%.
Abrió plaza Vecino, un ejemplar de 584 kilos de peso, negro de capa, nacido en septiembre de 2016 y herrado con el 82 en los costados al que Leonardo Hernández recibió a lomos de Giraldillo para clavar dos rejones de castigo y darle horma para la parte más profunda y teóricamente estética de la lidia.
Abierto de palas y muy en el encaste Murube, Vecino fue trotado con gusto por Calimocho en banderillas y sobre la cabalgadura Leonardo Hernández arrancaba los aplausos del respetable tras su buen hacer con los palitroques.
Después llegó el turno de Sol, dejando Hernández sobre sus lomos también grandes lances, sobre todo con las banderillas a dos manos.
El público estaba contento con lo que veía y estaba entregado al jinete, que a lomos de Xarope puso banderillas cortas al violín y ejecutó la suerte suprema.
Tras un pinchazo y un bajonazo el toro de Bohorquez terminó doblando, regalando el público de Albacete una oreja al caballero de Badajoz tras su petición mayoritaria pañuelos en mano.
A lomos de Bach recibió la debutante en Albacete, y apoderada por Simón Casas, Lea Vicens a Editor, de capa negra, herrado con el 90 en los costados, nacido en diciembre de 2016 y de 530 kilos de peso.
Salió de toriles muy parado Editor y poco o nada quería saber de Lea Vicens y su caballo, contándole a la francesa que el toro se fijara en la cabalgadura y pusiera algo de su parte que favoreciera el toreo a caballo.
Para las banderillas eligió Lea Vicens a Deseado y después de 3 palitroques cambio la francesa de nuevo de cabalgadura.
Llego entones el turno de Fermín, un caballo lusitano sobre el que la amazona francesa clavó con poca ayuda del toro varias banderillas cortas.
Con una lidia muy flojita debido a las escasas condiciones del toro y su mansedumbre, Lea Vicens no conectó nunca con los tendidos y su trabajo estaba pasando sin pena ni gloria.
La suerte suprema la hizo la francesa a lomos de Espontáneo, pero al igual que ocurrió con el resto de la faena fue un tanto desastre y la amazona tan solo escuchó aplausos por su entrega en la faena ante el nulo fondo de su oponente.
Tirano fue el tercero de la tarde, un toro de 524 kilos de peso, nacido en diciembre de 2016, herrado con el número 2 en los costados y de capa negra.
Juan Manuel Munera, nacido en Villarrobledo y apoderado por un hombre muy ligado a la UTE Casas – Amador como Ángel Gómez, recibió al astado a lomos de Romance, un caballo luso-árabe de 8 años y bayo de capa que dejó gran impronta mientras Munera se manejaba con más o menos soltura con los rejones de castigo. El toro, por su parte, poco o nada había ayudado al rejoneador albaceteño.
Quitasueños fue el equino elegido para las banderillas, un luso-árabe de 5 años del hierro de Javier San José y tordo vinoso de capa.
Ponía muy poco de su parte el astado y todo lo tenía que hacer el jinete, buscando la complicidad de los tendidos antes de cada palitroque para meter un poco en el esportón a sus paisanos ante las escasas condiciones del toro.
Cambió de nuevo de caballo Munera y llegó el turno de Arrebato, un lusitano castaño capa de 6 años de edad y del hierro de Ignacio Ramos. Sobre sus lomos llegó lo mejor de la faena, ganando siempre la partida el caballo al toro y permitiendo con los terrenos que pisó que el jinete clavara las banderillas en todo lo alto.
Para las banderillas cortas y la suerte suprema Munera cabalgó sobre Misterio, un albino de 7 años de edad del hierro de Silveiras y lusitano de raza. Con las banderillas cortas a dos manos arrancó Munera los mayores aplausos, que se transformaron en pañuelos tras doblar el toro después de un rejón de muerte y dos descabellos. Oreja de paisanaje para Juan Manuel Munera en el primero de su lote.
Tras el intermedio, que existe a pesar de lo que se diga por megafonía antes de comenzar el festejo, merienda incluida y algún que otro cigarrillo de rigor en los tendido, saltó al ruedo Ovacionado, un toro de 541 kilos de peso, capa negra, herrado con el 16 en los costados, nacido en enero de 2017 y que fue recibido por Leonardo Hernández a lomos de Elmo para dejar dos rejones de castigo.
