/Nacho López/Fotos: Chopera Toros y Cedidas por Ganadería Miura/
Después de tres lustros de ausencia en la Plaza de Toros de Albacete, los toros de la mítica ganadería de Miura regresan a nuestra ciudad. Por este motivo, desde El Digital de Albacete hemos hablado largo y tendido con Antonio Miura, quien junto a su hermano Eduardo, maneja las riendas de los astados que pastan en los sevillanos campos de la Finca Zahariche.

Antonio Miura recuerda a nuestro micrófono que “la última vez que fuimos a Albacete fue un 6 de septiembre de 2003, con un cartel compuesto por Manolo Sánchez, Juan José Padilla y Gómez Escorial; una corrida que tuvo que ser suspendida por la lluvia en el cuarto toro, dando hasta el momento de la suspensión un buen juego nuestros astados”.
Antonio reconoce que la Plaza de Toros de Albacete “es un plato fuerte porque necesita un toro de ciertas características y de categoría”, asegurando que “vamos con mucha ilusión a Albacete y esperemos que todo el mundo salga contento de la plaza a eso de las 20:30 horas”.
A menos de siete días de que sus toros pisen el albero albaceteño, Antonio Miura argumenta a El Digital de Albacete que “hemos preparado 7-8 toros y es una corrida fuerte. Creemos que será del gusto de la afición de Albacete, ahora solo falta que dé el juego apetecido y que todo salga bien”.
El ganadero reconoce cierto nerviosismo por aquello de lo esperado de la cita ya que según aduce, “el toro es protagonista siempre en Albacete y mucho más los nuestros, porque la afición nos está esperando con muchas ganas después de nuestra ausencia de tantos años y esperemos que al final todo sea para bien”.
¿Cómo son los toros de Miura preparados para la cita Albaceteña?, Antonio Miura nos saca de dudas al manifestar que “serán cárdenos y negros. Una corrida muy cuajada, con cara, seria, con trapío… lo que creemos que gustará al público de Albacete y a los aficionados que se desplacen”.
Cuestionado por si hay alguno de los astados apartados que el ganadero le presiente mejores virtudes, desde Miura indican que “apostamos por todos ellos, luego ya llegarán las rebajas. Los toros no tienen todos los días igual, son como las personas, no tenemos todos los días el mismo ánimo”.
Después de 15 años de ausencia la afición de Albacete espera entusiasmada la cita del día 8, aunque esa ausencia se podría haber roto la feria pasada tal y como reconoce a nuestro micrófono Antonio Miura, “las negociaciones comenzaron, podemos decir, para la feria pasada ya que ya hubo contactos, pero no teníamos a esas alturas de temporada toros con el trapío necesario para Albacete. Si no recuerdo mal, para esta feria las conversaciones comenzaron en enero. A nosotros nos hace una tremenda ilusión porque era una de las plazas preferidas de mi padre y donde hubo épocas que lidió varias ferias seguidas en Albacete”.
Los toros de Miura tienen un misticismo especial dentro de la tauromaquia y eso no es algo baladí, reconociendo el propio ganadero que “el toro nuestro es un toro que aprende, que se orienta, que ve que el que puede es él y el que manda es él. Por eso, las dudas no se llevan bien con nuestros toros y lo que haya que hacerle hay que hacérselo pronto”.
A pesar de estas ‘fieras’ características, desde la ganadería de Miura siguen apostando por lo que llevan haciendo toda la vida porque “el mundo del toro tiene que tener gran variedad, tiene que haber de todos y lo bueno es la diversidad. Si todos fuésemos del mismo aire se perdería interés. Nosotros tenemos muy claro qué es lo que nos ha hecho ser a día de hoy quien somos y seguimos criando el típico toro de Miura. Sí es cierto que queremos que los toreros los desorejen y buscamos que embistan en la muleta para que se pueda torear. En lo que tenemos, nos movemos”.
Enfrentarse a una corrida de Miura no es fácil porque “muchas veces el hierro de Miura pesa mucho y está metido en la cabeza. Mantenemos indudablemente nuestro fenotipo, pero nos adaptamos a los tiempos actuales sin perder personalidad porque Miura es personalidad, morfología… Un aficionado, cuando ve un toro de Miura, sabe que es de Miura”.
Para finalizar, cuestionábamos a Antonio Miura su opinión acerca de que las ‘figuras’ de ahora sólo quieran matar cierto tipo de toro y no se enfrenten a todos los encastes como sí ocurría antaño, argumentando el ganadero que “ahora mismo está esto así, pero nosotros no nos metemos en eso. Indudablemente eso es algo que no es bueno para la afición, pero nosotros tenemos un profundo respeto por todo el mundo que se pone delante de un toro”.
Historia de la ganadería de Miura
Se formó ésta en 1842 por don Juan Miura, con reses de Antonio Gil, y posteriormente otro lote grande de vacas de don José Luis Alvareda, todas ellas procedentes de don Francisco Gallardo. En 1850 y 1852 se agregaron reses de la de doña Jerónima Núñez de Prado, viuda de Cabrera, agregándole en 1854 sementales de don José Arias de Saavedra (Vistahermosa).
Al fallecimiento de don Juan, en 1855, se anunció a nombre de su viuda, y de ésta pasó a su hijo mayor, don Antonio Miura, y a la muerte de éste, en 1893, se hizo cargo su hermano don Eduardo, heredándola en 1917 sus hijos don Antonio y don José, anunciándolo: “Hijos de don Eduardo Miura”. A finales de 1940, don Antonio y don José se la cedieron a su hijo y sobrino don Eduardo Miura Fernández. A la muerte de don Eduardo Miura Fernández, en 1996, la heredan sus hijos don Eduardo y don Antonio Miura, los cuales lidian a nombre de “Hijos de don Eduardo Miura”. En 2002 la ganadería pasa a anunciarse como “Miura”.