Miguel Quintanilla es el dueño de India, una pequeña perrita que ha visto como su salud se afectaba alarmantemente tras una visita al pipicán que hay en la zona de Imaginalia.
El propio Miguel reconoce que tras recibir ayuda sanitaria por parte del veterinario, India se encuentra “ya en casa”; pero ni a él ni a su pareja se les ha ido todavía “el susto del cuerpo”. Por ello, y según afirma Miguel, “quería contar el día tan duro que unos irresponsables nos han hecho pasar”, y, al mismo tiempo, “avisar para intentar prevenir una situación similar”.
Según argumenta Miguel, “ayer lunes, como cualquier mañana, siguiendo nuestra rutina diaria, llevamos a nuestros dos perros (Duque e India) a dar un paseo y decidimos llevarlos al pipican que se encuentra en la zona de Imaginalia; en Albacete”, y añade que “tras correr, jugar y olfatear entre ellos, como cualquier otro día, nos hemos vuelto a casa. Una vez allí y transcurridos no llegaba a 20 minutos, nuestra pequeña India ha comenzado a desvanecerse, a perder su motricidad, a quedarse inconsciente, a tener fuertes convulsiones…”
Bajo un gran susto y ante “tal desconcierto y siendo todo tan rápido”, Miguel y su pareja salieron corriendo a su veterinario de confianza con la pequeña India para intentar encontrar el motivo de lo que le estaba ocurriendo al can.
Una vez allí y según argumenta Miguel, “las pulsaciones del animal y su tensión estaban por los suelos y el veterinario nos ha comenzado a preguntar si podía haber ingerido algún médicamente o droga; a lo que hemos respondido, lógicamente, que nosotros no consumimos ningún tipo de droga ni medicación”. Sin embargo, Miguel reconoce que según el veterinario “los síntomas eran claros”.
Ante el estado de salud en el que se encontraba la perrita, India se tuvo que quedar “ingresada” en la clínica y Miguel y su pareja decidieron “volver sobre nuestros pasos hasta llegar al pipican para explorar un poquito la zona” donde estuvieron.
Estando allí y según explica Miguel, “un flash nos ha venido a la mente y mi chica muy nerviosa he comenzado a buscar debajo del banco donde nos habíamos sentado ya que se acordó que esa mañana le había quitado de la boca a India un cigarro de liar a medio terminar”.
Tras la búsqueda, Miguel manifiesta que “lo hemos localizado y mi pareja sabía que era ese porque estaba mordisqueado”, detectando al observarlo con tranquilidad “que llevaba marihuana”. En ese momento y según relata Miguel, “todo nos ha encajado”.
Tras el hallazgo, Miguel dice que “hemos llamado rápidamente al veterinario y nos ha dicho que en perros pequeños un simple lametazo puede causarle esos efectos”.
Después del mal trago que India, Miguel y su pareja han tenido que vivir por el incidente, Miguel manifiesta que “le da igual” que la gente se drogue, “pero lo triste es que quien ha tirado ese cigarro al suelo, habiendo papeleras, sois dueños de otros perros. Por lo tanto, por si no lo sabíais, haced el favor de respetar y cuidar a nuestros amigos de cuatro patas y no tirar algo que le puede provocar efectos tan graves justamente donde ellos olfatean y juegan”.
A Miguel no se le olvidará fácilmente el amargo trago vivido, ya que, según afirma, “creedme, tras ver la mirada de mi perra cuando el veterinario se la llevaba, me cuesta mucho contenerme para no hablar en otros términos”.
Por eso, Miguel afirma que “quiero poner en aviso a toda la gente que lleve a los perros al pipicán y así poder evitar que pueda volver a suceder algo así”.
Por suerte, “la perra está en casa y aunque sigue muy flojita, está estable. A mi pareja y a mí nos toca una noche muy larga”, reconocía el dueño de India para finalizar.
