/Nacho López/
Hace unas fechas hacíamos alusión en uno de nuestros artículos a las muchas peculiaridades, algunas buenas y otras malas, como cualquier persona tiene, que adornan la figura de un Enrique Martín que con el paso de las jornadas va haciendo evidente una nueva cualidad de su manera de entender el fútbol. La terquedad. Que si le llamas terquedad parece que suena mal, pero que si tiras de ‘coaching’ y lo vistes como ser pertinaz, constante y fiel a tus pensamientos e ideas pase lo que pase, pues ya suena mejor. Es como el inglés. Todo suena mejor en inglés.
Pero volvamos a lo que nos atañe ya que últimamente ver un partido del Albacete Balompié se parece cada vez más a ver la película protagonizada por Paco Martínez Soria y que comparte título con el titular de estas líneas.
Don Erre que Erre. Protagonizada por el citado Paco Martínez Soria y dirigida por José Luis Sáenz de Heredia, narra cómo durante un atraco a una entidad financiera a Martínez Soria le roban 257 pesetas y a base de cabezonería consigue que nada menos que un banco se rinda a sus pies y le termine sufragando dicha cantidad de dinero.
Pues igual de contumaz ha sido Enrique Martín en las tres últimas jornadas. Don erre que erre. Quitando a Dani Rodríguez del terreno de juego pase lo que pase, sea ese el cambio que necesita el equipo o no, entre en su lugar un hombre de similares características o no…
Igual que se quitaba a Susaeta en el minuto 60, ahora se quita por decreto ley a Dani Rodríguez en torno al 80. Y punto. Eso sí, los números no le dan la razón al de Campanas.
Carlos Belmonte, Rayo Vallecano enfrente, 0-0 en el marcador, miedo a perder, Dani Rodríguez al banquillo, el equipo se desmorona, gol del Rayo en el minuto 85. Derrota.
Estadio de los Juegos Mediterráneos, el Almería tu rival, 0-1 desde el minuto 22, miedo a perder mezclado con ganas de inventar, Dani Rodríguez al banquillo, un lateral derecho su recambio, gol del Almería en el minuto 85, dos puntos y toda una segunda parte a la basura.
En medio de estos dos partidos, el de Huesca. De nuevo Dani fue al banquillo, pero en esta ocasión el marcador se mantuvo invariable hasta el pitido final.
Y Enrique Martín tiene mucho mérito ¡Ojo! Mucho, que a día de hoy hablamos de salvarnos como el que compraba palomitas en el cine para ver a Paco Martínez Soria y en el pasado mes de septiembre, con Aira en el banquillo, el Alba tenía medio pie en segunda división ‘B’.
Y eso es gracias a Enrique Martín, que ha levantado anímicamente al equipo y que a base de un fútbol muy defensivo mezclado a partes iguales con practicidad, terquedad y un poquito de aburrimiento, ha conseguido situar al Albacete Balompié en la zona casi cómoda de la tabla y con la salvación a tiro de piedra.
Y como al César hay que darle lo que es del César, Enrique Martín está a punto de salvar al Albacete Balompié y de desquiciar a medio Carlos Belmonte a partes iguales con algunos de sus ideales futbolísticos, con sus cambios y porqué no decirlo, con su 747. Que unos se lo creen y otros no. De todo hay, como en botica. Incluida terquedad .
Ahora toca salvarse cuanto antes y que Enrique Martín renueve, que aunque pertinaz… de fútbol y de manejar grupos sabe un rato, y que a partir de agosto, con un equipo hecho a su gusto y con un trabajo previo de pretemporada, que el Albacete Balompié pueda ilusionar con cotas mayores a los que pagan su entrada.
Y si encima los diviertes con lo que ven, mucho mejor. De eso va el fútbol. Primero ganar, no perder en el caso de Enrique Martín, y después, si se puede divertir, pues oye, mucho mejor.