Estamos completamente enganchados a nuestros dispositivos y a las aplicaciones de mensajería. Así lo demuestran los datos que revelan que 21 millones de españoles utilizan WhatsApp en su vida diaria. Estos resultados dejan a España en la sexta posición del ranking mundial de la célebre aplicación de mensajería instantánea.
Nuestro país es el sexto del mundo con mayor penetración de WhatsApp, la aplicación de mensajería móvil adquirida por Facebook. Solo superan a España Hong Kong (56%), Sudáfrica (52%), Malaysia (50%), Singapur (50%) y México (47%), según un análisis el GWI (Global Web Index).
El elevado coste de los mensajes de texto (SMS) y la cultura mediterránea tradicionalmente «parlanchina» explican, en parte, el fenómeno en España, según afirma Esther Rojas subdirectora de Movilredpublic.com y experta en telefonía móvil. A su juicio, el poder distractor de Whatsapp es uno de sus ingredientes más importantes.
Según un informe de Microsoft un trabajador es interrumpido hasta cuatro veces de promedio cada 60 minutos. Las pausas e interrupciones constantes para atender a Whatsapp generan pérdidas considerables y actúan como desaceleradores del rendimiento laboral.
Otro estudio realizado por Adecco revela que los trabajadores pierden hasta 10 horas al mes en distracciones relacionadas con el uso de redes sociales y apps lo cual se traduce en la pérdida de un total de 13 días laborables al año.
No obstante, la Universidad de California afirma que el 68 por ciento de las empresas norteamericanas ha implantado medidas drásticas para minimizar el efecto distractor que generan estas. «En algunos colectivos se restringe el uso de WhatsApp, es el caso de pilotos de aerolíneas, el sector del transporte o los controladores aéreos debido al potencial riesgo que para ellos tiene la dependencia a estas aplicaciones», explica Esther Rojas.
El uso de este tipo de aplicaciones aumenta el estrés , reduce la productividad y dispara la adicción aunque constituye, por otra parte, una espléndida herramienta de trabajo. El fenómeno de las adicciones ya ha dado lugar a la aparición de distintos términos como la apnea del WhatsApp (ansiedad por consultar mensajes de manera compulsiva) o la infobesidad (obsesión por consultar e-mails de manera repetitiva).
