/Marta López/
Un estudio puesto en marcha por la Facultad de Enfermería de la UCLM en Albacete recoge que, los estudiantes universitarios “están mayoritariamente satisfechos con su sexualidad”. El encargado de dirigir esta propuesta educativa es el profesor de Psicología de la Salud de la Facultad de Enfermería, Rigoberto López, quien señala a El Digital de Albacete que esta encuesta se enmarca “dentro de las actividades programadas de esta asignatura optativa”.
En concreto, el objetivo de la actividad es “que los alumnos vayan generando la habilidad para poder recoger información a través de encuestas o escalas”, matiza el profesor. De este modo expone que en la elaboración de esta encuesta han participado “cerca 80 personas”, entre las que cabe destacar a los “33 alumnos que cursan esta asignatura”, cuyos resultados han sido comparados con los recogidos de realizar esta misma encuesta a 50 mayores participantes en un módulo de 50+ que el profesor comparte con la sexóloga Pilar Soria.
Y es que, son diversos factores los que influyen en la determinación del grado de satisfacción sexual en una persona. Factores tan determinantes como la edad, el inicio en las relaciones, la diversidad a la hora de obtener satisfacción o los tipos de erótica, son componentes intrínsecos a la propia sexualidad humana. Por este motivo, para el desarrollo de este estudio desde la UCLM han apostado por la utilización de una escala para medir la percepción de la satisfacción sexual basada en sensaciones, emociones y comportamiento. En concreto, se trata de la Nueva Escala de Satisfacción Sexual, elaborada por la profesora de la Universidad de Almería, Fátima Pérez Triviño en 2013.
Así, explica el profesor que “dentro de las escalas que miden la satisfacción sexual, la que hemos utilizado es un compendio de contenidos de actividades relacionadas con prácticas sexuales de tipo personal y otras vinculadas a la relación con los demás”. De este modo no solo se tienen en cuenta aspectos como “la actividad sexual, la frecuencia, la variedad, la intensidad o la duración”, sino que también entran a tener consideración categorías en las que se valoran “el grado de conciencia cuando se están manteniendo prácticas sexuales, las sensaciones que les producen, el grado de satisfacción y el apego emocional con las personas con las que mantienen las relaciones”, subraya Rigoberto López.
“Se trata de una escala compuesta por 20 ítems y se contesta con una escala likert que va desde la nada al total”, o lo que se puede traducir desde estar “totalmente satisfecho hasta totalmente insatisfecho”, indica el profesor de la Facultad de Enfermería de Albacete. Además, esta escala realiza preguntas de contenido relacionado con “las sensaciones sexuales, conciencia sexual, intercambio sexual, apego emocional, y por último, la actividad sexual”. De este modo, lo que se pretende es realizar “descripciones sobre la intensidad de las sensaciones de lo que podríamos llamar placer; el nivel de atención o concentración durante el acto sexual; la reciprocidad; o la capacidad de dejarse llevar y la confianza con la persona con la que mantiene la relación”, expone el profesor. Así, se establecen “dos categorías: una de tipo personal y otra de tipo relacional”.
Los resultados
Los principales resultados extraídos de este estudio muestran que la mayoría de los encuestados tanto jóvenes como adultos “están sexualmente satisfechos”. Y es que “el 90% de los jóvenes perciben que su sexualidad es satisfactoria”, destaca Rigoberto López sobre los resultados.
Sin embargo, pone de manifiesto un “porcentaje significativo de insatisfacción en el dominio personal”. Así, “un 35% de los encuestados” se muestran insatisfechos “con la atención y concentración en el momento de mantener relaciones”, y con “la sensación y el placer que recibe”, al considerar que “podría ser mayor”, matiza.
También existe otro porcentaje de insatisfechos “respecto al intercambio sexual y la reciprocidad”, explica el profesor, y es que, por lo general “los jóvenes consideran que dan más de lo que reciben” en sus relaciones sexuales. Si realizamos una comparativa de estos resultados en concreto “los jóvenes están más satisfechos que los adultos sobre todo en el estado de ánimo después de haber mantenido algún tipo de relación”, manifiesta Rigoberto López. Y es que “los jóvenes en este aspecto están mucho más satisfechos, entre otras cosas porque tienen mucha más actividad orgásmica, ya que hay más frecuencia de orgasmos en los jóvenes que en los mayores”, apunta.
Además, entre los adultos “el interés por el intercambio y el apego emocional es más superior que al interés por mantener relaciones coitales”, subrayando que “sobre todo les interesa el afecto del intercambio y la relación más que el placer y la sensación ligada al coito”. De modo que entre las personas mayores encuestadas prima “la afectividad sobre la genitalidad”, expone.
Hombres y mujeres
En relación a cómo perciben su sexualidad los hombres y mujeres encuestados, destaca Rigoberto López, que la mayoría de los jóvenes testados “son mujeres, porque componen la mayoría de matriculados en esta asignatura”. Pese a ello, destaca que “por lo general ambos sexos están igualmente satisfechos”, sin embargo, señala diferencias en las cualidades de esa satisfacción.
Así, subraya que la tendencia masculina pasa por “interesarse más por la genitalidad, y mantener relaciones sexuales”, mientas que en el caso de las mujeres “se presta más atención a las relaciones y a la afectividad”. De este modo, considera ésta la principal diferencia genérica global.
Además, recuerda que esta escala de medición “es muy personal, ya que solamente tú puedes estar de acuerdo o en desacuerdo” con cada uno de los ítems propuestos porque “son tus propias sensaciones”. En cualquier caso afirma Rigoberto López que “hay muchas respuestas parecidas, ya que tendemos a igualar una percepción social del papel que la sexualidad cumple en nuestras vidas”.
Educación sexual
Destaca el profesor la importancia de la educación sexual, considerándola “esencial”. Así, explica que “somos personas sexuadas y lo somos desde que nacemos hasta que morimos”, añadiendo “la salud tiene un componente importante ligado a la satisfacción y al bienestar y eso lo aporta en gran medida la sexualidad”.
Una de las consecuencias de esta educación sexual para por “aceptar la diversidad”, es decir, “cada uno somos como somos, somos personas sexuadas pero cada uno nutre su bienestar y su felicidad a veces en el mismo género, otras veces somos heterosexuales y en otras ocasiones hay personas que ni siquiera tienen tan claro cuál es su sexo”, explica. En este sentido es cuando se empieza a manejar el concepto del denominado “tercer sexo”, porque como reconoce, “hay muchas personas que ya no se valoran por tener diferencialmente una genética, sino fundamentalmente por otro tipo de variables, que son las que les están haciendo sentirse persona y poder disfrutar de la experiencia sexual, individual o compartida con otra persona, y no tiene por qué ser o masculino o femenino”, sino que «hay otras opciones”, concluye.