La arpista albaceteña Paula Vicente Romero, acaparadora de numerosos premios nacionales, viaja a Maastricht a seguir con su formación, cursando los estudios superiores de arpa.
A sus 18 años ha terminado el Grado Profesional de Arpa en Murcia, donde ha vivido un final de curso espectacular y lleno de reconocimientos, quedando finalista en el certamen nacional ‘Intercentros’, ganando el concurso ‘Entre cuerdas y metales’ de Cartagena, y consiguiendo un primer puesto en el Premio Extraordinario de Fin de Grado del Conservatorio de Murcia.
Sus inicios con el arpa
Paula Vicente Romero nació rodeada de música. Y es que tanto su madre como su padre son músicos y siempre la animaron a que tocara algún instrumento. Su madre era miembro de la Orquesta Sinfónica de Albacete, de la que, desde muy pequeña, no se perdía ningún concierto. Un día la orquesta contó con un arpa para una pieza en la que hacía falta. Este fue un momento clave en su vida, ya que con solo cuatro años observó y escuchó ese curioso instrumento que jamás había visto y se quedó maravillada. “Les dije a mis padres que yo quería tocar eso. Me impactó mucho. Me gustó como sonaba y lo bonito que era”, recuerda.

El problema es que en Albacete no se podía estudiar arpa, y eso era un hándicap importante. Gracias al tesón de sus padres, comenzó a recibir clases particulares con una profesora que “era de Albacete, pero vivía fuera y solo venía cada tres meses a visitar a su familia, y aprovechaba estos viajes para darme clases”, detalla.
Sus padres la animaron a que eligiera también otro instrumento que pudiera cursar de manera oficial en Albacete. Finalmente se decantó por el piano, que comenzó a estudiar a los siete años en el Real Conservatorio Profesional de Música y Danza de Albacete, sin dejar sus clases particulares de arpa. Como estas clases no tenían un seguimiento muy continuado, cuando la profesora de arpa consideró que ya tenía el nivel necesario, le aconsejó que se matriculase en el Conservatorio de Música de Murcia, estudios que ha ido compaginando con los de piano en Albacete.
Ahora, finalizados sus estudios de Grado Profesional de arpa y de piano, tenía que volver a tomar una decisión. La arpista pone de relieve que “hubo un momento, cuando estaba compatibilizando mis estudios de los dos instrumentos, en el que no sabía realmente que hacer, pero al final me fui inclinando más por el arpa”.

De esta manera, gracias a la ayuda y recomendaciones de Sonia Rodríguez, su profesora de arpa en el Conservatorio de Música de Murcia, ha decidido seguir su carrera profesional estudiando el Grado Superior de Arpa en Maastricht (Holanda). “Es una profesora excelente y me ha animado mucho a seguir adelante. Se ha preocupado mucho por mi carrera y de no ser por ella no habría llegado a donde estoy ahora. Estoy muy contenta con la decisión, es un gran reto que tengo muchas ganas de afrontar. Uno de los alicientes que tiene este destino es que me va a dar clases Anneleen Lenaerts, que es la arpista de la Filarmónica de Viena, una artista a la que admiro mucho”, explica.
La intérprete tiene claro que “si he acabado tocando el arpa es porque he tenido la suerte de tener unos padres que me han ayudado en todo. Han entendido que eligiera un instrumento que no se podía estudiar en mi ciudad y han puesto todo de su parte para que pudiera hacerlo”, resalta.
La arpista ya está rumbo a Maastricht con la maleta llena de sueños y planes de futuro. “Me da igual si es dando clase, dando conciertos, o con una plaza en una orquesta. Lo que tengo claro es que mi sueño es poder dedicarme al arpa, con eso ya sería feliz”, concluye. Ahora quedan por delante cuatro años de formación superior y de mucho aprendizaje e ilusión, que harán de Paula Vicente Romero una intérprete de arpa de primer nivel.