/Sandra Manzanares/ Fotos: Víctor Fernández/ Vídeo: María Esperanza Panduro/
Peñas de San Pedro reconstruye su historia desde su fortaleza, donde desde principios de julio y hasta finales de agosto se están desarrollando unas excavaciones arqueológicas a través de las que conocer con más detalle el pasado de este municipio albaceteño, enriqueciendo su patrimonio cultural de pinceladas de historia.
Las costumbres religiosas y domésticas de los pobladores de la antigua villa de Peñas de San Pedro toman forma bajo los instrumentos de trabajo de un equipo de investigadores y más de una veintena de alumnos de la Facultad de Humanidades de Albacete de la Universidad de Castilla-La Mancha y de otras universidades que este verano han participado en la III campaña de excavaciones arqueológicas en La Peña del Castillo.
El grueso de los trabajos del Proyecto PECT, dirigido por la profesora Lucía Soria, se centra en el interior de los restos de la iglesia Nuestra Señora del Socorro, datada en el siglo XIV; así como en el estudio de las costumbres domésticas de siglos atrás, y por vez primera, las actuaciones han llevado a los investigadores ala ladera sur del cerro, donde se ha registrado un hallazgo “sorprendente” a modo de asentamiento ibérico. “Hemos documentado el derrumbe de las paredes, las típicas construcciones ibéricas con zócalo de piedra, trabado con argamasa y un alzado de adobe, debajo del derrumbe de adobes, se encuentra madera carbonizada como consecuencia de un incendio o del abandono del emplazamiento”, señala Soria.
Los descubrimientos ibéricos no quedan aquí, ya que en futuras excavaciones se espera hallar el suelo de uso o habitación de dicho emplazamiento, asociado a esto, se ha localizado “mucho material ibérico, con arco cronológico desde el siglo V al III Antes de Cristo, además de numerosa cerámica de importación que habla del momento final y de las relaciones comerciales de los iberos asentados en Peñas de San Pedro con otras culturas del Mediterráneo”, indica la directora del proyecto.
Lo que todavía se conserva en pie dentro del recinto son los restos del ábside y de los pies de la Iglesia, construida en la segunda mitad del siglo XIV, la cual estuvo vigente hasta principios del siglo XVIII, cuando la población empezó a desplazarse al llano y decidió desmontar la Iglesia para hacer otra nueva en la parte baja del pueblo, la de Nuestra Señora de la Esperanza. En la zona de la antigua Iglesia se han descubierto restos humanos sepultados en un enterramiento en fosa múltiple en el que se encuentran ocho niños que podrían haber fallecido a consecuencia de una epidemia y en un nicho, donde reposan los restos de un individuo que podría haber sido el primero en colocarse en este espacio.
Como nos explica uno de los técnicos arqueólogos del proyecto, Olmo de Diego, una de las líneas más interesantes ha sido la de destapar gran parte de las estructuras asociadas a la época en la que la Iglesia fue utilizada como cuartel militar a principios del siglo XIX, tras el abandono de La Peña por sus habitantes. En esta localización se ha encontrado el cuerpo de guardia completo, el patio que se utilizaba y sus dependencias anexas, además de los almacenes que usaban los militares, donde guardaban la pólvora. Este cuartel tiene poca duración de vida, ya que en octubre del mismo año que lo construyen, un rayo detona sobre el interior del mismo y explota toda la pólvora almacenada, ocasionando un gran destrozo a las estructuras.
Investigando el pasado
Civilizaciones que convergen bajo un mismo suelo que cobija también parte de su cultura material como pueden ser restos de ollas o vajillas esmaltadas en tonos azules, amarillos y rojos, halladas en antiguas viviendas de la población de los siglos XV al XVIII. “Se han registrado algunos ajuares cerámicos de diferentes orígenes de producción, fundamentalmente de la zona valenciana y de los centros productores de Hellín que aquí adquieren una gran importancia a partir del siglo XVII y sobre todo en el siglo XVIII coincidiendo con el abandono de estas viviendas”, indica el técnico arqueólogo del proyecto, José Ángel González.
En este sentido, González destaca que, a nivel constructivo se están documentando esos elementos inmuebles que formaron parte del interior de las estancias, que “parecen apuntar a cómo iban almacenando los recursos: se nos está configurando un tipo de poceta a modo de aljibe para el agua que se complementaba con tinajas”, remarca, añadiendo que se están estudiando otras estructuras para conocer su funcionalidad.
Convenio UCLM-Ayuntamiento
Las intervenciones se ejecutan gracias a una subvención de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la aportación económica del Ayuntamiento de Peñas de San Pedro y del Instituto de Estudios Albacetenses, que permiten, además de registrar los descubrimientos, el crecimiento de los estudiantes en el mundo de la arqueología, y es que como explican las estudiantes de la Facultad de Humanidades de Albacete, Bárbara García-Consuegra y Rosa María Morcillo, esta actividad supone para ellas una “gran satisfacción y emoción”, ya que pueden materializar su sueño de descubrir restos donde parece que no hay nada.
“Cada vez hay más demanda y las expectativas se están cumpliendo”, decía orgulloso el alcalde de Peñas de San Pedro, Antonio Serrano, considerando que “uno de los ejes principales para luchar contra la despoblación es el turismo”, precisamente estas excavaciones pueden ser un foco de atracción “muy importante” para que visitar este municipio albaceteño, que ya cuenta con un reclamo turístico como es la Romería del Cristo del Sahúco.
“La gente del pueblo está contenta”, afirma Serrano, remarcando la importancia de este tipo de actuaciones para que los vecinos “sepan de donde vienen y conozcan lo que pasó”. Y es que bajo los pies del Castillo se sumerge un pasado lleno de historia y costumbres con el que descifrar nuestro presente.