/Modesto Colorado/
El cantautor Luis Eduardo Aute, todo un referente de la canción de autor española, falleció el pasado 4 de abril a los 76 años. Artista multidisciplinar, desarrolló su carrera en múltiples ámbitos, demostrando su gran talento como pintor, escultor, escritor o cineasta, aunque donde más destacó fue como músico, con 19 discos de estudio editados.
Comenzó su andadura musical en los primeros años 60, en grupos como Los Sonor o Los Pekenikes; sin embargo, la pintura, el cine y la escritura, siguieron siendo sus grandes pasiones, por lo que siguió desarrollándolas en años posteriores. Fue ya a mediados de los años 60, al terminar el servicio militar, cuando su amiga Massiel le animó a escribir canciones, que en un principio le ofreció a ella y a otros artistas para que las interpretaran, ya que él no se planteaba en esos momentos grabarlas, a pesar de las propuestas de profesionales del gremio que le animaban a hacerlo, y que él rechazó para seguir centrándose en la pintura y el cine.
La compañía discográfica no se rindió tan fácilmente e insistió al artista para que además de componer para otros, grabara sus propias canciones, cediendo por fin en 1967. Fue entonces cuando comenzó a publicar canciones con gran éxito, pero sin presentarlas en directo: su manera de ser tímida y un tremendo pánico a los escenarios le impedían salir a escena.
Aute siguió considerándose principalmente pintor y se planteaba sus incursiones en el mundo de la música, pese al éxito cosechado, como algo temporal, así que poco después volvió a retirarse para centrarse en la pintura, a escribir poemas y al cine, disciplinas en las que estuvo muy activo. Sus numerosos éxitos hicieron que la compañía discográfica volviera a insistir, pero esta vez con la promesa de darle libertad absoluta en su carrera musical e incluyendo su deseo de no estar obligado a aparecer en televisión ni de dar recitales en público. Aute volvió al mundo de la música como intérprete en 1973, editando discos pero nunca actuando en directo.
Fue el 28 de enero de 1978, cuando la CNT de Albacete organiza un festival para recaudar fondos para esta organización sindical, coordinado y presentado por dos personajes importantes en la cultura de Albacete, el poeta Antonio Martínez Sarrión y el periodista y escritor Andrés Gómez-Flores, que consiguieron la participación de cantautores de primer nivel del momento como Chicho Sánchez Ferlosio, Jesús Munárriz o Moncho Alpuente. Entre todos ellos lograron convencer a Luis Eduardo Aute para que diera por fin el paso y por primera vez, a pesar de su extrema timidez, se subiera a un escenario.
Fuente cartel: Instituto Estudios Albacetenses
El Festival se celebró en el Pabellón Polideportivo del Parque. En el cartel se aseguraba que el pabellón contaba “con calefacción”. Ese día, había en la calle dos palmos de nieve, hacía un frío terrible y cuando llegaron los artistas se llevaron una desagradable sorpresa al comprobar que no había tal calefacción.
De aquel fabuloso cartel formaron parte también los cantautores albacetenses, José Lanciano, Pedro Piqueras o Casimiro Ortega, que tiene un gran recuerdo de aquel recital y nos cuenta que “por aquel tiempo no se prodigaban en Albacete conciertos de cantautores. Todo esto, hizo que fuese todo un acontecimiento y un éxito. Estaba ilusionadísimo, imagínate venían buenísimos cantautores de Madrid a los que admiro, con los que iba a compartir escenario y conocer en persona” .Casimiro Ortega también nos habla de los pocos medios técnicos que había por aquel entonces en este tipo de actuaciones y en esta ocasión en concreto, “no había taburete para poderte sentar, solo una silla plegable de madera en la que subíamos la pierna para apoyar la guitarra”.
Y así fue como Aute, empujado por sus compañeros de profesión, interpretó algunas canciones en público por primera vez, en un Albacete agradecido que se volcó a animar al artista, coreando sus canciones y otorgándole una seguridad ante el escenario que nunca olvidaría. Y es que el artista conservó desde entonces el cartel de este festival de Albacete enmarcado en su casa. Un concierto que le sirvió para liberarse de sus miedos, convirtiéndose en el primero de muchos recitales que vinieron después a lo largo de su exitosa carrera.
Pero la cosa no queda aquí. Aute siempre consideró Albacete como la ciudad que le había dado suerte con ese empujón a los escenarios, así que siguió contando con nuestra ciudad como trampolín de salida para sus nuevos proyectos. Años después, alrededor del 85, presentó una exposición antológica, y lo hizo en el museo de Albacete. Era la primera vez que reunía obra realizada durante muchos años de su carrera como artista plástico.
Años más tarde, en el 2011, Aute volvía a Albacete a presentar “No hay quinto animalo” en un recital en la Casa de Cultura José Saramago. Era la quinta entrega de una serie de libros que llevaba por título “Animalada” en la que daba rienda suelta a lo que él denominaba como sus “Poemigas”. El libro acababa de salir y era la primera vez que iba a leer los textos del libro en público, reafirmando así, que Albacete era un sitio de estreno para el artista, en definitiva, una ciudad que le había dado suerte.
Con la muerte de Luis Eduardo Aute se va un artista total. Inventar cosas y crear sueños para él no era una profesión, si no un oficio que se va aprendiendo con el paso del tiempo. Esta era su filosofía de vida. No le cabía en la cabeza no divertirse escribiendo, pintando, dibujando, haciendo fotos, grabando con vídeo, manipulando objetos, la vida sin esas patologías no tenían sentido, porque vivir era estar haciendo ese tipo de cosas.