/Marta López/
Puntada a puntada y con mucho trabajo y esfuerzo el diseñador albaceteño Edgar Molina ha conseguido hacerse un hueco en el universo de la alta costura. Y es que hasta la cantante Lady Gaga ha tenido entre sus manos los diseños de este creador de Albacete.
Confiesa a El Digital de Albacete que sus primeros contactos con el mundo de la costura fue “viendo coser a mi madre y a mis tías”, pero lo que no sabía Edgar Molina era que llevaba en la sangre el ser diseñador. Así explica que “años después me enteré de que mi bisabuela había tenido un taller con 13 modistas en Albacete y era muy conocido”, sin duda, su destino estaba escrito con aguja e hilo. Pero sin embargo, el momento en el que decidió que lo suyo era la moda y el diseño fue con tan solo 5 años en la boda de uno de sus tíos. “Me quedé impactado al ver el traje de la novia y supe que esto era lo mío”, cuenta añadiendo que “prefería ver escaparates de trajes de novia que motos”.

Con todo muy claro y enamorado del arte de la costura, Edgar Molina se aventuró a estudiar Diseño en Valencia, completando su formación académica en 2016. Posteriormente se desplazó a Madrid para trabajar en alta costura realizando trajes de novia en el taller de Teresa Palazuelo. Una época que Molina recuerda con gran cariño ya que además creó colecciones cápsula con su nombre para esta diseñadora. Apunta además que el trabajo de Palazuelo “vuelve a estar en el punto de mira porque su sobrina, Sofía Palazuelo, está casada con el futuro duque de Alba Fernando Fitz-James Stuart.
Reconoce que “Madrid es una ciudad que tiene muchísimas posibilidades pero que también satura mucho”, por lo que decidió regresar a Valencia donde compagina la creación de su marca homónima, ‘Edgar Molina’, con el diseño del vestuario de musicales de la mano de Sagitari Producciones, para el Casino Cirsa de Valencia y trabaja en la sastrería del Teatro Olimpia. Relata que “el mundo del musical y del espectáculo era completamente nuevo para mí”, de este modo explica que tuvo que pasar de “la técnica más estricta de la alta costura a todo lo contrario”, a un mundo “en el que todo vale” y aprender a jugar con “volúmenes, color, tejidos imposibles y plumas”. Actualmente Molina forma parte del equipo de backstage y “durante la gira estoy con ellos”, y gracias a sus diseños es capaz de contar una historia a través del vestuario, “en los espectáculos de Sagitari hay muchísimos cambios de vestuario y al ser un musical con canciones de todas las épocas el vestuario hace un recorrido desde el Dúo Dinámico, La Década Prodigiosa, ABBA, hasta Ana Guerra o Lady Gaga”, explica.

