El protocolo de actuación marcado por el Ministerio Sanidad a los médicos de atención primaria indica que hay que dar de alta a los pacientes con COVID-19 a los 10 días del diagnóstico si no presentan síntomas, no haciendo prueba PCR de confirmación, un hecho que está llevando a que numerosos trabajadores reciban el alta y tienen que incorporarse de nuevo a su puesto de trabajo siendo positivos en COVID-19.
Así, el Digital de Albacete ha tenido acceso a casos en los que trabajadores que realizan sus funciones en empresas de Albacete han recibido el parte de alta realizado por su médico de atención primaria sin haber sido sometidos a una prueba PCR, siguiendo el protocolo establecido por Sanidad. Ha tenido que ser la propia empresa quien les ha realizado la prueba como medida de seguridad para el propio trabajador, compañeros, clientes y proveedores, arrojando ésta un resultado positivo, lo que ha evitado una posible propagación del virus gracias a la precaución de las empresas que han preferido pagar ellas una prueba PCR privada y no «fiarse» de las alta sin pruebas de Sanidad.
Esta situación que se vive en Albacete y el resto de España concita numerosas críticas, ya que las empresas no entienden cómo con los altos seguros sociales que pagan por los trabajadores, así como el propio trabajador que también aporta en su nómina, la Seguridad Social no sea capaz de hacer una prueba PCR antes de dar el alta al trabajador y enviarlo de nuevo al centro de trabajo donde tendrá contacto con compañeros, clientes…etc. Es más, en algún caso conocido por este medio de comunicación, Sanidad no ha realizado ninguna prueba al paciente, ya que ha dado la baja con es test de antígenos comprado por el paciente en una farmacia con resultado positivo, y el alta a los diez días sin ningún tipo de test. Sanidad se ampara en que en la mayoría de los casos de síntomas leves el paciente puede contagiarlo hasta 5 o 7 días después. A partir de ese momento, aunque el paciente pueda tener algo de carga viral, sería tan pequeña que ya no transmitiría la enfermedad, un extremo que otros expertos contradicen y señalan que hay evidencia de que este periodo podría ser mayor.
Ante esta situación, en la que insistimos que los médicos de atención primaria siguen el protocolo establecido por Sanidad, se antoja más complicado el control de nuevos brotes y parece que se deriva a los mismos a los trabajadores con capacidad para comprarse ellos mismos test de diagnósticos o las empresas que por precaución paguen de su bolsillo estas pruebas.