Para la banderillas, el rejoneador pacense y apoderado por Alberto García montó a Enamorado, un lusitano de raza y castaño de capa que cuenta con 6 años de edad y que de manera elástica templó y toreó muy ajustado para que el jinete dejara buena impronta en banderillas. Después llegó el turno de Eco, que también propició el buen hacer del jinete.
Con el público entregado llegó el turno de las banderillas cortas y la suerte suprema a lomos de Xarope, haciendo presa Leonardo Hernández a la primera y sirviéndole más que de sobra para mandar al toro al desolladero y que los tendidos se plagaran de pañuelos pidiendo trofeos para el rejoneador.
Genoveva Armero concedió el que otorga el público con su petición mayoritaria y a pesar de la fuerte petición que hubo para la segunda hizo muy bien en no concederla, por ejemplo, por donde cayó el rejón de muerte. Con una oreja en cada toro, Leonardo Hernández se aseguraba ser el triunfador de la tarde o, como mínimo, uno de ellos.
El segundo del lote de Lea Vicens y por tanto quinto de la tarde fue Nilo, un toro negro de capa, de 542 kilos de peso, herrado con el 28 en los costados y nacido en marzo de 2017.
Para dar recibo al astado Lea Vicens montó a Guitarra, una hembra cruzada de capa baya con 10 años de edad y del hierro de Cañaveral.
Al contrario que el primero de su lote, este sí que tuvo mucha chispa y siempre anduvo muy fijo en la amazona y su cabalgadura desde que asomó por el portón de chiqueros.
Tras dos rejones de castigo, Lea Vicens pasó a las banderillas y lo hizo a lomos de Bético, de raza de deporte español, negro de capa, de 14 años y del hierro de Peralta, sobre el que la francesa cuajó una gran actuación en banderillas e hizo al público aplaudir sin cesar gracias a su doma y al buen hacer con los palitroques.
Después llegó el turno de Diluvio, un luso-árabe de 9 años del hierro de Lea Vicens y negro de capa que terminó de poner la guinda al buen tercio de banderillas que cuajó la rejoneadora gala.
Para las banderillas cortas la francesa se decantó por hacerlo cabalgando sobre Espontáneo, un pura sangre lusitano de capa torda y 13 años de edad que dando el pecho y pisando terrenos complicados hizo las delicias del público.
Greco fue el elegido para la suerte suprema y sobre este caballo de 10 años y capa torda Lea Vicens entró a matar, haciéndolo al primer intento y consiguiendo cortar un apéndice del de Fermín Bohorquez tras su buena monta y rejoneo.
Cerró plaza Zurrón, un negro bragado de capa de 513 kilos de peso, nacido en octubre de 2016 y herrado con el 118 en los costados.
Dio recibo Munera al de Bohorquez a lomos de Ginebra, un luso-árabe de capa castaña, del hierro de Alves Ignacio y de 5 años de edad, y lo hizo para dejarle dos rejones de castigo que frenaron un tanto su ímpetu desbocado y lo prepararon para la lidia.
Bárbaro fue el elegido para el tercio de banderillas y Juan Manuel Munera demostró que quería erigirse también triunfador de la tarde junto a Leonardo Hernández, dando la grupa del caballo al de Bohorquez y buscando multitud de recursos que le permitieran clavar con la mayor facilidad y estética posible.
Saltó de nuevo Arrebato al albero de la Plaza de Toros de Albacete y lo hizo para poner la guinda en banderillas sabedor Juan Manuel Munera que de hacer lo que quedaba bien podría cortar la segunda oreja de su cuenta particular.
Para cerrar la faena Munera recurrió a Misterio, que como ya hiciese en el primero del lote del de Villarrobledo cabalgó con soltura y buena doma y facilitó que el jinete albaceteño dejara buenos pares de banderillas cortas a dos manos.
En lo que a la suerte suprema se refiere, erró Munera a la primera y dejó más de medio a la segunda, aunque algo trasero, por lo que fue insuficiente y hubo de tirar de descabello, con el que también falló en alguna ocasión. En esta ocasión, y menos mal, los aficionados no pidieron una oreja que hubiera tenido un excesivo carácter local.
/Nacho López/ Fotos: Ángel Chacón/