/Marta López/
Un fuerte estruendo sobresaltaba Albacete durante la pasada noche. En concreto cerca de las 21:00 horas de este martes, 29 de septiembre, un ruido ensordecedor se dejaba sentir en prácticamente toda la ciudad.
Numerosos vecinos incluso señalaban que notaron hasta la vibración en las ventanas de sus hogares y preocupados por el ruido trasladaban su inquietud a los servicios de emergencias alertando de lo ocurrido. Sin embargo, otras fuentes apuntaban a que el sonido podría provenir de un caza que en ese instante sobrevolaba la capital albaceteña y habría podido romper la barrera del sonido.
Así, el Físico de la atmósfera y profesor de la UCLM, Alberto Nájera, explicaba a El Digital de Albacete en qué consiste este fenómeno. “El sonido es una onda mecánica, es la propagación de una vibración a través de un medio material”, indicaba y añadía que se trata de “la propagación de una variación en la presión atmosférica en el aire”. De modo que, por ejemplo, “cuando hablamos generamos con nuestra voz, cuerdas vocales, en la laringe, una vibración en la presión atmosférica que se propaga por el aire”. Por este motivo “en el espacio, en el vacío, no se transmite el sonido”, matizaba, “uno de los principales fallos de casi todas las películas de naves espaciales donde se escuchan explosiones”.
En concreto, “esa vibración viaja a una velocidad que depende del medio”, y que en el caso del aire es “a unos 340 metros por segundo o lo que es lo mismo, a 1.235 kilómetros por hora”, desarrollaba el profesor de la UCLM. Así, continuaba explicando que en el caso de los metales, “esa velocidad es mucho mayor, por eso los forajidos en las películas del oeste pegaban su oído a la vía del tren para saber, antes de verlo, si el tren estaba a punto de llegar”.
Así, explicaba con ejemplos muy claros en qué consiste superar o romper la barrera del sonido: “Si yo voy andando y hablando al mismo tiempo, la onda de presión que voy generando va saliendo hacia adelante, mucho más rápido de lo que yo ando. Si voy en coche o en una ambulancia su sonido se va, podríamos decirlo, atropellando delante de mi, aunque nuevamente la velocidad del sonido es mayor que la de estos vehículos”. Así especificaba que “el efecto que se produce, y que todos hemos percibido, es que cuando un coche, una moto o una ambulancia se acerca a nosotros, suena más agudo y cuando se aleja suena más grave”.
De modo que “si voy en un avión capaz de alcanzar los 1235 kilómetros por hora llegará un momento en el que iguale mi movimiento al de la onda del sonido”, desvelaba el profesor de la UCLM. Por tanto, señala que “en el proceso de adelantamiento de alguna manera se atropellan las ondas, que recordemos son de presión, y se generará una suma de presión de ese sonido en un momento muy puntual, pudiendo incluso aplastar al avión y al piloto”.
Expone Alberto Nájera que “para referirse a esa velocidad se usa el término ‘match’ seguido de 1, 2, 3, etc; midiendo así la velocidad en el número de veces de la velocidad del sonido”. En ese determinado instante “ese golpe de presión, como un golpe encima de la mesa, se propagará y se percibirá a distancia como una explosión o un golpe seco haciendo vibrar cristales o puertas”.
“El avión, una vez superada esa barrera, viaja más rápido que el sonido, y por tanto, llega antes que el sonido”, desarrolla. Así, indica que “si estuviéramos delante de un avión acercándose a más velocidad que el sonido, éste llegará antes y no lo oiremos”, y es que “por decirlo de alguna manera, el sonido se va quedando atrás”.
Concluye que “la principal variable necesaria para que se produzca esa rotura, ese estruendo, es que el emisor supere esa velocidad del sonido que varía con el medio, y por tanto en el aire, con las condiciones atmosféricas como temperatura, presión, altitud y densidad”.