/Marta López/
“Se están anulando más citas de las que se están cogiendo y la gente no está cómoda con la situación actual”, así manifestaba el presidente de la Asociación Provincial de Peluqueros, Santi Moliné, a El Digital de Albacete, sobre cómo está afectando la crisis del coronavirus a este sector.
Reconoce que “el problema fundamental que tenemos ahora mismo es que no todos los salones de peluquería tenemos los mismos medios para cumplir con todos los requisitos establecidos por el Ministerio de Sanidad”. Por este motivo, continúa explicando el también presidente nacional de este gremio que “estamos haciendo todo de la mejor forma posible, compartiendo entre compañeros y basándonos en la unidad y el compañerismo”.
También se mostraba contundente y crítico con el Gobierno, apuntando que “no pueden decir que los clientes se queden en casa y que al mismo tiempo tengamos nuestros establecimientos abiertos”. Con lo cual apunta Moliné que “se están empezando a tomar medidas urgentes cada uno bajo su criterio personal ya que muchas peluquerías han decidido no abrir sus puertas mañana”.
“Nos amparamos en nuestra propia responsabilidad como empresarios y sobre todo en al protección de nuestros clientes y trabajadores”, subraya porque “lo que no queremos es que nos pase lo mismo que ha pasado en Italia y que llegue un momento en el que tengamos que cerrar nuestros establecimientos por la vía urgente”. De este modo, y ante una situación tan excepcional pide al Gobierno “tomar medidas y que no nos tengan a las empresas entre la espada y la pared”.
Además, indica que “ha bajado en torno a un 70%-80% el nivel de producción en el trabajo, y los trabajos que están haciendo no se están realizando con las máximas garantías higiénico-sanitarias”. Y es que manifiesta que “no somos Eduardo Manostijeras y no podemos trabajar a un metro de distancia”, con lo cual “el contacto es directo” entre clientes y trabajadores “al margen de que utilicemos guantes y nos estemos lavando las manos de forma adecuada”.
Así, hace extensible esta problemática a todos los sectores, porque “no puede ir la gente a una óptica a probarse unas gafas o a tomarse un café a una cafetería”. Igualmente subraya que “cuanto más tardemos en ponerle fin a este problema, mucho más tiempo vamos a tardar en llegar a la normalidad”.