/El Digital de Albacete/Fotos: Guardia Civil Guadalajara/
Hace poco menos de un mes que dio comienzo la temporada de setas. Sin embargo, han sido bastantes las intervenciones que ha tenido que efectuar la Guardia Civil en Castilla-La Mancha contra grupos recolectores furtivos que tratan de escapar con furgones repletos de cientos de kilos de níscalos.
Por ejemplo, el pasado 9 de noviembre, efectivos de la Guardia Civil de Guadalajara interceptaban a su paso por Alcalá de Henares una furgoneta que transportaba en su interior ni más ni menos que 250 kilos de níscalos. Tras ser detectada los agentes procedieron a la identificación de 3 personas que fueron denunciadas, ya que además infringían la restricción perimetral impuesta en Castilla-La Mancha y el toque de queda.
Sin embargo surgen muchas dudas sobre cuál es el destino de los hongos y setas incautados por el Instituto Armado. Así, según recoge el Heraldo de Henares “la Ley 3/2008 de 12 de junio de Montes y gestión Forestal Sostenible de Castilla-La Mancha apunta que ‘el titular del monte lo será también de los recursos forestales tales como los maderables leñosos, incluida la biomasa forestal, los de corcho y pastos, así como la caza, frutos, hongos, plantas aromáticas y medicinales y los demás productos y servicios con valor de mercado característicos de los montes”. Por este motivo, los recursos recolectados de forma ilegal y sin el correspondiente permiso del titular del monte deberán ser devueltos al titular del mismo.
Sin embargo, destacan que “según la Orden de 15/11/2016, de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, mediante la que se regula la recolección de setas silvestres en Castilla-La Mancha, establece que con carácter general, la recogida de setas será de carácter libre y episódico, siendo sus características el destino para el auto consumo y sin ánimo de lucro”. Así, queda establecido en la legislación regional que “el límite máximo de este tipo de recolección por persona y día es de 5 kilos de setas o un volumen aparente de 10 litros”.
De este modo fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), indicaban a ‘El Heraldo del Henares’ que el perfil más habitual de estos recolectores furtivos de setas es “de grupos organizados de extranjeros provenientes de países de la Europa del este que arrasan en el bosque con fines comerciales”, ya después de la recolección su objetivo es poner a la venta los níscalos en el mercado negro. Así, advierten que finalmente “son consumidos por terceras personas con riesgo sanitario que ello conlleva, al no haber pasado ningún control”.
Por tanto, el primer paso de los agentes tras decomisar los níscalos a estos recolectores furtivos es devolverlos a su propietario, que normalmente suele ser la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha o ayuntamientos. Estas administraciones “por norma nos indican que se proceda a la destrucción del decomiso”, subrayaban.
Una destrucción que por motivos sanitarios “se lleva a cabo en los vertederos de residuos orgánicos más próximos al lugar de la incautación”, recogen.