/Marta López/
En la Grecia Antigua un rapsoda era un recitador ambulante que cantaba poemas homéricos o poesías épicas. Así, los rapsodas se limitaban a declamar y recitar las obras de otros, por ejemplo, Homero recitaba los dos poemas épicos por los que es conocido en nuestros días: la Ilíada y la Odisea. Unas obras poéticas que también transmitió por escrito, pero no se tiene constancia de que el propio Omero fuera el autor original de las mismas.
Los rapsodas recorrían las ciudades de la Hélade prestando sus servicios como poetas y cantores, y ahora siglos después también lo hacen en Albacete. Con un original cartel Silviano Carrasco, más conocido como Silvia Carrasco, ofrece a los albaceteños ‘Poesía a Medida de sus emociones’, para regalar a hijos, padres, abuelos, pareja y sorprender en bodas, aniversarios o jubilaciones. “Habitualmente escribo poesía o prosa poética y suelo visitar y ofrecer a la gente poemas personalizados como regalo emocional”, explica Carrasco a El Digital de Albacete.
Una pasión “vocacional”, ya que actualmente está prejubilado tras toda una vida dedicada como comercial de ventas. Así, confiesa que es “escritor de emociones más que rapsoda”, ya que a diferencia de los rapsodas, Carrasco escribe y recita sus propias creaciones literarias, simplemente añadió este término a su cartel de presentación con el fin de fomentar la curiosidad de la gente y “hacerles investigar qué es”.
Esgrime que “la poesía es milagrosa porque un solo verso puede cambiar la emoción de una persona para bien”. Un arte que hay que mirar “en positivo”, y es que a Carrasco no le gusta “escribir triste, sino que me gusta escribir lo que siento para trasladar con el poema una emoción positiva”.
“Emociones y ganas de compartir” son las cualidades imprescindibles con las que debe contar un buen poeta, señala Silviano Carrasco. Este “escritor de emociones” explica que ha tenido que hacer frente a retos como “improvisar en una tarde cerca de 40 poemas dedicados a diferentes personas”, una compleja tarea que asegura “no me resultó costosa”.
De este modo plantea una sola pregunta: “¿Para quién quieres este poema?”, una cuestión que los albaceteños deben hacerse antes de regalar a sus seres queridos palabras “de amor y agradecimiento” convertidas en verso.