Y es que, hasta la mismísima Lady Gaga se ha interesado por las creaciones de Edgar Molina. “A través de mi Instagram de diseño recibí un mensaje directo en el que me pedían mi mail”, hasta aquí todo puede parecer normal, pero tras realizar algunas averiguaciones Molina descubrió que quien se había puesto en contacto “era el estilista de Lady Gaga y no me lo podía creer”. De este modo, relata que cuando recibió el mail en el que le pedían ciertas prendas de su última colección para Lady Gaga “fue un boom, no me lo podía creer e incluso pensaba que se trataba de una broma”.
Emocionado por tal petición, en menos de 15 días los diseños debían estar en Nueva York para que la estrella pudiera probárselos, un proceso que fue toda una odisea, ya que “debido a las plumas de algunos de mis diseños fueron retenidos en las aduanas norteamericanas y la llegada de la ropa coincidió con el incendio del vecindario donde reside la cantante”, indica Edgar Molina. De este modo confiesa que Lady Gaga no pudo llegar a lucir ninguna de sus creaciones debido al tallaje, ya que “mide 1 metro y 55 centímetros y la ropa que se mandó era de muestrario, por lo que no pudimos vestirla en esa ocasión”. Sin embargo, confiesa que “estamos en contacto con sus estilistas para realizar futuras colaboraciones”. Además, adelanta, sin desvelar nombres que “hay súper estrellas con las que estamos en contacto ahora mismo”.
Explica que el de la moda es “un mundo muy vivo y que se mueve constantemente”, destacando que “sería un sueño” vestir a Beyoncé y a Isabel Pantoja porque “cada artista tiene un sello y una sensibilidad que me gustaría poder reflejar con mi trabajo”. Igualmente confiesa que incluso le gustaría que la reina Letizia luciera sus creaciones porque “es un referente de estilo en toda Europa”.
Son ya varias las famosas que han apostado por los diseños de Edgar Molina, y es que el albaceteño ha vestido a la cantante India Martínez y a la joven actriz María Pedraza. “Trabajar con India Martínez ha sido muy guay porque es una artista que me encanta y esa sensibilidad que tiene cantando poderla transmitir con un vestido ha sido un sueño”. Igualmente destaca que también ha sido un sueño hecho realidad diseñar para María Pedraza, reconociendo que “es una chica monísima y encantadora”. Y es que, la actriz de ‘La Casa de Papel’ y ‘Élite’ lució uno de los diseños del albaceteño “para una sesión de fotos publicitaria de una masterclass de maquillaje”, reconociendo además que “ha sido un placer trabajar con todo su equipo”.
El mundo digital viene pisando fuerte y tener presencia en el universo 2.0 es vital para crear una imagen de cara a posibles clientes. Por este motivo Edgar Molina subraya que “si no tienes perfil en una red social en activo no eres nadie”, por lo que apuesta por crear “un perfil bonito donde puedas entrar y ver la esencia del diseñador”. Así, pone como ejemplo el mundo nupcial, ya que “las novias están en pleno contacto con Instagram y Pinterest, y vienen al taller con algo que han visto en redes”. Incluso va más allá y expone que las redes sociales no son sólo un espacio en el que darte a conocer, sino una herramienta para conocer qué es lo que se está llevando”, y muestra de ello es que “revistas como VOGUE o Telva, consideradas súper publicaciones de moda, trabajan muchísimo más nivel online que en papel”.

Anima a todos los jóvenes diseñadores a pisar fuerte y a apostar por la moda con sello made in Albacete, reconociendo que “con esfuerzo y trabajo todos los sueños se pueden hacer realidad”. Sin embargo reconoce que el mundo de la moda es muy competitivo y es un universo en el que “está todo inventado”, por lo que todo pasa por “crear una imagen de marca propia”. Reconoce, además que debido a la presencia de numerosos diseñadores “tienes que ajustar muchísimo los precios, porque si no lo haces tú lo va a hacer otro”, añadiendo que “es un trabajo en el que hay que estar presente 24/7, en el que nunca se para y siempre tienes que estar dispuesto a hacer lo que haga falta sin horarios fijos”. Un mundo en el que el albaceteño se está afianzado con fuerza y en el que comienza a despegar.
Agradece el pilar que ha supuesto en su carrera profesional su familia, quienes han sido un “apoyo constante”, e incluso están unidos a pesar a las diferencias que pueden existir en cuanto a gustos y creencias. Pese a declararse abiertamente antitaurino, Edgar Molina, está confeccionando una chaquetilla de corto para su hermano, el novillero albaceteño José Fernando Molina, “ya que es una de las personas que mejor entiende el sacrificio por una profesión”.
Reconoce que “Albacete es una ciudad con muchísimas posibilidades en la que podrían hacerse cosas muy interesantes” en lo que a moda se refiere, pero destaca que “todavía queda mucho por aprender”, añadiendo que “creadores, empresarios y la propia gente deberían quitarse ciertos miedos”. Así, otro de los sueños por cumplir de Molina pasa por abrir su propia atelier en Albacete, volviendo a las raíces y a ver crecer el sueño de su bisabuela. Sin embargo reconoce que cuesta a las clientas “fiarse de lo hecho a medida y prefieren una cadena conocida de trajes de novia antes que ponerse en manos de un diseñador”, algo que considera “es por desconocimiento, porque han cambiado los tiempos”.
Así realiza Molina una apuesta firme y decidida por “confiar en los jóvenes creadores, porque es verdad que hacemos cosas imposibles para pasarela y para Lady Gaga, pero también hacemos cosas accesibles para todos los públicos”, como antaño, con aguja e hilo hiciera su bisabuela.