La preocupación sobre el posible efecto de los tóxicos en la formación de los genitales provoca un incremento de las consultas médicas sobre el tamaño del pene de los niños.
Los tóxicos químicos son la principal causa de la mala calidad del semen, como constatan los estudios realizados hasta ahora por Institut Marquès. En España, aún no existen evidencias que relacionen el tamaño del pene o determinadas deformaciones de los genitales con la contaminación ambiental.
Los estudios de Institut Marquès han demostrado la relación entre los tóxicos ambientales y el incremento de la mala calidad del esperma en nuestro país. En España aún no existen datos que confirmen que la contaminación ambiental podría estar también afectando el desarrollo de los genitales masculinos durante la gestación. Sin embargo, en Estados Unidos ya se han difundido algunos informes al respecto apuntando que tóxicos como los ftalatos podrían causar diferentes tipos de malformaciones genitales. Uno de los posibles efectos que podría causar la contaminación ambiental, según estas publicaciones americanas, es la reducción del tamaño del pene. El servicio de andrología de Institut Marquès está recibiendo por este motivo un incremento de las consultas de padres preocupados por el tamaño del pene de sus hijos.
Pene pequeño o micropene
La diferenciación de los genitales externos se produce entre la sexta y la octava semana de gestación. En ese momento, las gónadas indiferenciadas evolucionan a testículos en respuesta a una serie de hormonas necesarias para el desarrollo de los genitales externos. Si durante esta etapa del desarrollo embrionario se produce un déficit hormonal, ello podrá dar lugar a un feto con genitales ambiguos o con micropene.
El pene de un niño al nacer debe medir en torno a 3,5 cm (entre 3,1 y 3,9 cm como límites inferior y superior de normalidad). Se habla de micropene cuando es menor de 2,6 cm, aunque no debe confundirse con el falso micropene o pseudomicropene (pene enterrado en la grasa púbica, pene palmeado o pene atrapado dentro del escroto, por ejemplo).
Hasta que el niño cumple once años, la longitud de su pene tiene muy poca variación. A partir de los doce años, cuando comienzan los cambios puberales, el pene duplica su longitud; los límites inferior y superior de normalidad se multiplican por cuatro. El tamaño debe valorarse según la edad ósea y no por la edad cronológica.
Visita al Andrólogo
La única forma de diagnosticar un verdadero caso de micropene es mediante una visita al andrólogo quien realizará una exploración médica y prescribirá las pruebas que se puedan considerar necesarias como el estudio del cariotipo y la medición de los niveles hormonales de FSH, LH y testosterona u otras determinaciones hormonales. Determinados casos requieren un tratamiento endocrinológico específico. El micropene puede asociarse a otro tipo de malformaciones testiculares o de la uretra que pueden corregirse con cirugía.
Como centro internacional de Reproducción Asistida, Institut Marquès se ha convertido en referencia en el estudio de la infertilidad masculina “En los últimos años se ha apreciado una disminución lenta pero progresiva del número y de la calidad de los espermatozoides en cuanto a su movilidad y morfología. En 6 de cada 10 parejas que recurren a tratamientos de reproducción asistida para ser padres, el semen presenta alteraciones de mayor o menor grado. Por ello, en Institut Marquès contamos con un servicio de Andrología especializado en esterilidad masculina” apunta la Dra. López-Teijón. “Un resultado alterado en un seminograma puede advertir sobre importantes anomalías y, en muchos casos, prevenir o curar trastornos que provocan esterilidad y que suelen pasar desapercibidos”, advierte la Directora de Institut Marquès, premiada en 2019 como mejor Médico del Año en Reproducción Asistida en España.
Falsos mitos sobre la calidad del semen
Institut Marquès fue pionero demostrando a la comunidad científica que las causas clásicamente atribuidas al empeoramiento de la calidad del semen (estrés, pantalones apretados, alcohol, etc.) son un mito. Como constató con sus estudios en España, el origen del problema son los tóxicos químicos. Con un nuevo estudio puesto en marcha este mes de octubre, se determinará también si existe relación entre el COVID-19 y la función reproductiva masculina.
Además de factores genéticos y de antecedentes médicos, la fertilidad masculina depende de factores ambientales a menudo desconocidos por la población. Estos factores ambientales son productos químicos de uso habitual en la industria, la agricultura y el hogar, que pueden interferir en el desarrollo de los testículos y que está comprobado que perjudican la capacidad reproductiva.
El primer contacto con estos tóxicos químicos empieza desde el inicio de la vida, ya que llegan desde la sangre materna, a través de la placenta, al embrión. El tipo de tóxicos y la cantidad de los mismos dependerá de los niveles que tenga su madre.
Los llamados disruptores endocrinos son un largo listado de compuestos que en el organismo de la mujer se comportan como estrógenos, es decir, actúan como hormonas femeninas sin serlo. Durante el desarrollo del testículo fetal, a los 2-3 meses de embarazo es muy importante la acción de la testosterona, la hormona masculina. Sin embargo, estos falsos estrógenos compiten con ella y no le dejan ejercer correctamente su función, se forman menos células productoras de espermatozoides y en los casos más severos producen alteraciones cromosómicas (genéticas) en ellos.
Estas sustancias son muy resistentes a la biodegradación, están presentes en nuestra alimentación y en el ambiente, se acumulan en el organismo, especialmente en la grasa y los humanos y animales no estamos diseñados para eliminarlos.
La contaminación ambiental por tóxicos se está produciendo en las áreas industrializadas y en las zonas rurales en contacto con pesticidas. Hay grandes variaciones geográficas. Estudios anteriores sobre fertilidad masculina llevados a cabo por Institut Marquès en España constataron una peor calidad del semen en zonas donde la presencia de este tipo de sustancias químicas era más elevada.
Los efectos del COVID sobre la fertilidad masculina
Actualmente, Institut Marquès lleva a cabo un estudio para determinar si la Covid-19 afecta la fertilidad masculina.
El centro ha recibido en sus clínicas de Barcelona y Roma centenares de solicitudes de hombres interesados en participar. A los voluntarios se les ofrece un análisis gratuito del semen para conocer el estado de su fertilidad, hayan estado o no en contacto con la enfermedad.
Hasta ahora, la información existente sobre los posibles efectos adversos del virus en la calidad del semen y en la función reproductiva es aún insuficiente, el objetivo de Institut Marquès es conseguir una muestra suficientemente amplia que determine si el coronavirus afecta también la calidad del semen.
/El Digital de Albacete/