/Marta López/
Un gesto tan sencillo como poner una lavadora es hoy día imposible para muchas personas en Albacete. Lavar la ropa supone un auténtico problema para los colectivos más vulnerables de la ciudad.
Así, para que personas sin hogar o sin recursos puedan permitirse algo tan cotidiano como hacer la colada nació en 2015 la lavandería de Justicia y Paz. Un punto ubicado en Albacete capital porque lavar la ropa es un gesto de dignidad para todo individuo, especialmente en estos momentos donde el COVID-19 exige una mayor higiene.
Esta lavandería se encuentra en la plaza Félix María Samaniego nº 6, en el conocido barrio de ‘Las 500’ y su horario de atención es de lunes a jueves de 10:00 a 13:00 horas. “Nuestro principal objetivo es lavar la ropa a grupos especialmente vulnerables como es el caso de personas sin hogar, inmigrantes y familias sin recursos”, explicaba a El Digital de Albacete la coordinadora del proyecto, Rosa Massó.
Cuentan con “4 lavadoras domésticas, una secadora y varios tendederos”, indicaba. Además, en las instalaciones hay “una salita en la que ofrecemos café caliente” y toda la atención de los voluntarios de Justicia y Paz a aquellas personas que se acercan hasta la lavandería. Se trata de “un lugar donde romper el hielo y conocer la problemática de cada una de estas personas, intentamos hablar con ellos y saber cuál es su situación, dónde están, dónde se duchan, dónde comen o dónde duermen”. En definitiva “somos como una pequeña familia”, sostenía Massó.
Una pequeña familia integrada por casi una decena de voluntarios, sin cuya labor y dedicación “esto no sería posible”, reconocía. Y es que además de hacer la colada a quienes ni siquiera pueden permitirse lavar sus prendas de vestir, estos voluntarios también son un punto de apoyo y calor para todo ellos.
400 usuarios en un año
Manifestaba la coordinadora de esta lavandería que con la llegada de la pandemia de coronavirus “el perfil del usuario de nuestras instalaciones ha cambiado”. Al respecto explicaba que “anteriormente nuestro mayor usuario era la población subsahariana”, pero añadía que “a raíz del desmantelamiento del asentamiento ilegal de la carretera de las Peñas tenemos muy pocas personas procedentes de esta parte de África”. Incluso llegaba a decir que “casi han desaparecido” como usuarios de esta lavandería solidaria.
“Ahora lo que más atendemos son personas sin hogar y familias con muy pocos recursos” explicaba. Además, desvelaba que “el año pasado llegamos a atender a 400 personas”, una cifra que no se corresponde con el número de lavados que realizaron, y que calcula que “superaron los 2.000 porque cada persona utiliza este servicio más de un día a la semana”.
A los nuevos usuarios de esta lavandería de Justicia y Paz “se les tramita una inscripción”, y además cuentan “con personas que llevan con nosotros desde que abrimos en 2015”, muestra del trabajo cercano que realizan todos los voluntarios de la organización.
El proceso de lavado y la colaboran altruista
Tras formalizar la inscripción “se recoge la ropa en la puerta y los voluntarios ponen las lavadoras siempre a 60 grados”, detallaba Rosa Massó. Además apuntaba que para el lavado de las prendas “utilizamos detergente y un desinfectante para tratar la ropa”.
“Son ciclos de lavado cercanos a la hora y media de duración”, tras los que “hay quienes la recogen la ropa si tienen donde tenderla y a otras personas se les intenta secar en el interior de la lavandería hasta que vienen a por ella”, subrayaba. Se trata de un servicio “totalmente gratuito” para aquellas personas que desafortunadamente “ni siquiera pueden lavar de una manera digna su ropa”, aseguraba la coordinadora del proyecto a El Digital de Albacete.
Además la puesta en marcha y el funcionamiento de esta lavandería solidaria no sería posible sin la colaboración altruista de muchas personas y colectivos de Albacete. Entre ellos, Rosa Massó, especificaba que “el local donde se encuentra la lavandería pertenece al Obispado de Albacete y la aportación económica de los principales gastos procede de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán”. También forman parte activa de este proyecto “colegios, congregaciones religiosas y particulares”, y también se ha sumado al mismo “Ecologistas en Acción con una importante donación de detergente”.
Ahora con la llegada del frío “siempre son necesarias mantas, ropa de abrigo y calzado”, Indicaba Rosa Massó, al tiempo que reconocía que cuando lo han precisado “siempre hay una enorme acogida y respuesta por parte de los albaceteños”.